Mareos al acostarse

Introducción

Vértigo es una de las preocupaciones médicas más comunes. Aproximadamente uno de cada diez pacientes que consultan a su médico de cabecera se queja. Las causas, por otro lado, pueden ser de naturaleza extremadamente diversa.

Los factores relevantes para determinar la causa son historial médico, cuándo se produce el mareo y en qué forma se manifiesta. A modo de ejemplo, se puede distinguir entre mareos que se presentan de forma permanente o en ataques, siempre con el mismo movimiento o de forma difusa, así como entre vértigo rotacional (como en un tiovivo) y vértigo vestibular (como en un barco). Se observará más de cerca el mareo que se produce al acostarse.

¿Por qué tengo mareos al acostarme?

El mareo que se produce al acostarse suele ser de naturaleza benigna. Si el mareo ocurre solo cuando el cabeza La posición cambia, como cuando está acostado, se puede suponer que la causa radica en alteraciones del propio órgano vestibular. Para entender esto, se debe recordar la estructura del órgano: tres arcos llenos de líquido, cada uno de los cuales está orientado en una dirección en el espacio, forman la estructura básica del órgano.

Cuando el órgano se mueve o cambia de posición, el líquido se pone en movimiento y pasa a las células sensoriales que registran el movimiento y luego envían la señal al cerebro. Si la señal de movimiento de ambos oídos juntos es la misma, la cerebro tiene un sentido funcional de equilibrar. Sin embargo, si la dirección del movimiento se cambia demasiado rápido o si la información de ambos oídos no coincide (o la información de movimiento de los oídos no coincide con la de los ojos), el cerebro se confunde y el resultado se percibe como mareo.

En caso de vértigo cuando está acostado, también se le llama "paroxismo benigno Vértigo posicional“. Esto significa que dependiendo de la posición del cabeza, pueden aparecer mareos repentinamente. Esto es causado por pequeñas piedras (los llamados otolitos) que se desprenden de una parte del el órgano del equilibrio y luego rodar por los arcos cuando el cabeza cambia de posición.

Este suele ser solo el caso en un oído. Allí las piedras provocan señales de movimiento falsas que el cerebro no puede interpretar correctamente. A veces se presentan mareos, que vuelven a desaparecer cuando la cabeza se mantiene quieta o las piedras desaparecen de los arcos.

En contraste con esto está el mareo, que es permanente o surge de la nada. La causa debe buscarse menos en el órgano de equilibrar en sí mismo que en el nervio que se mueve desde allí al cerebro. Una perturbación permanente o impredecible de la equilibrar debe asociarse más bien con irritaciones del nervio. Esto puede deberse, por ejemplo, a una inflamación del nervio o tumores que presionan el nervio. Se trata entonces de enfermedades graves, aunque paroxísticas benignas. vértigo posicional también puede ser desagradable para los pacientes.