Esguince de ligamento del tobillo: síntomas, terapia, pronóstico

Breve descripción

  • Síntomas: dolor por presión, hinchazón y hematomas (si los vasos están dañados), dificultad para caminar.
  • Tratamiento: Tratamiento agudo según regla PECH (reposo, hielo, compresión, elevación), tratamiento conservador con fisioterapia, cirugía.
  • Evolución y pronóstico: Con un tratamiento temprano y un entrenamiento cuidadoso suele ser bueno, sin tratamiento y en casos graves, a menudo consecuencias tardías como inestabilidad en la articulación.
  • Exploración y diagnóstico: palpación y pruebas de función articular, exploración radiológica y ecográfica, resonancia magnética (RM) o tomografía computarizada (TC).
  • Causas y factores de riesgo: torsión del pie hacia adentro en deportes o accidentes de tránsito; Los factores de riesgo incluyen ciertos deportes con mucha tensión en el tobillo y cambios bruscos de dirección, así como entrenamiento insuficiente y lesiones previas.
  • Prevención: Calentar lo suficiente antes de hacer deporte, entrenamiento muscular, vendajes o cintas de soporte, calzado adecuado y plano (para calzado deportivo con caña alta).

¿Qué es un ligamento lateral desgarrado?

En el caso de un desgarro del ligamento lateral (rotura del ligamento lateral), el ligamento que se encuentra en el exterior de una articulación está parcial (rotura del ligamento) o completamente desgarrado. Esta forma de rotura de ligamentos ocurre principalmente en la articulación superior del tobillo y es una de las lesiones deportivas más comunes aquí. Los ligamentos laterales están involucrados en aproximadamente el 85 por ciento de las lesiones del tobillo o de la articulación del tobillo.

En la rodilla, por ejemplo, también hay un ligamento externo que a veces se rompe en lesiones o caídas, pero esto es mucho menos común.

Las mujeres se ven afectadas con mayor frecuencia por una rotura del ligamento externo del pie que los hombres. Mientras que en los jóvenes la rotura del ligamento externo suele ocurrir de forma aislada, en las personas mayores suele ir acompañada de una fractura de la parte externa del tobillo (el extremo inferior distendido del peroné). En los niños, las lesiones se producen principalmente en la zona de la placa de crecimiento del hueso.

Anatomía – Ligamento externo del tobillo

La función principal de la articulación superior del tobillo (OSG) es subir y bajar el antepié. Varios ligamentos estabilizan la articulación, incluido el ligamento externo (ligamentum colaterale laterale). Este consta de tres partes de ligamentos diferentes:

  • Ligamentum talofibulare anterius: conecta el borde anterior del maléolo lateral con el astrágalo (uno de los huesos del tarso)
  • Ligamento talofibular posterior: conecta el interior del maléolo lateral con el hueso del astrágalo
  • Ligamento calcaneoperoneo: conecta la parte externa del tobillo con el calcáneo.

En el caso de una rotura del ligamento externo, el ligamento talofibular anterior débil es el más afectado. En aproximadamente el 20 por ciento de los casos, este ligamento se desgarra, al igual que el ligamento calcaneoperoneo. El más fuerte de los tres ligamentos, el ligamento talofibular posterior, se desgarra sólo en raras ocasiones. Los tres ligamentos se rompen sólo en casos de fuerza fuerte.

¿Cómo se reconoce un ligamento colateral lateral desgarrado?

Los afectados a veces perciben una rotura del ligamento lateral en la parte superior del tobillo como una grieta palpable. A menudo ya no es posible caminar con el pie lesionado, lo que provoca las correspondientes dificultades para caminar. En ocasiones la persona afectada sólo camina cojeando. Se desarrolla una hinchazón severa en la articulación del tobillo. El área del ligamento desgarrado duele por la presión. Si también se lesionan vasos más pequeños, la zona se vuelve azulada y se desarrolla un hematoma.

¿Cuál es la terapia para un ligamento colateral lateral desgarrado?

En la mayoría de los casos, no es necesario operar un ligamento externo desgarrado. Se ha demostrado que incluso en caso de lesiones mucho más graves del aparato ligamentoso externo se puede conseguir un resultado funcionalmente bueno sin cirugía.

Acción inmediata

Las medidas agudas ante una rotura del ligamento colateral lateral se basan en la regla PECH (reposo, hielo, compresión, elevación): lo mejor es interrumpir la actividad deportiva, elevar el tobillo, enfriarlo (por ejemplo con hielo o agua fría) y aplicar un vendaje compresivo (contra la aparición de hinchazón). Si es necesario, los analgésicos como el ibuprofeno son útiles para aliviar el dolor.

Terapia conservadora

El tratamiento funcional se realiza normalmente con una órtesis especial (férula para el tobillo), que la persona afectada idealmente lleva durante un máximo de seis semanas. Previene una nueva torsión del tobillo. En la primera semana es aconsejable aliviar completamente el pie (con ayuda de muletas de antebrazo); A esto le sigue, dependiendo del dolor, un aumento gradual de la carga. Si la rotura del ligamento no es muy grave, suele ser suficiente la estabilización con un vendaje firme en lugar de una férula.

