Hepatitis E: síntomas, transmisión, prevención

¿Qué es la hepatitis E?

La hepatitis E es una inflamación del hígado causada por el virus de la hepatitis E (VHE). A menudo cursa sin síntomas (asintomático) y luego pasa desapercibida. Si se presentan síntomas, generalmente son leves y desaparecen por sí solos. Más raramente se producen cursos graves con riesgo de insuficiencia hepática aguda y mortal (p. ej., en mujeres embarazadas). En general, la hepatitis E es similar a la inflamación del hígado de tipo A (hepatitis A), que también es causada por un virus.

La hepatitis E suele seguir su curso de forma aguda. La infección crónica se produce principalmente en sistemas inmunitarios debilitados, por ejemplo en personas con VIH o en caso de cáncer durante la quimioterapia.

Frecuencia

En 2020 se registraron en Alemania casi 3,246 casos de hepatitis E. La mayoría de las infecciones sintomáticas afectan a hombres mayores de 50 años.

La hepatitis E es de declaración obligatoria en Alemania, Austria y Suiza.

¿Cuáles son los síntomas de la hepatitis E?

  • Malestar abdominal superior
  • Falta de apetito
  • Náuseas y vómitos
  • Fiebre
  • Fatiga
  • Ictericia (ictericia): coloración amarillenta de la piel y la conjuntiva blanca de los ojos (esclerótica)
  • Heces descoloridas
  • Orina oscura

¡La ictericia no se desarrolla en todas las infecciones sintomáticas de hepatitis E!

Algunas personas afectadas presentan síntomas atípicos, especialmente signos neurológicos como el síndrome de Guillain-Barré o una inflamación del cerebro (encefalitis).

¿Cómo se infecta con la hepatitis E?

En regiones con bajos estándares de higiene, donde los virus HEV tipos 1 y 2 están muy extendidos, el virus de la hepatitis E se transmite principalmente por vía fecal-oral a través de una infección por frotis. Esto significa que los patógenos excretados por las personas afectadas en las heces entran por diversas vías en la boca de personas sanas y también las infectan.

En ocasiones, la hepatitis E también se transmite por vía parenteral, es decir, sin pasar por el tracto gastrointestinal. Esto ocurre, por ejemplo, mediante la administración de transfusiones de sangre contaminada.

Duración de la infecciosidad

El período de incubación

El periodo entre la infección y la aparición de los primeros síntomas de la hepatitis E (período de incubación) varía entre 15 y 64 días. En promedio, son 40 días.

Exámenes y diagnóstico

La muestra de sangre también se analiza en relación con otros valores de laboratorio. Por ejemplo, los valores elevados del hígado (como las transaminasas AST y ALT) a menudo indican una enfermedad hepática.

En mujeres embarazadas con hepatitis E, el médico preguntará sobre estancias en África o Asia (especialmente Bangladesh y el norte de la India). Si la mujer ha estado allí, existe la posibilidad de que la hepatitis E sea causada por el genotipo 1. Entonces aumenta el riesgo de un curso grave (fulminante).

Terapia

En personas con un hígado previamente dañado (por ejemplo, debido al abuso de alcohol o hepatitis B o C), existe el riesgo de que la hepatitis E adopte un curso fulminante. Esto significa que ocurre muy repentinamente, progresa rápida y gravemente y puede incluso ser fatal. También son posibles cursos graves en personas con sistemas inmunitarios debilitados. Los afectados son tratados en el hospital. Generalmente se utilizan medicamentos antivirales como la ribavirina.

Tratamiento para la hepatitis E crónica

En la hepatitis E crónica, el tratamiento tiene como objetivo eliminar los patógenos del organismo. Sólo entonces la persona afectada dejará de ser contagiosa y su hígado no sufrirá mayores daños.

Terapia contra la hepatitis E: lo que puede hacer usted mismo

En cualquier forma de hepatitis, quienes la padecen deben evitar absolutamente el alcohol. Su desintoxicación supondría una carga adicional para el hígado enfermo.

Cualquiera que esté tomando medicamentos que dañan el hígado debido a otra enfermedad no debe dejar de tomarlos por iniciativa propia en caso de hepatitis. En su lugar, es recomendable consultar al médico tratante.

En el caso de la hepatitis E no es necesaria una dieta especial. Sin embargo, los médicos recomiendan una dieta ligera, lo más rica posible en carbohidratos y baja en grasas. Esto alivia el hígado.

Evolución y pronóstico

En personas con un sistema inmunológico debilitado (por ejemplo, debido a una infección por VIH o quimioterapia), la hepatitis E a veces tiene un curso crónico. Tampoco en este caso los afectados suelen presentar síntomas pronunciados, pero la cirrosis hepática es más frecuente como consecuencia tardía. En este caso, el hígado queda cicatrizado y pierde cada vez más su función. Si el hígado falla en la etapa avanzada de la cirrosis hepática, es inevitable un trasplante de hígado.

Prevención

Para protegerse contra los virus de la hepatitis E en los alimentos de origen animal, los productos cárnicos y los despojos sólo deben consumirse bien cocidos. Esto significa que deben calentarse a al menos 71 grados centígrados durante al menos 20 minutos. Esto inactiva cualquier virus de la hepatitis E.

Quienes viajen a zonas donde la hepatitis E es más frecuente deben tener cuidado de protegerse de posibles fuentes de infección (profilaxis de exposición):

  • No consuma frutas y verduras sin pelar ni alimentos crudos o mal calentados en estas zonas. Siga el principio de "¡Cocínelo, pélelo u olvídelo!" (¡Cocínalo, pélalo o olvídalo!).

En Europa no existe ninguna vacuna contra la hepatitis E. Hay una vacuna disponible en China, pero no está autorizada en Europa.