Cuidados posteriores | Cirugía de bursitis del codo

Programa de Cuidados Posteriores

Después de la operación, las férulas ya se aplican a la articulación del codo en el quirófano para asegurar la inmovilización. Alternativamente, un yeso El yeso se puede aplicar por un período de una semana. Además, trombosis profilaxis, antiinflamatorio y dolor-La terapia de alivio y los exámenes de seguimiento regulares son importantes.

Durante aproximadamente 2 semanas, el brazo aún debe estar inmovilizado y no debe someterse a demasiada tensión. Pasado este tiempo, se retiran los puntos de sutura del área quirúrgica. Si el médico no encuentra más complicaciones o signos de infección aquí, el codo puede volver a cargarse. Sin embargo, en el caso de deportes particularmente extenuantes o trabajo para el brazo, es aconsejable esperar hasta 6 semanas hasta que el brazo esté completamente activo.

Riesgos y complicaciones

La bursa tiene una función importante en la articulación del codo. Regula la enorme carga de presión sobre la articulación y, por lo tanto, protege la huesos de una fuerte compresión mecánica. Después de la extirpación quirúrgica, falta este mecanismo regulador, lo que puede provocar daños en la articulación.

Además, un procedimiento quirúrgico y, por tanto, invasivo conduce inevitablemente a la formación de cicatrices. Estos son estéticamente perturbadores y también pueden afectar la función articular. Aquí no se puede descartar una reducción de la movilidad.

Además, pueden producirse lesiones nerviosas de los tractos nerviosos adyacentes durante el procedimiento quirúrgico. En casos raros, esto puede provocar parestesia, entumecimiento o pérdida de la función de grupos de músculos individuales. Moretones en la articulación del codo También puede ocurrir después de la operación y no es infrecuente. Además, puede ocurrir sangrado intraoperatorio, ya que el sitio quirúrgico está muy bien provisto de sangre.

Sin embargo, el sangrado pequeño y controlado no es preocupante y puede ser compensado por el cuerpo. Una complicación que puede ocurrir, por ejemplo, debido a una hemorragia en un lóbulo muscular y, por lo tanto, en un área limitada por una fascia muscular, se denomina síndrome compartimental. En este síndrome, hay un aumento peligroso de la presión del tejido dentro del compartimento.

Las consecuencias son lesiones nerviosas, daños en tejidos y órganos. Si se sospecha de síndrome compartimental, está indicada la división rápida de la fascia quirúrgica. La apertura quirúrgica de la piel y el tejido subcutáneo puede causar bacterias fotosintéticas penetrar en la zona de la herida y provocar una infección. Este riesgo se minimiza con la antibioticoterapia pre y posoperatoria.