Diabetes mellitus: Síntomas, Consecuencias, Causas

Breve descripción

  • Tipos de diabetes: Diabetes tipo 1, diabetes tipo 2, diabetes tipo 3, diabetes gestacional
  • Síntomas: Sed intensa, micción frecuente, picazón, piel seca, debilidad general, fatiga, aumento de infecciones debido a un sistema inmunológico debilitado, dolor debido a enfermedades secundarias de los riñones y del sistema cardiovascular, déficits neurológicos como alteraciones sensoriales o deterioro de la función visual.
  • Causas y factores de riesgo: Factores genéticos, estilo de vida desfavorable (obesidad, poco ejercicio, tabaquismo, etc.), otras enfermedades metabólicas, sustancias como el alcohol o las drogas y medicamentos.
  • Exámenes y diagnóstico: medición de glucosa en sangre y HbA1c, prueba de tolerancia oral a la glucosa (oGTT), prueba de autoanticuerpos (para diabetes tipo 1)
  • Tratamiento: cambios en la dieta, actividad física regular, comprimidos para reducir el azúcar en sangre (antidiabéticos orales), terapia con insulina.
  • Prevención: estilo de vida saludable con una dieta variada y consciente de las calorías, suficiente ejercicio, reducción del exceso de peso, tratamiento de enfermedades existentes, consumo moderado de alcohol, dejar de fumar

¿Qué es la diabetes mellitus?

La diabetes mellitus, también conocida como diabetes, es una enfermedad crónica en la que se altera especialmente el metabolismo del azúcar. Como resultado, los afectados tienen un nivel de azúcar en sangre permanentemente alto (hiperglucemia crónica), lo que tiene un efecto perjudicial duradero en varios órganos.

Los médicos hablan de nivel de azúcar en sangre elevado o elevado cuando el nivel de azúcar en sangre en ayunas está entre 100 y 125 miligramos de glucosa por decilitro de suero sanguíneo (mg/dl). Valores de 126 mg/dl o superiores indican diabetes mellitus. A modo de comparación: en personas sanas, este valor ronda los 80 mg/dl.

¿Qué tipos de diabetes hay?

Dependiendo de la causa y el momento de aparición de la enfermedad, se pueden clasificar diferentes tipos de diabetes:

Diabetes mellitus tipo 1

La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca ciertas células del páncreas. Estas llamadas células beta normalmente producen insulina, que es importante para el metabolismo del azúcar. La consiguiente falta de insulina conduce en última instancia a la diabetes mellitus.

Esta forma de diabetes afecta principalmente a jóvenes y niños de entre diez y 16 años, pero en ocasiones también la desarrollan personas mayores.

Puedes encontrar más información sobre esta forma de diabetes en el artículo Diabetes tipo 1.

Diabetes mellitus tipo 2

La diabetes tipo 2 afecta a la mayoría de los diabéticos y principalmente a las personas mayores, por lo que los médicos solían referirse a la enfermedad como “diabetes del adulto”. Sin embargo, cada vez más personas jóvenes padecen también diabetes tipo 2.

Puede leer más sobre la forma más común de diabetes en el artículo Diabetes tipo 2.

Diabetes mellitus tipo 3

La diabetes tipo 3 incluye todas las formas de diabetes que ocurren con menos frecuencia y son causadas por otras enfermedades, infecciones o el consumo de sustancias nocivas como el alcohol o las drogas.

Puede leer más sobre este grupo de formas raras de diabetes en el artículo Diabetes tipo 3.

Diabetes gestacional

Si se desarrolla diabetes mellitus durante el embarazo, los médicos se refieren a esta forma de diabetes como diabetes gestacional (o diabetes tipo 4). En la mayoría de los casos desaparece tras el nacimiento del niño, pero en algunas mujeres persiste y se trata en consecuencia.

Puedes leer todo lo que necesitas saber sobre la diabetes gestacional en el artículo Diabetes gestacional.

Diabetes en niños

La mayoría de los niños diabéticos tienen diabetes tipo 1. Sin embargo, cada vez más niños desarrollan también diabetes tipo 2. El estilo de vida “moderno” ha provocado que cada vez más niños y adolescentes tengan los principales factores de riesgo de la enfermedad: la obesidad, la falta de ejercicio y una dieta poco saludable.

Puedes leer más sobre las causas, síntomas y tratamiento de la diabetes infantil en el artículo Diabetes en niños.

Síntomas y consecuencias de la diabetes mellitus.

Los niveles anormalmente altos de azúcar en sangre en la diabetes mellitus desencadenan una amplia gama de síntomas. Esto se aplica tanto a las dos formas principales de diabetes (diabetes tipo 1 y tipo 2) como a las formas más raras.

