Curso de la enfermedad | Neumonía por infarto

Curso de la enfermedad

Neumonía por infarto a menudo se manifiesta a través de síntomas bastante discretos y fatiga generalizada. Si no se administra ninguna terapia, el paciente condición se deteriora y daña permanentemente los pulmones o incluso sepsis, es decir, una lixiviación del bacterias fotosintéticas en el torrente sanguíneo con insuficiencia orgánica, es posible. Después de iniciar la terapia con antibióticos, el paciente condición mejora en una semana. Sin embargo, en el caso de graves neumonía, la terapia debe realizarse habitualmente durante 14 días y, en cualquier caso, durante al menos otros 3 días después de la desfibrilación. El agotamiento también puede persistir un poco más.

Duración / predicción

El pronóstico de un neumonía por infarto depende en gran medida de la condición y enfermedades previas, así como su edad. El pronóstico empeora con la edad. Adquirido en el hospital neumonía por infarto tiene una tasa de mortalidad de hasta más del 20%.

Las personas mayores, en particular, tienen un alto riesgo de desarrollar este llamado infarto adquirido nosocomialmente. neumonía. Por tanto, el tratamiento no debe retrasarse bajo ninguna circunstancia. Pacientes más jóvenes que han contraído neumonía fuera del hospital, por otro lado, tienen un buen pronóstico si el tratamiento se administra de manera constante.

¿Qué tan contagiosa es la neumonía por infarto?

Se desarrolla una neumonía por infarto debido a un daño previo en el pulmón, que suele ocurrir en el contexto de una enfermedad pulmonar embolia. Este daño previo favorece la neumonía. Los patógenos se transmiten a través de un infección por gotitas.

Esto significa que los afectados tos eliminar los patógenos o propagarlos estornudando en el aire que respiran. En caso de contacto, los patógenos también pueden inhalarse. Sin embargo, las personas con un intacto sistema inmunológico no están particularmente en riesgo de ser infectados por una persona afectada.

Sin embargo, las personas mayores y los niños pequeños en particular deben evitar el contacto con los afectados hasta que se haya administrado la terapia con antibióticos durante un período de tiempo suficiente. En caso de contacto, se recomienda llevar un boca protector y guantes para mantener el riesgo de infección lo más bajo posible. Desafortunadamente, la duración del riesgo de infección no se puede dar en términos generales, por lo que siempre se debe consultar al médico tratante del interesado.