Placenta previa: causas, síntomas, terapia.

Breve descripción

  • Tratamiento: reposo en cama, posiblemente medicamentos contra el parto, en caso de peligro para la madre y el niño: inducción prematura del parto.
  • Evolución y pronóstico: el sangrado y el peligro varían según la posición de la placenta. El parto es por cesárea en la gran mayoría de los casos.
  • Síntomas: Sangrado de la vagina, a veces calambres.
  • Diagnóstico: palpación del abdomen y vagina, ecografía.
  • Prevención: eliminación de factores de riesgo, reposo en cama y moderación para evitar hemorragias.

¿Qué es la placenta previa?

Una placenta previa cubre más o menos completamente el cuello uterino interno, es decir, la salida del útero por la que pasa el niño al nacer. Normalmente, la placenta se encuentra muy alejada de la salida del útero. Según la magnitud del defecto, se distingue entre:

  • Placenta profunda: no llega al cuello uterino interno, sino que se sitúa más cerca de él de lo habitual.
  • Placenta previa marginalis: la placenta toca el cuello uterino interno pero no lo desplaza.
  • Placenta praevia totalis: La placenta cubre completamente el cuello uterino interno.

Placenta previa: ¿Qué se debe observar?

El sangrado es siempre una señal de alarma. En este caso, ¡consulte inmediatamente a un médico!

Si un parto prematuro es inminente, el médico suele recetar medicamentos que inhiben el parto. Esto incluye atosiban, por ejemplo. A veces se utilizan glucocorticoides (betametasona) para acelerar la madurez pulmonar del feto.

Si el embarazo ya ha avanzado más allá de la semana 36, ​​normalmente se induce el parto.

¿Cómo se desarrolla el nacimiento?

Algunas mujeres experimentan sangrado recurrente de intensidad variable durante el embarazo. Algunas mujeres embarazadas permanecen en el hospital temporalmente o hasta el final del embarazo.

¿Cómo se nota la placenta previa?

Un síntoma típico de la placenta previa es la aparición repentina de sangrado vaginal. Es más probable que ocurra en la segunda mitad del embarazo, con mayor frecuencia al final del segundo trimestre o al comienzo del tercer trimestre. A veces el sangrado va acompañado de calambres.

Mientras que algunos sangrados de la placenta previa se detienen espontáneamente, es decir, sin tratamiento, otros sangrados requieren que la mujer embarazada reciba una transfusión de sangre.

¿Qué causa la placenta previa?

Hay algunos factores que están asociados con un mayor riesgo de placenta previa. Éstas incluyen:

  • Fumar
  • Edad avanzada de la futura madre.
  • Forma inusual del útero (anomalía uterina).
  • Muchos embarazos en el pasado
  • Embarazo múltiple
  • Abuso de cocaína
  • Cicatrices en el útero, por ejemplo, de cirugía, cesárea o abortos (raspados)
  • Fertilización in vitro (inseminación artificial)

Se recomienda encarecidamente a las mujeres que noten sangrado vaginal durante el embarazo que consulten a un ginecólogo. Primero les preguntará en detalle sobre su historial médico (anamnesis). Las posibles preguntas incluyen:

  • ¿En qué semana de embarazo estás?
  • ¿Tienes algún dolor?
  • ¿Ha estado embarazada una o más veces antes?
  • ¿Fuma usted?

Además, realiza una ecografía del abdomen, la llamada ecografía transabdominal. Al final del segundo trimestre, esto proporciona información sobre la ubicación de la placenta. Idealmente, la vejiga del paciente debería estar llena hasta la mitad para obtener una mejor visión general de la posición de los órganos individuales entre sí.

¿Cómo se puede prevenir la placenta previa?

Entre las precauciones más importantes para evitar el sangrado en la placenta previa se encuentra el reposo en cama. A muchas mujeres con placenta presente se les recomienda encarecidamente que pasen el resto del embarazo acostadas y evitando esfuerzos. Dependiendo de la gravedad de la placenta previa, a las mujeres embarazadas a menudo se les prohíbe trabajar, lo que significa que no tienen que trabajar durante el embarazo.