Aumento de la necesidad de orinar

Si los niveles de azúcar en sangre están permanentemente altos, los riñones excretan más azúcar (glucosa) en la orina (glucosuria). Como el azúcar se une físicamente al agua, los afectados también excretan grandes cantidades de orina (poliuria), por lo que tienen que ir al baño con mucha frecuencia. Muchos diabéticos sufren una molesta necesidad de orinar, especialmente por la noche. La orina suele ser clara y de color ligeramente amarillo.

La poliuria es un signo típico de diabetes mellitus, pero también puede tener otras causas. Por ejemplo, se produce un aumento de la micción en diversas enfermedades renales y durante el embarazo.

El azúcar de la orina de los diabéticos le da un sabor ligeramente dulce. De aquí proviene el término técnico diabetes mellitus: significa “flujo dulce como la miel”. Sin embargo, los días en que los médicos probaban la orina de sus pacientes para hacer un diagnóstico quedaron atrás. Hoy en día se utilizan pruebas rápidas de diabetes con barras indicadoras para determinar el contenido de azúcar.

fuerte sed

Debilidad, cansancio y problemas de concentración.

El bajo rendimiento también es un signo común de diabetes. Esto se debe a que los diabéticos tienen mucha glucosa rica en energía en la sangre. Sin embargo, este no entra en las células y, por tanto, no está disponible para ellas para la producción de energía. Esto resulta en una deficiencia de energía dentro de las células. Como resultado, los pacientes a menudo se sienten débiles y físicamente menos eficientes.

La mayor parte de la glucosa que el cuerpo necesita durante el día tiene como destino el cerebro. Por tanto, una deficiencia de glucosa perjudica la función cerebral. Provoca, por ejemplo, falta de concentración, dolores de cabeza y fatiga, e incluso puede provocar una pérdida grave del conocimiento y coma.

Alteraciones visuales

Picazón (prurito) y piel seca.

A veces, la diabetes provoca picazón y provoca piel muy seca en muchos pacientes. Una de las razones de esto es la gran pérdida de líquidos debido al aumento de la orina. Los expertos sospechan que existen otros mecanismos que pueden ser responsables del aumento del picor en los diabéticos. Un ejemplo son las hormonas del estrés, como la adrenalina y el cortisol, que las glándulas suprarrenales liberan más en la sangre cuando los niveles de azúcar en sangre son demasiado altos o demasiado bajos.

También se están debatiendo los cambios en las paredes de los vasos sanguíneos, que pueden contribuir al desarrollo del picor.

Sistema inmunitario debilitado

Signos de las consecuencias de la diabetes.

La diabetes mellitus no detectada, los niveles de azúcar en sangre que no están bien controlados o que a menudo son demasiado altos, tienen consecuencias. Por ejemplo, dañan los vasos sanguíneos y los nervios, provocando a veces graves trastornos de diversos sistemas de órganos y funciones corporales. La diabetes a menudo sólo se nota a través de estos síntomas que la acompañan. Los signos de diabetes mellitus incipiente o avanzada incluyen, por ejemplo

Daño a los nervios (polineuropatía)

Los niveles altos de azúcar en sangre dañan el sistema nervioso periférico con el tiempo. Se ven afectadas tanto las vías nerviosas motoras (que controlan los músculos), como las sensitivas (las sensaciones) y las vegetativas (que controlan los órganos). Por lo tanto, los diabéticos suelen tener una percepción alterada del dolor. Por ejemplo, no perciben como dolor las lesiones en la piel o un infarto. La coordinación muscular durante los movimientos también suele verse afectada.

Daño a los vasos sanguíneos (angiopatías)

Los niveles elevados de azúcar en sangre suelen desencadenar primero cambios en la capa de la pared interna de los vasos sanguíneos más pequeños y más pequeños (capilares) (microangiopatía). Con el tiempo, los vasos sanguíneos medianos y grandes también se ven afectados (macroangiopatía). El daño vascular provoca trastornos circulatorios o incluso una oclusión completa. Esto tiene consecuencias para varios órganos. A continuación se muestran los ejemplos más importantes:

  • Corazón: una insuficiencia del músculo cardíaco puede provocar insuficiencia cardíaca, enfermedad coronaria (CHD) o un ataque cardíaco.
  • Cerebro: los trastornos circulatorios en el cerebro provocan déficits neurológicos crónicos y, en el peor de los casos, un derrame cerebral.
  • Ojos: El daño vascular en la retina del ojo (retinopatía diabética) causa síntomas como “destellos de luz”, visión borrosa, alteración de la visión de los colores y, en última instancia, pérdida de visión o incluso ceguera.
  • Piel: Los daños vasculares en la piel la hacen más susceptible a la colonización de gérmenes (infecciones de la piel) y provocan una mala circulación sanguínea y una mala cicatrización de las heridas, que se pueden reconocer, entre otras cosas, por manchas marrones en las piernas. Los médicos denominan pie diabético a las heridas crónicas que cicatrizan mal y a las úlceras en la zona de la parte inferior de las piernas o los pies.

