Fiebre reumática: definición, síntomas

Breve descripción

  • Síntomas: incluyendo fiebre, debilidad, fatiga y dolor en las articulaciones grandes.
  • Causas y factores de riesgo: Ciertas bacterias, los llamados estreptococos beta-hemolíticos del grupo A.
  • Diagnóstico: Utilizando los criterios de Jones, hisopado de garganta, análisis de sangre, entre otros.
  • Tratamiento: Terapia con antibióticos, medicamentos antiinflamatorios y analgésicos, esteroides.
  • Curso de la enfermedad y pronóstico: si se trata en una etapa temprana, el pronóstico es bueno. Los daños consiguientes (por ejemplo, en el corazón) pueden ser irreversibles.
  • Prevención: tratamiento antibiótico oportuno para la infección estreptocócica.

¿Qué es la fiebre reumática?

La fiebre reumática es una reacción autoinmune desencadenada por ciertas bacterias conocidas como estreptococos betahemolíticos. Cuando se infecta con estos patógenos, el propio sistema inmunológico del cuerpo los ataca y ataca ciertas estructuras superficiales de las bacterias.

Una vez que el sistema inmunológico ha formado anticuerpos contra un determinado patógeno, estos permanecen en el cuerpo durante un período de tiempo más largo, incluso si la enfermedad en sí ya se ha curado. De este modo, el sistema inmunológico puede contrarrestar rápida y eficazmente nuevas infecciones con el mismo patógeno.

Sin embargo, a veces sucede que los anticuerpos no sólo reconocen material extraño, sino que también se unen por error a estructuras propias del cuerpo, por ejemplo a la superficie de las válvulas cardíacas. De este modo, este tejido queda marcado como extraño al resto del sistema inmunológico y se produce una reacción defensiva contra el propio cuerpo del paciente. A esto se le llama reacción autoinmune, es decir, reacción contra uno mismo.

En la fiebre reumática, las células del corazón, las articulaciones y la piel se ven especialmente afectadas por la reacción inmunitaria mal dirigida.

¿Qué tan común es la fiebre reumática?

Sólo una proporción muy pequeña de personas que se infectan con estreptococos betahemolíticos desarrollan fiebre reumática.

En países con buena atención médica, esta complicación a menudo se puede prevenir con el tratamiento adecuado. Sin embargo, en muchos países en desarrollo la fiebre reumática es mucho más común y es la causa más frecuente de enfermedad cardíaca en los niños.

En todo el mundo, poco menos de medio millón de personas contraen fiebre reumática cada año, en particular niños y adolescentes de entre tres y 16 años.

¿Cuáles son los síntomas?

Estos síntomas duraderos y de aparición tardía suelen ser causados ​​por daños estructurales en los órganos, que son difíciles de prevenir.

Fiebre reumática aguda

La fiebre reumática aguda suele aparecer unas semanas después de la infección estreptocócica. La enfermedad se presenta de forma muy diferente y no es fácil de reconocer, ya que no todos los síntomas parecen siempre igualmente evidentes.

Muchos enfermos acuden al médico con fiebre, dolor de cabeza, debilidad y cansancio. Los niños pequeños a veces también se quejan de dolor abdominal. El dolor en las articulaciones grandes, como la rodilla, la cadera o el hombro, también son síntomas típicos de la fiebre reumática. Las articulaciones a menudo no sólo duelen, sino que también están enrojecidas e hinchadas.

Finalmente, el sistema inmunológico puede atacar al sistema nervioso durante una fiebre reumática. Esto puede provocar cambios de personalidad, debilidad muscular, problemas de equilibrio y trastornos de la motricidad fina.

Si el cerebro se ve afectado, puede producirse un trastorno especial del movimiento, conocido como corea de Sydenham. Los niños se ven afectados por este síndrome neurológico con mucha más frecuencia que los pacientes adultos.

Los movimientos incontrolados y sin rumbo son típicos de la corea de Sydenham. Los niños se comportan de forma torpe, derramando sopa o rompiendo platos, por ejemplo. A diferencia de la inflamación del corazón, los síntomas neurológicos suelen curarse sin consecuencias. La corea de Sydenham, por ejemplo, suele durar sólo unos meses.

¿Qué efectos tardíos son posibles?

Incluso a una edad más avanzada, pueden sufrir ataques recurrentes con limitaciones físicas cada vez mayores. Sin embargo, es poco probable que la fiebre reumática afecte a adultos por primera vez sin haber ocurrido en la infancia.

El daño al corazón como resultado de la fiebre reumática es relativamente común y a menudo dura toda la vida. Hasta el 60 por ciento de todos los afectados presentan daños cardíacos a largo plazo.

