Hematoma en la cabeza

Los hematomas en sí mismos son inofensivos, pero si el moretón está en el cabeza, puede ser peligroso. Pequeños hematomas en el cabeza Por lo general, pasan desapercibidos y se curan por sí solos. Sin embargo, los moretones más grandes pueden ejercer presión sobre el cerebrocausando dolor.

Existen varios tipos de sangrado en la cabeza:

  • Hematoma epidural
  • Hematoma subdural
  • Hemorragia subaracnoidea
  • Hematoma intracerebral

Hematoma epidural

Hematoma epidural (EDH) es un hematoma entre el cráneo hueso y el exterior meninges. La causa es a menudo cabeza trauma asociado con lesión arterial. Un hematoma epidural es muy peligroso; entre el 15 y el 20 por ciento de todas las personas afectadas no sobreviven a una lesión de este tipo. Para aliviar la presión sobre el cerebro del desplegable moretón, un hematoma epidural más de un cierto tamaño debe eliminarse quirúrgicamente.

Hematoma subdural

Un subdural moretón (SDH) está más cerca del cerebro que una epidural moretón porque se encuentra debajo del exterior meninges. Ocurre cuando hay una lesión en las llamadas venas puente; en los ancianos, tal lesión es posible incluso sin fuerza externa. Los hematomas subdurales más grandes también deben extirparse quirúrgicamente.

Hemorragia subaracnoidea

Si un moretón ocurre entre el suave meninges que rodean directamente el cerebro y la membrana de tejido de araña suprayacente, esto se llama hemorragia subaracnoidea. El desencadenante de tal lesión, que se nota por graves dolores de cabeza, cuello rigidez así como náusea y vómitos, suele ser una ruptura Aneurisma Cerebral.

En tal caso, el paciente necesita cirugía inmediata. En el caso de un hemorragia subaracnoidea, aproximadamente el 50 por ciento de los afectados muere durante el primer mes después de la hemorragia; los pacientes restantes a menudo experimentan coordinación problemas o una reducción de la capacidad mental.

Hematoma intracerebral

Si un hematoma se forma directamente en el cerebro, se denomina hematoma intracerebral. Tal lesión da como resultado síntomas como parálisis, alteraciones del habla y visuales, y náusea y vómitos. Dependiendo del tamaño de la hemorragia, existe un grave peligro para la vida del paciente. Incluso la cirugía no siempre puede salvar la vida del paciente en el caso de tal lesión.