Diabetes y depresión

Alrededor de una cuarta parte de todos los pacientes con diabetes padecen un estado de ánimo depresivo o depresión. El desencadenante suele ser la propia diabetes y cualquier efecto tardío que suponga una carga psicológica para los afectados.

Por el contrario, las personas con depresión tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. La depresión aparentemente altera el sistema hormonal y el metabolismo del paciente a través de diversas vías de señalización de tal manera que se favorece la diabetes.

Diabetes e impotencia

¿Qué causa la diabetes mellitus?

Todas las formas de diabetes mellitus son causadas por una regulación deficiente del azúcar en sangre. Para entender esto, es recomendable conocer los conceptos básicos de la regulación del azúcar en sangre:

Después de una comida, el cuerpo absorbe componentes de los alimentos como el azúcar (glucosa) en la sangre a través del intestino delgado, lo que hace que aumenten los niveles de azúcar en sangre. Esto estimula a determinadas células del páncreas, las llamadas “células beta de los islotes de Langerhans” (abreviado células beta), a liberar insulina. Esta hormona asegura que la glucosa sea transportada desde la sangre a las células del cuerpo, donde sirve como proveedor de energía para el metabolismo. Por tanto, la insulina reduce el nivel de azúcar en la sangre.

En la diabetes, esta regulación del azúcar en sangre se ve alterada (al menos) en un punto importante. Dependiendo de dónde esté presente el trastorno, los médicos distinguen entre diferentes tipos de diabetes:

Diabetes mellitus tipo 1

Por tanto, la diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune. Aún no se sabe exactamente por qué ocurre. Los expertos parten de una predisposición genética y diversos factores de riesgo (como infecciones) que favorecen el desarrollo de esta diabetes.

La destrucción de las células beta da como resultado una deficiencia absoluta de insulina. Las personas con diabetes tipo 1 se inyectan insulina durante toda su vida para compensar.

Puedes leer más sobre el desarrollo, tratamiento y pronóstico de esta forma de diabetes en el artículo Diabetes tipo 1.

Diabetes mellitus tipo 2

En la diabetes tipo 2, el punto de partida de la alteración de la regulación del azúcar en sangre se encuentra en las células del cuerpo: al principio, el páncreas normalmente todavía produce suficiente insulina. Sin embargo, las células del cuerpo se vuelven cada vez más insensibles a él. Esta resistencia a la insulina desencadena una deficiencia relativa de insulina: en realidad habría suficiente insulina, pero no es lo suficientemente eficaz.

Sin embargo, en algunos diabéticos tipo 2, el páncreas también produce directamente muy poca insulina.

Puede leer más sobre la forma más común de diabetes en el artículo Diabetes tipo 2.

Diabetes mellitus tipo 3

Hay algunas formas raras de diabetes que se resumen bajo el término diabetes tipo 3. Tienen causas diferentes a las de la diabetes tipo 1 y tipo 2.

Un ejemplo es MODY (diabetes juvenil de aparición en la madurez), también conocida como diabetes tipo 3a. Incluye diversas formas de diabetes que se presentan en niños y adolescentes (antes de los 25 años). Son causadas por ciertos defectos genéticos en las células beta del páncreas.

La diabetes tipo 3b, por otro lado, es causada por defectos genéticos que perjudican la acción de la insulina. Si ciertos químicos o medicamentos son la causa de la diabetes, los médicos se refieren a ella como tipo 3e.

Puede leer más sobre este grupo de formas raras de diabetes en el artículo Diabetes tipo 3.

Algunas mujeres se vuelven diabéticas temporalmente durante el embarazo. Varios factores parecen estar involucrados en el desarrollo de la diabetes gestacional:

Durante el embarazo, el cuerpo femenino segrega más hormonas, concretamente antagonistas de la insulina como el cortisol, el estrógeno, la progesterona o la prolactina. Además, las mujeres afectadas aparentemente tienen una sensibilidad a la insulina crónicamente reducida: las células del cuerpo responden menos a la insulina. Esto aumenta durante el transcurso del embarazo.

Puedes leer más sobre la diabetes durante el embarazo en el artículo Diabetes gestacional.

¿Cómo se puede detectar la diabetes mellitus?

