Manos agrietadas

Las manos agrietadas y secas son un problema común, especialmente a bajas temperaturas cuando la piel está estresada por el aire caliente frío y seco. La piel se vuelve quebradiza y escamosa, y el lavado frecuente de manos o el contacto con productos químicos agrava aún más estos síntomas. Cabe señalar que las manos agrietadas no son solo un problema cosmético, sino también un salud riesgo.

Al dañar el manto ácido natural de la piel, la piel está menos protegida contra las influencias ambientales y se vuelve más susceptible a la inflamación y las alergias. Por esta razón, las manos agrietadas deben tomarse en serio y deben tratarse con el cuidado adecuado. Deben observarse medidas de protección como el uso de guantes al entrar en contacto con agentes de limpieza u otros productos químicos para aliviar o incluso prevenir los problemas de la piel.

En algunos casos, las manos agrietadas y ásperas pueden ser un síntoma de una enfermedad de la piel, alergia o enfermedades como diabetes mellitus. En estos casos, se debe averiguar la causa de los problemas y la enfermedad subyacente debe tratarse en consecuencia. Varias causas pueden conducir a una pérdida de función del llamado manto ácido de la piel.

Esto generalmente es producido por glándulas sebáceas, que se encuentran en toda la piel, y se componen de una mezcla especial de agua y grasa que mantiene la humedad dentro de la piel y la protege de las influencias externas dañinas. La falta de grasa y humedad conduce a una pérdida de función de esta barrera protectora de la piel. Entonces las manos se agrietan y se secan.

Estructura y función de la piel.

La piel es el órgano más grande del organismo humano y cumple multitud de funciones. Estas incluyen funciones vitales como proteger el cuerpo de patógenos, frío o calor y de la desecación. Sensaciones sensoriales como la percepción de dolor, el tacto, la vibración, la temperatura o la sensación táctil también se perciben a través de la piel.

En las manos y especialmente en las yemas de los dedos, la percepción de estas sensaciones está particularmente bien desarrollada, y estas sensaciones se ven perturbadas por manos agrietadas y daños en la piel. También el agua y el calor equilibrar (por ejemplo, la sudoración a temperatura corporal elevada) está regulada por la piel. Para poder cumplir con todas estas funciones, la piel está compuesta por tres capas de tejido.

En el exterior está la epidermis, seguida de la dermis y la subcutis. La capa superior de la piel se compone principalmente de células córneas, los llamados queratinocitos, que forman una capa protectora contra la pérdida de humedad y patógenos. La dermis es mucho más gruesa y robusta y contiene los nervios, glándulas de la piel, sangre y linfa vasos y muchos receptores de presión para el sentido del tacto. El subcutis consiste principalmente en tejido graso, que actúa como acumulador de energía y protección contra el frío.