Lente intraocular Phake (PIOL) | Terapia de la miopía

Lente intraocular Phake (PIOL)

El PIOL es una lente de ojo artificial que se inserta en el ojo además de la propia lente del ojo. Las lentes intraoculares se suelen utilizar en el tratamiento de cataratas, pero también se pueden utilizar para corregir defectos de visión. Este método se puede elegir como una alternativa a terapia con láser si esto no es posible o si existe un mayor grado de ametropía.

Se requiere una miopía mínima de -5 dioptrías. Con algunos lentes, se puede corregir la miopía de hasta -20 dioptrías. Las lentes tienen puntos focales adaptados al paciente, generalmente uno para visión de cerca y otro para visión de lejos.

Esto permite al paciente vivir una vida después de la operación sin gafas tan lejos como sea posible. Lentes: PIOL distingue entre diferentes tipos de lentes. Por un lado están los lentes de cámara anterior y de cámara posterior.

Las lentes de la cámara anterior se insertan entre la córnea y el iris, las lentes de la cámara posterior entre el iris y la lente del ojo. También hay lentes duras y blandas. Los materiales utilizados son en su mayoría acrílico y silicona.

Contraindicaciones: Un PIOL no debe usarse en personas menores de 18 años o mujeres embarazadas. Además, la agudeza visual del paciente, que se midió varias veces antes, no debería diferir significativamente. Además, si la cámara anterior del ojo del paciente no es lo suficientemente profunda, no habrá espacio suficiente para la inserción de una lente de cámara anterior.

En tal caso, el procedimiento no se puede realizar. Procedimiento: El PIOL generalmente se inserta en el ojo de forma ambulatoria y anestesia local. Se requiere una incisión de 3-6 mm de longitud (según el lente).

No es necesaria una sutura. Riesgos: después de la inserción del PIOL existe un mayor riesgo de inflamación del ojo. La lente también puede salirse de su posición debido a la manipulación del ojo (frotamiento fuerte, vibración fuerte), por lo que es necesaria una nueva intervención.

Además, el daño a la córnea puede permanecer debido a la incisión, lo que resulta en una reducción de la agudeza visual. El propio cristalino del cuerpo puede volverse turbio. Bajo ciertas circunstancias, la presión intraocular puede aumentar enormemente. En cualquier caso, el paciente debe someterse a controles periódicos de por vida con el oftalmólogo después de la operación.