Esto afecta especialmente a los pacientes que son diagnosticados demasiado tarde o que no han recibido tratamiento. El sistema inmunológico ataca principalmente a las válvulas cardíacas. Estos funcionan como una válvula y aseguran que el corazón bombee sangre continuamente en una dirección. Si las válvulas cardíacas se dañan, se produce una sobrecarga crónica y, en última instancia, una insuficiencia de bombeo del corazón.

Fiebre reumática: causas y factores de riesgo

El resultado es una membrana mucosa de color rojo brillante en la garganta con pequeñas placas amarillas (angina estreptocócica). Los estreptococos también son responsables de la escarlatina, una enfermedad infantil, así como de diversas infecciones de la piel.

No se comprende completamente por qué la fiebre reumática aparece en algunas personas después de una infección estreptocócica y no en otras. Se supone que se hereda cierta susceptibilidad a una reacción tan falsa del sistema inmunológico.

La edad también es un factor de riesgo importante. La fiebre reumática es mucho más común en niños que en personas mayores. Este riesgo es especialmente alto entre los cinco y los 15 años, ya que las infecciones de garganta por estreptococos son más frecuentes durante este período.

Exámenes y diagnóstico

El médico siempre piensa en fiebre reumática cuando un niño o adolescente acude con fiebre alta y dolor en las articulaciones y además ha tenido dolor de garganta en las últimas semanas. Sin embargo, no siempre es fácil reconocer la fiebre reumática, ya que los síntomas se presentan de forma muy diferente en muchos pacientes.

Los llamados criterios de Jones, desarrollados en 1944, sirven como ayuda de diagnóstico para los médicos. Describen síntomas que juntos indican fiebre reumática. Los criterios principales incluyen

  • Dolor en las articulaciones debido a la inflamación de las articulaciones (artritis)
  • Carditis (inflamación del músculo cardíaco)
  • Erupción cutánea (especialmente en el tronco)
  • Pequeños nódulos debajo de la piel (especialmente en codos, muñecas, rodillas y tendones de Aquiles)
  • Corea de Sydenham (trastorno del movimiento)

Además, existen algunos criterios secundarios, como aumento de los niveles de inflamación en sangre, fiebre, cambios electrocardiográficos o evidencia de estreptococos en las últimas semanas.

Si ya se presentan síntomas de fiebre reumática pero la infección aguda de garganta ya se ha curado, existen otras formas de detectar el patógeno. Con el llamado título de antiestreptolisina (título de ASL) y el título de anti-DNasa B (título de ADB) se pueden detectar en la sangre signos de una reacción inmune contra las bacterias desencadenantes.

El diagnóstico de fiebre reumática se realiza según un catálogo de decisiones específico utilizando los criterios de Jones. En general, cuantos más factores se cumplan, más probable será que haya fiebre reumática, teniendo más peso los criterios principales.

Otros exámenes clínicos y de imágenes ayudan a establecer el diagnóstico. El médico utiliza ultrasonido y electrocardiografía (ECG) para evaluar posibles daños cardíacos.

Fiebre reumática: tratamiento

El antibiótico más importante en la lucha contra la fiebre reumática es la penicilina. Según el caso también se pueden utilizar otros antibióticos como cefalosporinas o macrólidos. El médico también puede recetarle analgésicos (analgésicos).

Si el corazón está afectado, el médico también prescribirá medicamentos antiinflamatorios como ibuprofeno o naproxeno tan pronto como se confirme el diagnóstico. Si el corazón se ve gravemente afectado, el médico también le recetará esteroides. Es controvertido si aportan una mejora a largo plazo o solo combaten los síntomas de forma aguda. También es importante que los pacientes eviten cualquier esfuerzo físico.

Si las válvulas cardíacas se bloquean a largo plazo, puede ser necesaria una operación para reabrir la válvula o reemplazarla por completo. Sin embargo, los médicos no realizan dicha operación hasta al menos un año después de la fase inflamatoria aguda.

También puede ser necesario que los afectados tomen antibióticos de por vida durante procedimientos invasivos, es decir, quirúrgicos (por ejemplo en la nasofaringe, en los dientes o en la piel). Esto es para evitar que las bacterias que ingresan temporalmente al torrente sanguíneo se adhieran al corazón.

Curso de la enfermedad y pronóstico.

El curso y el pronóstico de la fiebre reumática dependen, en particular, de la rapidez con la que el médico la reconozca y la trate adecuadamente.

Si la fiebre reumática aún se encuentra en una etapa temprana, el pronóstico es bueno. Suele curarse sin mayores problemas. El dolor articular también desaparece con el tiempo.

Sin embargo, si ya se ha producido un daño cardíaco, normalmente ya no se puede reparar. Además, existe un mayor riesgo de sufrir un nuevo ataque de fiebre reumática, que puede agravar el daño.

Prevención

Si en el caso de una infección estreptocócica se administra un tratamiento con antibióticos mientras la garganta aún está inflamada, normalmente se puede evitar la fiebre reumática.