Por eso muchas personas se preguntan: “¿Cómo reconozco la diabetes? ¿A qué señales debo prestar atención si tengo diabetes? Si responde “sí” a una o más de las siguientes preguntas, hable con su médico al respecto:

  • Sin ningún esfuerzo físico inusual, ¿a menudo siente sed y bebe mucho más de lo habitual?
  • ¿Necesita orinar con frecuencia y en grandes cantidades, incluso de noche?
  • ¿Se siente físicamente débil y cansado a menudo?
  • ¿Tiene antecedentes familiares de diabetes?

Consulta médica y examen físico.

El médico primero hablará con usted en detalle para establecer su historial médico (anamnesis). Por ejemplo, le preguntará detalladamente sobre sus síntomas. También debes informarle sobre cualquier malestar que sospeches que tiene una causa diferente (como el estrés como motivo de problemas de concentración).

A la consulta le sigue un examen físico. Aquí, el médico observará qué tan bien puede sentir toques sutiles en sus manos y pies. Si hay poca o ninguna sensación, esto puede indicar daño a los nervios relacionado con la diabetes (polineuropatía diabética).

Medición del azúcar en sangre (pruebas de diabetes)

Es comprensible que medir los niveles de glucosa en sangre sea la prueba más informativa para la diabetes. Las siguientes pruebas juegan aquí un papel especial:

  • Glicemia en ayunas: medición de la glucemia después de al menos ocho horas sin comer
  • HbA1c: el llamado “azúcar en sangre a largo plazo”, también importante para el curso de la enfermedad
  • Prueba de tolerancia oral a la glucosa (oGTT): una "prueba de carga de azúcar" en la que el paciente bebe una solución de azúcar definida; Luego, el médico mide los niveles de azúcar en sangre a ciertos intervalos.

Los análisis de sangre y orina para diagnosticar la diabetes suelen ser realizados por un médico. Hay algunas autopruebas disponibles comercialmente que cualquier persona no especializada puede realizar de forma independiente en casa. Sin embargo, no proporcionan un diagnóstico médico fiable; si los resultados de la prueba son anormales, acuda al médico para un examen más detallado.

Puede encontrar información detallada sobre el tema de las pruebas de diabetes en el texto Prueba de diabetes.

Valores de diabetes

La diabetes está presente si los resultados de las pruebas de glucosa en sangre en ayunas, HbA1c o prueba de tolerancia a la glucosa oral son demasiado altos. Pero ¿qué significa “demasiado alto”? ¿Qué valores umbral marcan la transición de “saludable” a “tolerancia alterada a la glucosa” y luego a “diabetes”?

Los distintos valores de la diabetes no sólo desempeñan un papel decisivo en el diagnóstico de la diabetes. Además, posteriormente se les realiza un seguimiento regular: sólo así se puede evaluar la progresión de la enfermedad y la eficacia del tratamiento de la diabetes. Algunas de las mediciones de control pueden ser realizadas por los propios pacientes (por ejemplo, medición de glucosa en sangre).

Puede leer más sobre los valores límite y la evaluación de la glucosa en sangre, HbA1c y oGTT en el artículo Valores de diabetes.

Prueba de anticuerpos para la diabetes tipo 1

La detección de anticuerpos contra las células beta (anticuerpos contra las células de los islotes) o contra la insulina (anticuerpos contra la insulina) es útil en el diagnóstico de la enfermedad autoinmune diabetes tipo 1. Estos autoanticuerpos pueden detectarse en la sangre de muchos pacientes mucho antes de que aparezcan los primeros síntomas.

Exámenes adicionales

Otros exámenes sirven para detectar posibles consecuencias de la diabetes en una fase temprana. Por ejemplo, el médico comprobará si el sentido del tacto en las manos y los pies es normal. Esto se debe a que el aumento de los niveles de azúcar en sangre daña, entre otras cosas, los tractos nerviosos. Con el tiempo, esto provoca alteraciones sensoriales.

El daño vascular a veces también afecta a la retina de los ojos. Por tanto, el médico comprobará si su vista se ha deteriorado. Si se sospecha esto, el oftalmólogo realizará un examen ocular especial.

Tratamiento de la diabetes mellitus

En segundo lugar, el tratamiento de la diabetes a menudo requiere medicación adicional para la diabetes (antidiabéticos). Se encuentran disponibles preparados orales (tabletas para reducir el azúcar en la sangre) e insulina, que debe inyectarse. Los fármacos antidiabéticos que se utilizan en casos individuales dependen del tipo de diabetes y de la gravedad de la enfermedad.

