Poner a dormir al bebé y al niño pequeño: entrenamiento para dormir

Además, existen varios métodos (por ejemplo, el método Tweedle) que entrenan al niño para que se duerma de forma independiente. Todos se basan en un principio similar. Es decir, acostar al niño solo y despierto, y después del relajante ritual de quedarse dormido, salir de la habitación. Ahora, cuando el bebé llora, la madre entra a la habitación después de ciertos intervalos, que se van alargando gradualmente (de 2 minutos a 15 minutos), para consolar al niño (no más de 2 minutos).

Durante este tiempo, no se enciende ninguna luz y no se saca al niño de la cama ni se lo distrae de dormir con ninguna otra acción (beber, comer o similares). Estos métodos pueden ser muy estresantes para los padres porque deben realizarse de manera constante durante varios días antes de lograr el resultado deseado.

¿Los niños duermen peor hoy que en el pasado?

Actualmente no hay evidencia que apoye esta tesis. Sin embargo, existe alguna evidencia de que los niños de hoy duermen peor porque están expuestos a más estímulos desde el nacimiento y tienen que procesarlos durante el sueño. Sin embargo, esto también significa que debe haber tanto silencio como sea posible antes de que el niño se vaya a la cama. En otras palabras, que esté protegido de la luz, el ruido y olor estímulos.

Como los padres de hoy utilizan métodos de crianza más suaves, probablemente sea más común que traten a los niños como pequeños adultos y no comprendan que no pueden establecer sus propios límites. En términos de sueño, esto significa que los niños a menudo ni siquiera saben o notan que están cansados. Aunque solo sea por el miedo a perderse algo, casi ningún niño se iría a la cama voluntariamente.

Por lo tanto, para encontrar un ritmo diario, los niños dependen de la ayuda de sus padres. Los padres no deben tener miedo de ser inflexibles o incluso innecesariamente autoritarios con una rutina diaria clara y consistente. Después de todo, la constancia y la regularidad son particularmente importantes para el organismo humano y también para la psique, y dan a los niños una sensación de seguridad y protección.