Mutismo en niños

En un entorno familiar, juega con sus hermanos y padres, se ríe y retoza. Sin embargo, si una persona aparece de repente, el comportamiento cambia abruptamente: de repente, el niño ya no puede pronunciar una palabra, permanece en silencio, mira hacia otro lado, se “bloquea” por completo. ¿También sabes esto de tu descendencia? Su hijo puede verse afectado por el mutismo, un trastorno de la comunicación que los expertos estiman que afecta a entre 6,000 y 10,000 personas en Alemania. El mutismo es particularmente común en la infancia.

Frecuencia de mutismo

Según un estudio de 2001, el número de casos de mutismo selectivo es de 7 niños por cada 1,000. El fenómeno es aproximadamente dos veces más común que autismo, con el que no pocas veces se confunde el mutismo.

El término deriva del latín “mutus” que significa “mudo” y describe el silencio persistente e inducido por el miedo de una persona, que se intensifica con el tiempo y, finalmente, difícilmente puede controlarse a voluntad. No hay ningún defecto en los órganos del habla ni en la audición como causa.

Mutismo en niños

Si los niños se vuelven completamente silenciosos en determinadas situaciones o hacia algunas personas, esto no siempre tiene que ver con el desafío, la mala educación o la timidez momentánea, sino que pueden ser signos de un síndrome de mutismo.

Los padres a menudo malinterpretan a los niños con mutismo como tímidos o apáticos: en el entorno familiar de la familia, hermanos y amigos cercanos, la persona afectada habla con normalidad y de manera relajada, pero tan pronto como existe la sospecha de que alguien más está escuchando o un tercero ve que el boca se mueve, el mutista cae en silencio.

Causas del mutismo

Se hace una distinción entre el “mutismo total” (los individuos afectados no hablan en absoluto) y el mucho más común “mutismo selectivo” (también llamado mutismo electivo), cuando los individuos afectados guardan silencio solo ante determinadas personas o en determinadas situaciones.

El diagnóstico no es fácil y, a menudo, el mutismo no se reconoce, se malinterpreta o se ignora como un síndrome a tratar. Sin embargo, si el trastorno de la comunicación se detecta temprano, las posibilidades de recuperación son buenas.

El mutismo selectivo no es una enfermedad en sentido estricto, sino uno de los posibles síntomas de la “ansiedad social”. Algunas de las principales causas del mutismo selectivo son:

  • Timidez o inhibición congénita (genética) del niño.

  • problemas intrafamiliares

  • Trastornos del desarrollo del habla o anomalías en el habla del niño (está en silencio porque se avergüenza de su voz / lenguaje (imperfecto))

  • Trastornos de ansiedad, especialmente “fobia social” (querer esconderse, no querer ser el centro de atención, miedo a personas o situaciones desconocidas)