A continuación encontrará más información sobre las distintas medidas de tratamiento de la diabetes:

Educación sobre diabetes

Si se diagnostica diabetes, los médicos recomiendan que los pacientes participen en educación diabética. Allí aprenden todo lo importante sobre su enfermedad, los posibles síntomas y consecuencias, así como las opciones de tratamiento. Durante la formación, los diabéticos también aprenden cómo pueden aparecer complicaciones repentinas (como la hipoglucemia) y qué hacer en tales casos.

Diario de diabetes

Un diario de diabetes de este tipo es especialmente recomendable para diabéticos tipo 1 con la llamada "diabetes frágil". Este es un término obsoleto para la diabetes tipo 1, en la que los niveles de azúcar en sangre fluctúan mucho (frágil = inestable). Estos desequilibrios metabólicos a veces provocan numerosas hospitalizaciones.

Dieta para la diabetes

Una dieta variada y equilibrada es importante para todos, pero especialmente para los pacientes diabéticos. Es importante evitar picos masivos de azúcar en sangre después de comer e hipoglucemias repentinas. Por este motivo, los afectados suelen recibir asesoramiento nutricional individual inmediatamente después del diagnóstico de diabetes. Allí aprenden a comer de forma adecuada y saludable.

Si los pacientes siguen consecuentemente las recomendaciones dietéticas individuales, contribuyen de manera significativa a reducir sus niveles de azúcar en sangre y mantenerlos bajo control. Por este motivo, una dieta adaptada forma parte de todo tratamiento contra la diabetes.

unidades de pan

Los carbohidratos juegan un papel especial en la nutrición adecuada de los pacientes con diabetes. Son los principales responsables del aumento de los niveles de azúcar en sangre después de comer. Por lo tanto, es especialmente importante que los pacientes que se inyectan insulina estimen correctamente la cantidad de carbohidratos en una comida planificada. Ésta es la única forma de seleccionar la dosis correcta de insulina.

Las denominadas “unidades de pan” (BE) se utilizan para facilitar la evaluación del contenido de carbohidratos de un alimento. Un BE corresponde a doce gramos de carbohidratos. Por ejemplo, una rebanada de pan integral (60 gramos) tiene dos unidades de pan. Un vaso de jugo de zanahoria proporciona un BE.

Puedes conocer más sobre el cálculo de unidades de pan y una tabla BE con varios alimentos en el artículo Unidades de pan.

Diabetes y deporte

Los diabéticos se benefician de la actividad física de varias maneras:

  • El trabajo muscular aumenta directamente la sensibilidad a la insulina de las células del cuerpo. Esto mejora la absorción de azúcar de la sangre hacia las células. Si hace ejercicio con regularidad, lo ideal es que tenga la posibilidad de reducir la dosis de medicamentos para reducir el azúcar en sangre (pastillas o insulina) (¡sólo consultando con su médico!).
  • La actividad física mejora el bienestar y la calidad de vida. Esto es particularmente importante para personas con enfermedades crónicas como la diabetes. Las enfermedades crónicas son psicológicamente muy estresantes y a menudo contribuyen a la depresión.

Por ello, los médicos recomiendan a los diabéticos que hagan suficiente ejercicio en su vida diaria y que lo hagan con regularidad, adaptado, por supuesto, a su edad, forma física y estado de salud general. Pídale consejo a su médico o terapeuta deportivo sobre qué deporte y en qué medida es mejor para usted y a qué debe prestar atención al hacer ejercicio.

Medicamentos orales para la diabetes

La base de cualquier tratamiento para la diabetes tipo 2 es un cambio de estilo de vida. Esto incluye, sobre todo, un cambio en la dieta, así como ejercicio y deporte con regularidad. A veces, estas medidas son suficientes para reducir los niveles de azúcar en sangre de los diabéticos tipo 2 a un nivel más saludable. De lo contrario, el médico le recetará medicamentos antidiabéticos orales adicionales. En algunos casos, también se utilizan fármacos que se inyectan debajo de la piel.

Existen diferentes clases de medicamentos para la diabetes en forma de tabletas. Se diferencian en el mecanismo de acción que utilizan para reducir los niveles elevados de azúcar en sangre. Los médicos prescriben con mayor frecuencia metformina y las llamadas sulfonilureas (como la glibenclamida).

Los médicos normalmente no utilizan antidiabéticos orales para la diabetes tipo 1; en este caso no logran suficiente éxito. Sólo son útiles para pacientes con sobrepeso y mayor riesgo de enfermedad cardíaca.

