Contracciones musculares: desencadenantes, terapia, trastornos

Breve descripción

  • Causas de espasmos musculares: p. Estrés, deficiencia de minerales, estimulantes (como la cafeína), diversas enfermedades como ELA, Parkinson o diabetes mellitus.
  • ¿Cuándo son peligrosas las contracciones musculares? Cuando es síntoma de una enfermedad grave. Esto puede deberse al hecho de que no ocurre sólo esporádicamente.
  • ¿Qué se puede hacer contra las contracciones musculares? En el caso de espasmos musculares inofensivos, puede intentar eliminar la causa (por ejemplo, reducir el estrés, llevar una dieta equilibrada, no consumir demasiada cafeína ni alcohol). Si la causa son enfermedades subyacentes, el médico iniciará una terapia adecuada (por ejemplo, con medicamentos).
  • ¿Cuándo consultar a un médico? Si los espasmos musculares ocurren con más frecuencia y/o acompañan a espasmos musculares dolorosos (como en la epilepsia).
  • Diagnóstico: entrevista al paciente, exámenes físicos y neurológicos (ENG, EEG, EMG), si es necesario, exámenes adicionales como procedimientos de imagen (como tomografía computarizada, resonancia magnética) o análisis de una muestra de tejido (biopsia).

Contracciones musculares: causas y posibles enfermedades.

Pero no siempre hay una enfermedad detrás de los espasmos. Las fasciculaciones, es decir, contracciones musculares que sólo se perciben como un ligero temblor debajo de la piel, suelen ser inofensivas. Por ejemplo, el 70 por ciento de la población sufre los llamados espasmos para conciliar el sueño, lo cual es completamente inofensivo desde el punto de vista médico. A veces, detrás del síntoma se esconde una irritación nerviosa temporal.

En algunos casos, las contracciones musculares pueden intensificarse o activarse mediante movimientos voluntarios, en cuyo caso se denomina mioclono de acción. En otros casos, estímulos externos como el tacto, la luz o el sonido provocan contracciones de los músculos (mioclono reflejo).

Enfermedades que desencadenan espasmos musculares.

  • Tics, síndrome de Tourette
  • Epilepsia
  • Convulsiones febriles
  • Esclerosis Múltiple (MS)
  • Esclerosis lateral amiotrófica (ELA)
  • Enfermedad de Parkinson
  • enfermedad de Creutzfeldt-Jakob
  • Enfermedad de Wilson
  • La diabetes mellitus
  • Inflamación cerebral o hemorragia cerebral.
  • Trastornos circulatorios, enfermedades virales e infecciones bacterianas.
  • Enfermedades ortopédicas con irritación nerviosa.
  • Síndrome de piernas inquietas: trastorno neurológico en el que se producen alteraciones sensoriales y movimientos involuntarios de las piernas y, con menos frecuencia, de los brazos, especialmente en reposo.

Otros factores que desencadenan espasmos musculares

  • desequilibrio emocional, por ejemplo, mal de amores
  • estrés
  • sustancias estimulantes como la cafeína
  • Alcohol y drogas
  • resfriado e hipotermia
  • Deficiencia de magnesio
  • hipoglucemia
  • pellizco de nervios
  • Efectos secundarios de los medicamentos.
  • irritación directa de los nervios después de exámenes (por ejemplo, examen de líquido cefalorraquídeo)

En la mayoría de los casos, las contracciones musculares progresan sin dolor. Sin embargo, pueden acompañarlo de espasmos musculares dolorosos. Los espasmos musculares pronunciados restringen gravemente a las personas afectadas en la vida cotidiana, porque los movimientos intencionados como comer, beber o escribir se vuelven más difíciles. Los espasmos a menudo se intensifican en situaciones estresantes, por lo que los pacientes son estigmatizados como "nerviosos" o "inseguros".

Contracciones musculares: ¿peligrosas o inofensivas?

Mucho más raramente, las enfermedades graves provocan espasmos musculares. Una señal de esto puede ser que los espasmos se produzcan con mayor frecuencia. Por ejemplo, el temblor muscular en reposo (temblor en reposo) se observa típicamente en pacientes con Parkinson. Las enfermedades metabólicas como la diabetes mellitus también pueden manifestarse mediante espasmos musculares, al igual que la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). En tales casos, las contracciones musculares o las enfermedades que las provocan deben clasificarse como peligrosas o al menos graves.

Contracciones musculares: ¿Qué se puede hacer al respecto?

En el caso de espasmos musculares inofensivos, usted mismo puede hacer muchas cosas para detener el molesto síntoma. Si se considera que la causa de las contracciones es una enfermedad, son necesarios exámenes médicos y, en general, tratamiento por parte de un médico.

