¿Qué es la regla KAI?

Primero se debe aprender a cepillarse los dientes y practicarlo con regularidad. Los padres juegan un papel importante en esto: como modelos a seguir y como autoridad de control, los padres pueden crear las condiciones para la salud de los dientes de sus hijos. Es importante seguir siempre el mismo sistema y secuencia al cuidar los dientes; lo más fácil para los niños es la llamada regla KAI: superficies de masticación, superficies externas, superficies internas

¿Cómo funciona?

  • Superficies de masticación: Primero, el niño cepilla las superficies de masticación de un lado a otro. Es mejor comenzar por el lado derecho: primero por la parte inferior y luego por la parte superior. Luego es el turno del lado izquierdo: primero en la parte inferior, luego en la parte superior. Aquí se permite el cepillado de ida y vuelta, de modo que incluso los surcos profundos de los molares queden limpios.
  • Superficies externas: El niño “pinta” círculos con el cepillo en las superficies externas de las filas cerradas de dientes: En el lado derecho desde atrás hacia adelante y también en el lado izquierdo. Luego, los incisivos se limpian de la misma manera.
  • Superficies internas: Finalmente, todas las superficies internas por debajo y por encima llegan a él. Aquí comienza de nuevo por la parte posterior y de rojo a blanco, es decir, de la encía al diente. Las superficies internas se “barren” con pequeños círculos o con movimientos giratorios como con un cepillo de mano.

Que mas es importante

Hasta los seis años, un fluoruro-contiene niños pasta dental (fluoruro contenido máximo de 500 ppm). Una cantidad del tamaño de un guisante es suficiente para cepillarse los dientes. A fluoruro-conteniendo pasta dental para adultos (contenido de fluoruro 1,000 ppm - 1,500 ppm) puede ser usado por el niño solo en edad escolar.

Conclusión

Los niños necesitan tiempo para dominar perfectamente el cepillado de los dientes. Los niños de hasta seis años todavía no son profesionales del cepillado; hasta entonces, los padres son obligatorios. Los padres deben comprobar periódicamente el éxito del cepillado y, si es necesario, volver a cepillarse. Una tarea que puede resultar molesta en ocasiones, pero que contribuye significativamente al desarrollo de los dientes sanos de los niños.