Tampoco están aprobados para el tratamiento de la diabetes gestacional porque no se puede descartar que la mayoría de las sustancias activas tengan efectos nocivos para el niño. Sólo en casos excepcionales muy raros y cuando es absolutamente necesario, los médicos utilizan metformina en mujeres embarazadas para reducir los niveles de azúcar en sangre muy elevados (como “uso no indicado en la etiqueta”).

Puedes encontrar más información sobre qué antidiabéticos orales se utilizan en el artículo Diabetes tipo 2.

Terapia de insulina

Terapia de insulina convencional

En la terapia con insulina convencional, la insulina se administra según un horario fijo, normalmente por la mañana y por la noche. Por tanto, la terapia con insulina convencional es fácil de utilizar.

Sin embargo, esto limita al paciente: no es posible desviarse mucho del plan de alimentación habitual y la actividad física intensa a veces provoca problemas. Por lo tanto, la terapia con insulina convencional es adecuada principalmente para pacientes que pueden seguir un plan diario y dietético bastante rígido y para quienes la implementación de una terapia con insulina intensificada sería demasiado difícil.

Terapia intensificada con insulina (diabetes TIC)

La terapia intensificada con insulina intenta imitar la secreción fisiológica de insulina con la mayor precisión posible. Por tanto, la administración de insulina es más difícil que con la terapia con insulina convencional. Se realiza según el principio básico del bolo:

La terapia con insulina intensificada requiere una buena formación y una muy buena cooperación (cumplimiento) del paciente. De lo contrario, existe el riesgo de sufrir una peligrosa hipoglucemia diabética debido a un cálculo incorrecto de la dosis de insulina.

La ventaja del concepto de bolo básico es que permite un muy buen control de la glucosa en sangre cuando se utiliza correctamente. Los pacientes también pueden comer lo que quieran y hacer ejercicio como quieran.

Bomba de insulina (“bomba de diabetes”)

Los médicos se refieren al tratamiento de la diabetes con una bomba de insulina como “terapia de infusión continua de insulina subcutánea” (ISCI). El pequeño dispositivo consta de una bomba con un depósito de insulina que el paciente diabético siempre lleva consigo (por ejemplo, en la cintura). La bomba está conectada a una pequeña aguja a través de un tubo delgado, que permanece permanentemente en el tejido adiposo subcutáneo (generalmente en el abdomen).

La bomba de insulina evita que los diabéticos tipo 1 tengan que manipular jeringas de insulina y permite una planificación flexible de las comidas y actividades deportivas espontáneas. Esto es especialmente ventajoso para los pacientes jóvenes. Además, de esta forma se pueden ajustar los niveles de glucosa en sangre de forma más estable que con las inyecciones de insulina. Muchos pacientes afirman que su calidad de vida ha mejorado significativamente gracias a la “bomba de diabetes”.

La bomba de insulina se instala y ajusta en una clínica o consultorio especializado en diabetes. Los pacientes reciben una formación exhaustiva sobre cómo utilizar la bomba, ya que los errores de dosificación pueden poner rápidamente en peligro su vida. Si, por ejemplo, la bomba de insulina se estropea o el paciente tiene que desconectarla durante un período de tiempo más largo por motivos médicos, es necesario cambiar inmediatamente a jeringas de insulina.

Monitoreo continuo de glucosa (CGM)

Sin embargo, es importante que los pacientes sigan midiendo su propia glucosa en sangre, al menos en determinadas situaciones, como después del ejercicio o antes de una administración planificada de insulina. Esto se debe a que existe una diferencia natural entre la glucosa tisular (registrada por el MCG) y la glucosa en sangre: sobre todo, la glucosa tisular va por detrás de la glucosa en sangre, entre cinco y 15 minutos, posiblemente un poco más. Si, por ejemplo, el nivel de azúcar en sangre baja después de un esfuerzo físico, la medición del tejido a menudo todavía muestra valores normales.

Insulinas

Los médicos utilizan diversas insulinas en el tratamiento de la diabetes mellitus. La mayoría de ellos son insulina humana producida artificialmente. Además de la insulina humana, también se encuentran disponibles insulina porcina y análogos de insulina. Los análogos de la insulina también son ingredientes activos producidos artificialmente. Sin embargo, su estructura difiere ligeramente de la de la insulina humana y, por tanto, de la insulina humana.

Puede leer más sobre las distintas preparaciones de insulina y su uso en el artículo Insulina.

Para facilitar la terapia, los expertos están investigando parches que se aplican en la piel, miden el nivel de glucosa en el sudor y administran medicamentos para la diabetes o insulina. Sin embargo, todavía se encuentran en la fase experimental.

“DMP – Diabetes” (Programa de Manejo de Enfermedades)

La diabetes mellitus es una de las enfermedades crónicas más comunes en los países industrializados occidentales. Por eso los llamados programas de gestión de enfermedades están adquiriendo cada vez más importancia. Se originaron en Estados Unidos.

