Causas Astillamiento de huesos

Causas

La terapia individual para un fragmento de hueso existente varía mucho. En principio, esto depende de las estructuras involucradas y del tamaño del fragmento. En general, se puede hacer una distinción entre terapia quirúrgica y conservadora.

La terapia conservadora suele incluir la administración de analgésicos y una estabilización del hueso afectado. La fuerza de la estabilización depende del tamaño del fragmento y de la parte del cuerpo afectada. Huesos que están sujetos a un fuerte estrés diario, por lo general, se les debe dar una fuerte estabilización.

La estabilización externa se puede lograr aplicando un yeso yeso o usando una férula. A yeso A menudo se aplica yeso, especialmente si el hueso está completamente roto además de la astillamiento de huesos. Por otro lado, la astilla de hueso se trata mediante cirugía.

Esto puede ser necesario si la astilla de hueso se encuentra en una posición desfavorable y no vuelve a crecer con el resto del hueso por sí sola o si la astilla es muy grande. Si hay un deterioro de importantes vasos or los nervios, la cirugía también está indicada. Dependiendo de la ubicación y el tamaño de la astilla, se pueden considerar diferentes técnicas quirúrgicas.

Para fragmentos muy pequeños, puede ser apropiada una simple extracción, mientras que los trozos de hueso más grandes generalmente se vuelven a conectar al hueso. El médico tratante puede evaluar mejor la terapia individual si se ha realizado un diagnóstico completo del área afectada. Sobre la base de las imágenes producidas, se puede realizar una evaluación de la gravedad y las estructuras dañadas y, con esta información, se puede elaborar un plan de terapia individual, que generalmente conduce a una curación indolora de la lesión.

Las astillas de huesos suelen ocurrir en el contexto de una lesión mayor con una fuerza externa. Además de la astilla ósea, otras lesiones suelen ser el centro de atención. Por lo tanto, se necesitan diagnósticos completos para obtener una visión general de la situación individual de la persona afectada.

El diagnóstico suele comenzar con una consulta médico-paciente. En el caso de lesiones graves, esto es naturalmente más corto y, si la persona afectada no está consciente, puede ser necesario reemplazarlo por una conversación con un familiar u otra persona presente. A esto le sigue un examen físico.

Si un hueso completo fractura está presente, a menudo se puede diagnosticar durante el examen físico. Sin embargo, un hueso fractura por lo general, no se puede palpar, por lo que se utiliza equipo de imágenes después de lesiones graves. Además de hacer un diagnóstico, estos también ayudan a desarrollar un plan de terapia adecuado para la persona afectada.

Dependiendo de la ubicación y extensión de la lesión, se utilizan diferentes dispositivos de diagnóstico. El procedimiento estándar para las lesiones óseas es tomar una Rayos X. Para poder evaluar la extensión de la lesión, esto generalmente se realiza en dos pasos.

Si las imágenes producidas por un Rayos X no son suficientes o si la lesión es grave y también afecta al cabeza, generalmente se realiza una tomografía computarizada. En este caso todos huesos del cuerpo se puede mostrar en todos los planos con la ayuda de Rayos X tecnología. Para poder evaluar tejidos blandos como los nervios y vasos, se debe realizar una resonancia magnética. Esto puede ser necesario especialmente en el caso de astillas de hueso, por ejemplo, para detectar cualquier deterioro de otras estructuras causado por la astilla.