Síntomas y consecuencias | Empiema

Síntomas y consecuencias.

Además de los síntomas generales causados ​​por una infección subyacente como la fatiga, fiebre, etc. dolor, hinchazón, enrojecimiento, calentamiento y deterioro funcional también son posibles debido a la reacción inflamatoria local. Sin embargo, la gravedad de estos síntomas depende de la ubicación y extensión de la empiema.

Dado que el interior purulento de un empiema no es de fácil acceso tanto para las células inmunitarias (leucocitos) como para los medicamentos, un empiema a veces puede persistir durante mucho tiempo sin intervención médica. La pus también puede servir como fuente de alimento para otros los gérmenes. Además, cada empiema lleva el peligro de que los gérmenes del desplegable pus La acumulación puede ingresar al torrente sanguíneo y asentarse en otro lugar (dispersarse) o desencadenar el cuadro clínico de una enfermedad potencialmente mortal. sangre envenenamiento (sepsis). Finalmente, en el curso de la curación de una inflamación (purulenta), pueden ocurrir adherencias, que posteriormente pueden causar problemas, especialmente en la cavidad abdominal y en el espacio entre los pulmón y del pecho pared.

Diagnóstico

A veces, un examen médico concienzudo (anamnesis) y examen físico puede llevar a una sospecha urgente de empiema y su ubicación. Un examen de laboratorio del sangre también puede continuar con un aumento existente de los denominados parámetros de inflamación. Sin embargo, la mejor forma de localizar un empiema es utilizar técnicas de imagen como ultrasonido (ecografía), MRT o CT.

La presencia y ubicación de un empiema también se puede determinar con certeza durante la cirugía. El interior de un pus La acumulación es generalmente difícil para las células inmunes y los medicamentos (como antibióticos, que son útiles aquí) para alcanzar. A partir de un cierto tamaño de empiema, por lo tanto, además de la terapia sistémica con una terapia antibiótica adaptada al patógeno (y su resistencia) (en forma de tableta o mediante una cánula permanente), se debe realizar una apertura quirúrgica de la cavidad para drenar el pus. En algunos casos, también puede ser útil no solo enjuagar la cavidad corporal con soluciones desinfectantes durante la operación, sino incluso insertar solución antibiótica o temporalmente una cadena, esponja o similar.

Si hay una acumulación de pus en el espacio entre el pulmón y del pecho pared (espacio pleural) o en la cavidad abdominal, donde existe riesgo de adherencias, se puede enjuagar con una solución especial para prevenir esto. El procedimiento suele concluir luego con la inserción de un drenaje, que también se puede utilizar para drenar las secreciones y así prevenir la formación inmediata de un nuevo empiema. Este drenaje luego permanece en su lugar durante horas o días; en casos extremos, incluso puede requerir múltiples reemplazos. Dependiendo del caso y la ubicación, el procedimiento se realiza bajo anestesia local o en el quirófano.