Este es un concepto organizado por las compañías de seguros de salud para facilitar a los médicos tratantes ofrecer un programa de atención y terapia estandarizado y integrado para pacientes con enfermedades crónicas. En el caso de la diabetes, esto incluye folletos informativos, sesiones de asesoramiento y formación sobre el tema de la diabetes.

La diabetes mellitus es una enfermedad crónica que no se puede curar. Sin embargo, con la ayuda de la terapia, se puede ralentizar la progresión de la enfermedad y controlar y aliviar los síntomas.

El curso de la enfermedad y el pronóstico varían mucho de un tipo de diabetes a otro. Los pacientes tienen una influencia positiva en el curso de la enfermedad en todas las formas de diabetes al implementar concienzudamente las recomendaciones de tratamiento (adherencia al tratamiento = cumplimiento). Esto previene complicaciones y reduce significativamente el riesgo de complicaciones relacionadas con la diabetes.

Los controles periódicos con el médico son importantes para los diabéticos. De este modo se pueden reconocer y tratar en una fase temprana, por ejemplo, signos de enfermedades secundarias a la diabetes.

Una cura completa de la diabetes sólo es posible con la diabetes gestacional: el cuerpo de la mujer normalmente vuelve a su estado normal después del excepcional estado hormonal del embarazo y la diabetes desaparece.

En caso de diabetes mellitus, la esperanza de vida depende de si se puede controlar bien la glucemia a largo plazo y de la constancia del cumplimiento del tratamiento por parte del paciente. También tienen una gran influencia las posibles enfermedades concomitantes y secundarias, como la hipertensión arterial, el aumento de los niveles de lípidos en sangre o la debilidad renal. Si reciben un trato profesional, esto tiene un efecto positivo en la esperanza de vida.

Complicaciones de la diabetes mellitus

Las transiciones entre niveles normales de azúcar en sangre, hipoglucemia e hiperglucemia son fluidas.

A largo plazo, los niveles de azúcar en sangre mal controlados desencadenan enfermedades secundarias en la mayoría de los diabéticos. Por ejemplo, los niveles elevados de azúcar en sangre dañan los vasos sanguíneos (angiopatía diabética), lo que provoca trastornos circulatorios. Esto provoca, por ejemplo, “claudicación intermitente” (PAOD), enfermedad renal (nefropatía diabética), enfermedad ocular (retinopatía diabética), un ataque cardíaco o un derrame cerebral. Los nervios también suelen sufrir daños en los pacientes diabéticos (polineuropatía diabética). Esto provoca, por ejemplo, el síndrome del pie diabético.

Lea más sobre las complicaciones de la diabetes y las enfermedades secundarias a continuación.

Nivel bajo de azúcar en la sangre (hipoglucemia)

Saltarse una comida o hacer ejercicio intenso también puede provocar hipoglucemia si la medicación no se ajusta en consecuencia.

Los pacientes con niveles bajos de azúcar en sangre sudan, tiemblan y experimentan palpitaciones, entre otras cosas. La hipoglucemia grave pone en peligro la vida, ya que puede provocar insuficiencia orgánica múltiple. Si sospecha esto, llame a una ambulancia inmediatamente.

Síndrome hiperosmolar hiperglucémico (HHS)

Este grave descarrilamiento metabólico ocurre principalmente en personas mayores con diabetes tipo 2. Si la insulina o los antidiabéticos orales se utilizan incorrectamente, en algunos casos puede producirse una falta de insulina. Luego, el HHS se desarrolla lentamente durante un período de días a semanas:

Saltarse una comida o hacer ejercicio intenso también puede provocar hipoglucemia si la medicación no se ajusta en consecuencia.

Los pacientes con niveles bajos de azúcar en sangre sudan, tiemblan y experimentan palpitaciones, entre otras cosas. La hipoglucemia grave pone en peligro la vida, ya que puede provocar insuficiencia orgánica múltiple. Si sospecha esto, llame a una ambulancia inmediatamente.

Síndrome hiperosmolar hiperglucémico (HHS)

Este grave descarrilamiento metabólico ocurre principalmente en personas mayores con diabetes tipo 2. Si la insulina o los antidiabéticos orales se utilizan incorrectamente, en algunos casos puede producirse una falta de insulina. Luego, el HHS se desarrolla lentamente durante un período de días a semanas:

Sin embargo, esta llamada gluconeogénesis agrava aún más la hiperglucemia. La descomposición de las grasas también produce productos metabólicos ácidos (cuerpos cetónicos). Sin embargo, el cuerpo sólo utiliza algunos de ellos. El resto permanece en la sangre en forma de ácidos y la “acidifica excesivamente”, lo que provoca acidosis.

