Tálamo: función, anatomía, trastornos

¿Dónde está ubicado el tálamo en el cerebro?

El tálamo se encuentra en lo profundo del centro del cerebro, en el llamado diencéfalo. Consta de dos mitades, el tálamo izquierdo y el derecho. Por tanto, una parte se encuentra en el hemisferio izquierdo y la otra en el hemisferio derecho. Las mitades del tálamo tienen aproximadamente el tamaño de una nuez y están conectadas entre sí (adhaesio interthalamica).

El tercer ventrículo, una cavidad llena de líquido cefalorraquídeo, discurre entre las mitades izquierda y derecha. Los lados del tálamo se encuentran sobre la cápsula interna. Esta estructura es una especie de camino en el cerebro que transporta señales e información de un lugar a otro. La superficie frontal está fusionada con el hipotálamo.

Estructura del tálamo

El tálamo está formado por materia gris y blanca. La materia gris está dividida en numerosos núcleos (conjuntos de cuerpos de células nerviosas) (los núcleos talámicos) mediante finas láminas de materia blanca.

El tálamo tiene un polo anterior en el que se ubican los núcleos anteriores del tálamo (núcleos anteriores del tálamo). El polo posterior apunta hacia atrás y hacia abajo y forma la almohadilla (pulvinar talámico). Al lado del pulvinar hay una elevación, el corpus geniculatum laterale (el tubérculo poplíteo lateral). Debajo del borde frontal del pulvinar se encuentra el corpus geniculatum mediale (la tuberosidad medial de la rodilla).

¿Cuál es la función del tálamo?

El tálamo es la puerta de entrada a la conciencia. Actúa como filtro y distribuidor de la información entrante. Decide qué impresiones sensoriales del entorno y del organismo deben entrar en la conciencia y cuáles se transmiten luego a los centros de procesamiento correspondientes. Todas las impresiones sensoriales de sentir, ver y oír, pero no las de oler, se transmiten a través del tálamo.

Los núcleos talámicos

Los núcleos talámicos a su vez contienen núcleos más pequeños y áreas con diferentes funciones. Todas las vías somatosensoriales y sensoriales (con excepción de las vías olfatorias) que se originan en la periferia y conducen a la corteza cerebral se conmutan en los núcleos medio y posterior de los núcleos talámicos.

Todas las conexiones están doblemente conectadas a los campos corticales correspondientes. Esto permite, a través de una atención concentrada, percibir diferentes impresiones sensoriales en distintos grados: intensamente, ligeramente o casi nada.

Las impresiones visuales y auditivas se intercambian en los núcleos del metatálamo (cuerpos geniculatum laterale y mediale) en su camino hacia la corteza visual y auditiva.

Las excitaciones afectivas e instintivas y las sensaciones emocionales se activan en los núcleos talámicos y se transmiten a las áreas corticales correspondientes.

La información gustativa se reúne a través del núcleo gustativo y se transmite a la corteza gustativa a través del tálamo.

¿Qué problemas puede causar el tálamo?

El llamado síndrome del tálamo (síndrome de Déjerine-Roussy) se produce cuando un coágulo de sangre bloquea un vaso importante del tálamo (como la arteria talamoestriada) (trombosis). El resultado es una pérdida del tálamo con alteraciones visuales y sensoriales, hemianopsia (hemi-ceguera), una fuerte excitabilidad de los reflejos, así como una sensibilidad reducida de la piel y una alteración de la sensibilidad profunda.

En general, los trastornos sensoriales con sensibilidad reducida, hipersensibilidad a todos los estímulos sensoriales (aunque con un umbral de estímulo aumentado), alteraciones sensoriales y dolor central intenso en el lado opuesto al trastorno indican trastornos en esta región del cerebro.

Los trastornos motores con músculos faciales rígidos e hipercinesia (movimientos forzados de manos y dedos) y los trastornos mentales con atención reducida, irritabilidad, impaciencia y nerviosismo también pueden indicar daño o enfermedad en el área del tálamo.