Dolor de mandíbula | Maxilar

Dolor de mandibula

Dolor en la mandíbula puede tener muchas causas diferentes. Una de estas causas puede ser una inflamación en el maxilar y se trata con un antibiótico. Además, dolor de mandibula puede ocurrir debido a la tensión o los dientes mal posicionados.

Aquí una férula o una terapia de ortodoncia pueden ayudar. También es posible que el maxilar es muy sensible a la presión en algunos lugares. La razón de esto puede ser un llamado absceso.

Esta es una especie de pus acumulación debajo del diente. También aquí la causa es una inflamación persistente. En los signos típicos de inflamación (hinchazón, enrojecimiento, calentamiento, dolor), se debe consultar a un dentista.

El dentista normalmente puede aclarar mediante un de rayos X si la causa de la dolor de mandibula es una inflamación y en este caso prescriba un antibiótico. En el peor de los casos, un doloroso mandíbula inferior puede ser un signo de un corazón ataque. Por lo tanto, las señales no deben ignorarse.

Inflamación en la mandíbula.

Irritación o hinchazón del cavidad oral ocurre a menudo. En la mayoría de los casos, estos son inofensivos y desaparecen después de unos días. Sin embargo, si los signos de inflamación persisten, estos signos pueden indicar una inflamación en el maxilar.

Las causas de esta inflamación pueden ser muy diferentes. En muchos casos, un accidente dental con un acompañante fractura es la razón del desarrollo de la inflamación. Además, las acumulaciones de pus que han estado presentes durante mucho tiempo también pueden ser la causa de una inflamación de la mandíbula.

Se puede distinguir entre ostitis (inflamación del hueso) o osteomielitis (inflamación de la médula ósea). Se diferencian en las partes del hueso afectadas por la inflamación. Por lo general, estos van acompañados de periostitis (= inflamación de el periostio (piel de hueso)).

La inflamación a menudo se puede detectar en las radiografías. Es muy importante no ignorar los signos de una inflamación persistente. La terapia se suele realizar con antibióticos. Una inflamación persistente y no tratada puede provocar necrosis, es decir, muerte del hueso. Esto, a su vez, puede provocar la pérdida de dientes.