Esto suele desencadenarse por situaciones de estrés físico, como una infección: el cuerpo necesita entonces más insulina de lo normal. Si la terapia con insulina no se ajusta adecuadamente, existe riesgo de descarrilamiento metabólico. Lo mismo ocurre, por ejemplo, si los pacientes olvidan las inyecciones de insulina, si la dosis es demasiado baja o si la bomba de insulina no funciona correctamente.

¡La cetoacidosis diabética es una emergencia médica! Los afectados son trasladados inmediatamente al hospital y tratados en la unidad de cuidados intensivos.

Puedes leer más sobre los síntomas, causas y tratamiento de este desequilibrio metabólico en nuestro artículo Cetoacidosis diabética.

La retinopatía diabética

Los niveles de azúcar en sangre mal controlados a menudo dañan los pequeños vasos sanguíneos de la retina de los ojos. Esto conduce al desarrollo de una enfermedad de la retina, que los médicos denominan retinopatía diabética.

Los pacientes afectados experimentan alteraciones visuales y su vista se deteriora. En casos extremos, existe riesgo de ceguera. En los países industrializados, la retinopatía diabética es la principal causa de ceguera en la mediana edad y la tercera más común en todos los grupos de edad.

Si la enfermedad de la retina aún no está demasiado avanzada, la terapia con láser a veces puede ayudar a detener la progresión o ralentizarla.

Nefropatía diabética

Al igual que la retinopatía diabética, la enfermedad renal relacionada con la diabetes es causada por daño a los vasos sanguíneos pequeños (microangiopatía) debido a niveles de azúcar en sangre mal controlados. Entonces los riñones ven limitada su función, lo que significa que ya no filtran suficientemente la sangre (desintoxicación) y no regulan adecuadamente el equilibrio hídrico.

Las posibles consecuencias de la nefropatía diabética son hipertensión arterial relacionada con los riñones, retención de agua en los tejidos (edema), trastornos lipometabólicos y anemia, así como insuficiencia renal crónica.

Polineuropatía diabética

La diabetes con un nivel de azúcar en sangre mal controlado permanentemente a menudo provoca daño y disfunción de los nervios. Esta llamada polineuropatía diabética se manifiesta primero en los pies y en la parte inferior de las piernas: se desarrolla un pie diabético.

El pie diabético

El síndrome del pie diabético se desarrolla sobre la base del daño vascular y nervioso relacionado con la diabetes:

Los trastornos nerviosos provocan sensaciones anormales (como "formicación") y alteraciones sensoriales en el pie y la parte inferior de la pierna. Esto último significa que los pacientes sólo perciben en menor medida el calor, la presión y el dolor (por ejemplo, por zapatos demasiado ajustados). Además, existen trastornos circulatorios (como resultado de daño vascular).

Todo esto en conjunto conduce a una mala cicatrización de las heridas. Como resultado, se desarrollan heridas crónicas que a menudo también se infectan. También se produce gangrena, por la que el tejido muere. En el peor de los casos, es necesaria la amputación.

Puedes leer más sobre estas complicaciones de la diabetes en el pie en el artículo Pie diabético.

Certificado de discapacidad

Vivir con diabetes mellitus

La diabetes mellitus afecta toda la vida de los afectados. Comienza con cosas pequeñas como el consumo de alcohol en celebraciones familiares y se extiende a cuestiones de la vida como la planificación familiar y el deseo de tener hijos.

Los viajes también son una cuestión importante para muchos diabéticos: como diabético, ¿qué debo tener en cuenta al viajar en avión? ¿Qué medicamentos y utensilios médicos necesito llevar conmigo? ¿Cómo deben almacenarse? ¿Qué pasa con las vacunas?

Puede leer las respuestas a estas y otras preguntas sobre la vida cotidiana con diabetes mellitus en el artículo Vivir con diabetes.

¿Se puede prevenir la diabetes?

La diabetes mellitus se puede prevenir en determinados casos, especialmente la diabetes tipo 2 o la diabetes gestacional. Por ejemplo, una dieta saludable y suficiente ejercicio tienen una gran influencia para lograr un estado metabólico saludable. Esto reduce el riesgo de hiperglucemia permanente, que a largo plazo conduce a la diabetes.

Si se tiene sobrepeso, los médicos recomiendan perderlo para lograr una mejor forma física y minimizar el riesgo de diabetes.

Como la diabetes tipo 1 tiene principalmente causas genéticas, esta enfermedad no se puede prevenir.