Terapia Siringomielia

Terapia

El foco está en la eliminación de una causa todavía existente y tratable de siringomielia. Para eliminar la presión de la jeringa sobre el tejido nervioso, es necesaria la cirugía cuando el deterioro neurológico es correspondientemente grave o progresa. Por ejemplo, se intenta drenar el líquido de las jeringas utilizando una derivación (tubo) para canalizar el líquido a otra parte del cuerpo.

Sin embargo, debido al riesgo de dañar el tejido nervioso que rodea inmediatamente a las jeringas, esta técnica quirúrgica ya no se favorece. El intento quirúrgico de aflojar adherencias y obstáculos al paso que han causado siringomielia es más popular hoy en día, pero también implica el riesgo de que el trauma quirúrgico dé lugar a nuevas adherencias. Por último, dolor terapia contra el dolor de los nervios causada por siringomielia Suele ser necesario, así como fisioterapia para mantener y entrenar el movimiento y las habilidades cotidianas.

Los enfoques terapéuticos alternativos también son útiles, especialmente para aliviar dolor. La cirugía de la siringomielia es la única terapia llamada curativa. Esto significa que es la única posibilidad de curar realmente la alteración del flujo de salida del agua nerviosa y no solo de combatir los síntomas.

Debido a las limitaciones que ocasiona la operación, en la actualidad solo se suele realizar cuando los síntomas se deterioran rápidamente. Durante la operación, se inserta una derivación microquirúrgica. El propósito de la derivación es drenar parte del agua del nervio (líquido cefalorraquídeo) de la cerebro para prevenir un aumento de la presión intracraneal.

Para ello, se crea quirúrgicamente una conexión entre los espacios en el cerebro (ventrículo) lleno de licor y, por ejemplo, la cavidad abdominal. Esto permite que el exceso de líquido nervioso se drene y se excrete normalmente con las heces. Sin embargo, esta operación es bastante extensa y es más probable que se realice para otras enfermedades, como la hidrocefalia (la llamada "hidrocefalia").

Además, las encuestas han demostrado que muchos pacientes están más satisfechos sin cirugía que los pacientes que se han sometido a cirugía. Dado que esta operación se realiza en el paciente cerebro, implica muchos riesgos. Por lo tanto, se debe considerar con mucho cuidado si realmente es necesario que se realice.

Una complicación muy temida es, por ejemplo, una infección de la derivación, ya que esta puede servir como una especie de “camino” hacia el cerebro. Por lo tanto, en caso de infección, puede extenderse rápidamente al cerebro y causar síntomas graves. Además, el drenaje de la derivación también puede provocar una salida demasiado baja o demasiado alta del líquido nervioso.