Contracciones musculares: lo que puedes hacer tú mismo

  • Sin estimulantes: los espasmos musculares a menudo también se pueden evitar evitando la cafeína, el alcohol y las drogas estimulantes.
  • Dieta equilibrada: a veces una dieta equilibrada también puede ayudar a reducir las contracciones musculares. Preste especial atención a una ingesta adecuada de magnesio si, además de contracciones musculares, se producen calambres dolorosos. Se encuentran mayores cantidades de este mineral, por ejemplo, en verduras como las espinacas, el brócoli, las judías o los guisantes, pero también en cereales como la avena, el salvado de trigo o el arroz. Para quienes gustan de la fruta: los plátanos contienen una cantidad relativamente grande de magnesio.

Antes de tomar tabletas de magnesio para los espasmos musculares, consulte con su médico.

Contracciones musculares: lo que hace el médico

Dependiendo de la condición subyacente a la contracción muscular, el médico puede recomendar varias medidas terapéuticas, a menudo además de las medidas de autoayuda mencionadas anteriormente.

Medicamentos

A menudo, las afecciones subyacentes se pueden tratar con medicamentos, por ejemplo:

  • Tics y síndrome de Tourette: Los llamados neurolépticos, sustancias activas que reducen las funciones del sistema nervioso central, pueden ayudar.
  • Temblor esencial: a menudo se puede aliviar con betabloqueantes o anticonvulsivos.

A veces, las contracciones musculares son un efecto secundario de ciertos medicamentos. En este caso, debe consultar con su médico si necesita continuar tomando el medicamento en cuestión o si es posible suspenderlo o sustituirlo por un preparado mejor tolerado.

Terapia física y ocupacional

Si las contracciones musculares se deben a la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), la fisioterapia y la terapia ocupacional periódicas son muy útiles. Esto puede tener una influencia positiva en el curso de la enfermedad progresiva. Sin embargo, la ELA no puede tratarse ni curarse causalmente, ni mediante terapia física u ocupacional ni mediante otras terapias.

La cirugía

En algunos casos de espasmos musculares relacionados con una enfermedad, el médico recomienda la cirugía. Por ejemplo, la cirugía cerebral puede resultar útil para los epilépticos. Por lo general, esto implica extirpar quirúrgicamente una región del cerebro que desencadena repetidamente los ataques epilépticos.

A veces también se realiza cirugía para el temblor esencial: en este trastorno, una determinada zona del cerebro envía una señal de interferencia constante. Esta zona se puede desactivar mediante cirugía.

Si las contracciones musculares ocurren con más frecuencia, debe someterse a un examen médico por parte de un médico para descartar una afección que requiera tratamiento. Una visita al médico también es indispensable en caso de mioclonías violentas, es decir, contracciones musculares violentas, que pueden ir acompañadas de calambres dolorosos.

Dado que las contracciones musculares suelen ser causadas por enfermedades de los nervios, la persona adecuada a quien consultar es un neurólogo.

Contracciones musculares: exámenes y diagnóstico.

El primer paso es una conversación detallada entre usted y el médico para obtener un historial médico. El médico le preguntará, por ejemplo, cuándo, con qué frecuencia, dónde y en qué circunstancias se producen las contracciones musculares en su caso y si tiene otras molestias (p. ej. calambres musculares dolorosos, fiebre, etc.).

También es importante la información sobre los posibles desencadenantes de los espasmos, como una lesión o un examen nervioso reciente. Además, informe a su médico si está tomando medicamentos y qué medicamentos, y si tiene alguna afección preexistente conocida (por ejemplo, epilepsia o diabetes).

  • Electroneurografía (ENG): utiliza electrodos para medir la velocidad de conducción nerviosa.
  • Electromiografía (EMG): en este examen, el médico utiliza electrodos para comprobar la actividad eléctrica en el músculo.
  • Electroencefalografía (EEG): aquí se examina la actividad eléctrica del cerebro, también mediante electrodos.

Dependiendo de los hallazgos o de la causa sospechada de las contracciones musculares, pueden ser útiles exámenes adicionales:

  • Pruebas de sangre y orina
  • Exámenes ortopédicos
  • Procedimientos de imágenes como rayos X, tomografía computarizada (CT), imágenes por resonancia magnética (MRI)
  • Extracción de tejido muscular (biopsia) para un examen más detallado en el laboratorio.
  • Extracción de líquido cefalorraquídeo (punción de LCR) para un examen más detallado en el laboratorio.
  • Prueba de L-dopa (en caso de sospecha de enfermedad de Parkinson)
  • Examen de vasos sanguíneos (angiografía)
  • pruebas de alergia
  • exámenes psicológicos o psiquiátricos