La venda no suele ser suficiente al comienzo del tratamiento, pero es de gran apoyo durante el transcurso. Se recomienda que los usuarios que tengan la mayor experiencia posible apliquen las cintas. Algunas personas experimentan irritación de la piel debido a las cintas, por lo que a menudo sólo son adecuadas durante un período de tratamiento limitado.

La inmovilización constante casi sólo es necesaria en casos de dolor considerable. Una férula de yeso se utiliza sólo en raras ocasiones y durante unos días. Después de eso, suele ser suficiente la protección descrita contra nuevas torsiones con férulas.

Operación

Sólo en unos pocos casos la rotura del ligamento lateral debe tratarse quirúrgicamente. En las siguientes situaciones, el médico consideraría la cirugía:

  • Desgarro del ligamento externo de los tres ligamentos.
  • Daño adicional de cartílago/hueso
  • Inestabilidad total de la articulación.
  • Desviación del eje de la articulación.
  • Casos graves de inestabilidad crónica.
  • Fracaso de la terapia conservadora
  • Rotura del ligamento externo en deportistas profesionales.

Dependiendo de la gravedad de la rotura del ligamento, existen varios procedimientos quirúrgicos para tratar el (un)ligamento desgarrado. O se puede suturar el ligamento (en el caso de una rotura central) o el médico aplica un reemplazo de ligamento insertando parte de un tendón del cuerpo. Si el ligamento se desgarra cerca del hueso, el médico generalmente intenta fijarlo nuevamente al hueso (reinserción).

Las ventajas de la intervención quirúrgica son una menor tasa de recurrencia de la rotura del ligamento externo y una reducción de la inestabilidad articular. Sin embargo, existe cierto riesgo quirúrgico incluso con este procedimiento aparentemente menor.

Después de una operación, el médico suele inmovilizar la articulación del tobillo con una férula durante una o dos semanas. A esto le sigue un cuidado posterior funcional, también con una órtesis o el llamado zapato estabilizador. La rehabilitación dura entre tres y cuatro meses en total.

Fisioterapia

Independientemente del tipo de tratamiento, los expertos recomiendan iniciar medidas de fisioterapia lo antes posible después de una rotura del ligamento colateral lateral. El objetivo es fortalecer los músculos de la zona del tobillo para estabilizar mejor la articulación. También es útil entrenar el equilibrio (por ejemplo, en la tabla oscilante). Durante el entrenamiento se aumenta la carga hasta alcanzar la carga completa sin dolor. Los vendajes de soporte suelen facilitar el entrenamiento y posteriormente la vuelta al deporte.

¿Cuánto tiempo se tarda en sanar de un desgarro del ligamento colateral lateral?

Rara vez hay complicaciones después de una rotura del ligamento externo. El pronóstico suele ser muy bueno. Como regla general, el médico prescribe un tratamiento de fisioterapia después de una rotura del ligamento externo para favorecer la curación. El período de rehabilitación es de aproximadamente cuatro a doce semanas, según la gravedad de la rotura y el tipo de terapia. Los procesos de reparación natural del tejido a veces tardan hasta un año.

La duración de la curación depende del estado de salud general del individuo así como del tipo de actividad extenuante y, por lo tanto, no puede determinarse con precisión. Los expertos aconsejan a los afectados que se abstengan de practicar deportes durante aproximadamente los dos primeros meses después de la rotura del ligamento colateral lateral, especialmente aquellos que ejercen una tensión especial sobre los ligamentos colaterales laterales. Los síntomas residuales, como la tendencia a la hinchazón, en algunos casos pueden durar varios meses, pero normalmente desaparecen por completo.

En raras ocasiones, un desgarro del ligamento colateral lateral va seguido de rigidez articular o desgaste articular prolongado (osteoartritis). Si el dolor inicial no desaparece, se debe considerar un pinzamiento del tobillo o una fractura por cizallamiento (que se pasa por alto). El pinzamiento implica el atrapamiento de tejidos blandos como los ligamentos.

Un año después de la lesión, existe aproximadamente el doble de riesgo de recurrencia de un ligamento colateral lateral desgarrado en comparación con la población promedio. A veces, la inestabilidad se puede corregir con fisioterapia constante. Hasta en el 40 por ciento de los casos persiste la inestabilidad mecánica, que luego requiere cirugía.

¿Cómo se diagnostica un desgarro del ligamento colateral lateral?

Si se sospecha una rotura del ligamento colateral lateral, los ortopedistas, cirujanos traumatólogos o médicos deportivos son los contactos de elección. Primero, el médico habla con el paciente para obtener información importante sobre los síntomas y el curso de la lesión. Para ello plantea, entre otras, las siguientes preguntas:

  • ¿Cómo ocurrió la lesión?
  • ¿Dónde se localiza el dolor?
  • ¿Todavía puedes pararte sobre el pie afectado?
  • ¿Tuviste que dejar la actividad que realizabas antes de la lesión?
  • ¿Ya has tenido una lesión en este pie?

