Autopercepción: función, tareas, rol y enfermedades

La autopercepción es el punto de anclaje para la autoconciencia y juega un papel especialmente en la psicología. Las distorsiones de la autopercepción, por ejemplo, pueden desencadenar cuadros clínicos como anorexia o dismorfofobia. Las alienaciones de la autopercepción a menudo resultan en un aislamiento social y una sensación de inutilidad.

¿Qué es la autopercepción?

En psicología, el término autopercepción se refiere a la percepción de uno mismo. Bajo el concepto de autopercepción, la psicología comprende la percepción de la propia persona. La suma de todas las autopercepciones forma la autoimagen de una persona. Junto con la autoobservación, la autopercepción es un requisito previo básico para la formación de la conciencia y la autoconciencia. Diferenciarse de la autopercepción es la percepción externa. La percepción de uno mismo por los demás y la autopercepción nunca coinciden por completo. El concepto de autopercepción puede ser hacia adentro o hacia afuera. En medicina, la autopercepción dirigida hacia adentro generalmente se refiere a las percepciones de los propioceptores, es decir, las percepciones sensoriales del sentido profundo o muscular, que también se incluyen bajo el término percepción corporal. La autopercepción dirigida hacia afuera, por otro lado, está formada por las impresiones de los exteroreceptores. Abarca toda la información sobre uno mismo que el sistema visual, el sentido del oído y el sentido del olor permitir. La autopercepción es de gran relevancia en psicología en relación con diversos cuadros clínicos. En este contexto, la diferenciación del esquema corporal y la imagen corporal juega un papel cada vez más importante.

Función y tarea

La autopercepción es un pilar importante para la salud y, si se distorsiona, tiene un impacto tanto en la vida mental como en la social. Las personas perciben su propio cuerpo gracias a sus estructuras sensoriales. El esquema corporal neurofisiológico es un constructo teórico que describe este acto de autopercepción objetiva. Así, el esquema corporal está compuesto por las percepciones de la información táctil, vestibular, propioceptiva, auditiva y visual del propio aparato perceptivo. Por tanto, el esquema corporal se basa en aprendizaje experiencias y consta de cualidades como la orientación corporal, la extensión corporal y el conocimiento corporal. Esto significa que gracias a los propioceptores y aprendizaje experiencia, los seres humanos pueden percibir su propio tamaño corporal, dimensión y la construcción o función de su cuerpo. La llamada imagen corporal se opone a esta construcción neurofisiológica como una construcción puramente psicológica. La imagen corporal es relativamente objetiva y no depende de la propia mente en el sentido de procesos internos, sino que está formada únicamente por percepciones sensoriales objetivas de los propios sistemas sensoriales. La imagen psicológica del cuerpo, por otro lado, es subjetiva y depende de la mente y, por tanto, de los procesos internos del individuo. Estos procesos internos son principalmente pensamientos y sentimientos sobre las percepciones de la propia persona. La imagen corporal es, por tanto, la actitud mental hacia el propio cuerpo y también se llama con el término de conciencia corporal. Por ejemplo, la evaluación del propio atractivo es una cualidad importante de la imagen corporal. Esta evaluación rara vez es independiente de la evaluación de otras personas. La evaluación de otros, por lo tanto, juega principalmente con la imagen corporal subjetiva mental. Si existen fuertes discrepancias entre el esquema corporal fisiológico y la imagen corporal psicológica, esto puede perturbar la autopercepción. Aceptar imágenes ajenas como imágenes propias es uno de los fenómenos más importantes en este contexto. Como resultado, pueden ocurrir distorsiones, negaciones y represión y desencadenar autoengaños, como los presentes en anorexia.

Enfermedades y trastornos

La autopercepción puede desencadenar enfermedades graves debido a discrepancias entre el esquema corporal objetivo y la imagen corporal subjetiva, que, al igual que anorexia, tienen consecuencias tanto psicológicas como fisiológicas. En la mayoría de los casos, las imágenes ilusorias sobre la propia figura están en el centro de estos trastornos. Además de las propias imágenes de los deseos, las imágenes de los deseos de otras personas también pueden ser adoptadas y así, con el tiempo, sentirse como las propias imágenes de los deseos; en este caso, los afectados a veces también adoptan percepciones externas erróneas de su propio cuerpo como autopercepciones y autopercepciones. , sobre esta base, desarrollan imágenes de deseos sobre su propio cuerpo. A menudo tienen miedo de ser sorprendidos persiguiendo las imágenes de los deseos. Este miedo surge del sentimiento de vergüenza de no conformarse aún con las imágenes ideales. Dado que la autopercepción juega un papel importante en la formación de la propia identidad, las distorsiones y otras alienaciones de la autopercepción también distorsionan la identidad percibida de los afectados. La autopercepción perturbada no solo juega un papel en trastornos como la anorexia nerviosa, pero también puede manifestarse en trastornos como fobia social. En el contexto de esta enfermedad, el llamado efecto reflector suele ser un factor agravante. Los afectados se sienten así permanentemente expuestos a la observación de otras personas. La autopercepción alterada también juega un papel en enfermedades como la dismorfofobia. Los pacientes se sienten poco atractivos y desarrollan un autorrechazo hasta el odio a sí mismos. El pánico, el miedo al rechazo y las reacciones de otras personas interactúan con esto. Los sentimientos de envidia y soledad, así como el miedo a decepcionar a los demás, también son síntomas importantes de la reducción de la autoestima en el contexto de la dismorfofobia. La fealdad de los afectados existe solo ante sus propios ojos, pero restringe su vida social y, a menudo, incluso conduce a una completa retirada de la vida social. Se instala una sensación de inutilidad.