El arte de la comida placentera

Comer y beber se encuentran entre las necesidades básicas de todo ser humano. Por lo general, comemos alimentos y platos preferidos por nosotros varias veces al día. Con los nutrientes que contienen, alimentamos nuestro cuerpo y nuestra mente. Pero la comida es mucho más que la mera ingesta de nutrientes. Para nosotros, comer significa calidad de vida, transmite placer y alegría, y tiene que ver con todos los aspectos del disfrute.

¿Cómo es mi comportamiento alimentario?

Antes de profundizar en el arte de comer placenteramente, tómese un tiempo para responder de manera autocrítica a las siguientes preguntas:

  • ¿Cuántas comidas haces al día?
  • ¿Cuánto tiempo permite por comida?
  • ¿Preparas las comidas tú mismo?
  • ¿Utiliza principalmente productos frescos o tiende a recurrir a alimentos preparados?
  • ¿Cocinas a veces con tu pareja o con toda la familia?
  • ¿Con qué frecuencia prueba nuevos platos o comidas?
  • ¿Con qué frecuencia comes con tu familia?
  • ¿Se asegura de que la mesa esté bien puesta y de que haya un ambiente agradable?
  • ¿Con qué frecuencia enciende la televisión durante la cena?

Disfruta con todos los sentidos

Por disfrute entendemos una sensación sensorial positiva asociada con el bienestar físico y mental. El disfrute involucra al menos uno de nuestros órganos sensoriales. Disfrutamos de la vista de un bello objeto de arte, escuchamos con placer un aria de ópera. En el caso de los placeres culinarios, todos nuestros sentidos incluso juegan un papel. Vista, tacto, oído, llaves y olor todos contribuyen en igual medida a hacer que comer y beber sea una experiencia placentera.

Una buena comida no solo está determinada por la calidad de la comida, sino también por la forma en que se presenta. Además de la sabrosa preparación de los platos, comer también incluye, entre otras cosas, la decoración, los modales en la mesa y los rituales. Todos estos juntos hacer la cultura gastronómica.