Luego, el médico examina detalladamente el pie afectado. Como en cualquier lesión, primero comprueba si el flujo sanguíneo, la función motora y la sensibilidad del pie están intactos. Ya durante el examen se suele notar una clara hinchazón y un hematoma en la articulación del tobillo en caso de rotura del ligamento colateral lateral.

La mala alineación del pie a menudo indica una lesión ósea. Sin embargo, también son posibles desviaciones de la posición de la articulación en caso de rotura del ligamento externo de la suela.

Si el paciente siente un dolor por presión debajo de la parte externa del tobillo al palpar el pie, esto indica un ligamento externo desgarrado. Por el contrario, un dolor por presión en los puntos óseos indica una fractura ósea.

La combinación de dolor por presión y hematoma ya hace que sea muy probable una lesión del ligamento externo.

Pruebas especiales comprueban la función del ligamento externo. La llamada prueba del cajón se utiliza para comprobar la estabilidad de la articulación superior del tobillo. Para ello, el médico intenta empujar el pie hacia adelante con la rodilla doblada y la tibia fija. De este modo se puede determinar la inestabilidad mediante una comparación de lado a lado (avance del astrágalo). Otra prueba es la prueba de esfuerzo de inversión, que se utiliza para detectar una rotura del ligamento calcáneo peroneo.

Con un ligamento lateral desgarrado, la articulación del tobillo a menudo se puede abrir lateralmente, con una posición O aumentada en comparación con la articulación del tobillo ilesa del otro pie.

Debido a que hay una variedad de músculos, tendones y ligamentos en el pie, el examen del ligamento externo también considera diagnósticos alternativos, como un desgarro del tendón de Aquiles.

Proyección de imagen

Las imágenes no siempre son necesarias. Por ejemplo, un examen de rayos X aclara si, además de la rotura del ligamento externo, existen lesiones óseas (como una rotura del ligamento óseo). A veces el médico toma las llamadas imágenes retenidas. En este caso, fija el pie en una posición determinada para examinar la abertura de la articulación superior del tobillo y detectar indirectamente una rotura del ligamento lateral.

Un examen de ultrasonido (sonografía) es especialmente adecuado para comprobar la estabilidad de la articulación del tobillo. Los médicos suelen utilizar esta técnica sólo en casos individuales.

Para un diagnóstico más detallado, en ocasiones se utiliza una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética (RM), aunque estos procedimientos sólo se utilizan en determinados casos y con menor frecuencia. Sin embargo, un examen de resonancia magnética es particularmente bueno para identificar un ligamento colateral lateral desgarrado y otras lesiones, especialmente aquellas en el tejido conectivo.

¿Qué causa una rotura del ligamento externo?

Un ligamento colateral lateral desgarrado ocurre cuando el pie se gira hacia afuera, por ejemplo, al caminar o correr. En la vida cotidiana, suelos irregulares o resbaladizos, escaleras o bordillos aumentan el riesgo de torcerse el pie y lesionarse.

Los atletas suelen torcerse los tobillos como resultado de movimientos incontrolados, al chocar con un oponente o al aterrizar después de un salto. El riesgo de rotura del ligamento colateral lateral es especialmente alto en deportes con cambios frecuentes de dirección, sprints cortos y movimientos de parada rápidos, como por ejemplo en fútbol, ​​tenis y voleibol. También existe un mayor riesgo de sufrir un esguince tan grave en el pie al andar en patineta o bailar ballet que el ligamento se desgarre.

Los factores de riesgo de una rotura del ligamento externo incluyen malas condiciones de entrenamiento, músculos débiles, contracturas o acortamiento de los músculos, tendones o la cápsula articular. El daño a los nervios que resulta en una mala percepción de la posición del pie y de las articulaciones también aumenta el riesgo de desgarro del ligamento externo. La falta de experiencia en la práctica de un deporte supone un riesgo, pero al mismo tiempo, los deportistas de alto rendimiento corren un riesgo especial. El exceso de peso y los tacones altos también favorecen la rotura del ligamento externo.

En casos raros, además del ligamento desgarrado, se producen lesiones en el hueso o el cartílago.

¿Se puede evitar una rotura del ligamento lateral?

Los médicos recomiendan que los atletas calienten lo suficiente antes de hacer ejercicio para evitar un desgarro del ligamento colateral lateral. Evite el estrés unilateral. La gimnasia compensatoria o un deporte de equilibrio ayuda a desarrollar músculos de apoyo (especialmente alrededor del tobillo). Para aquellos propensos a torcerse y desgarrarse los ligamentos, las vendas o cintas deportivas pueden ayudar a sostener los tobillos. Los zapatos con una caña alta y resistente también protegen contra la rotura del ligamento externo.

Evite los zapatos con tacones muy altos o no los use durante largos periodos de tiempo. De lo contrario, los ligamentos se acortarán a largo plazo y se romperán más rápidamente bajo tensión.