Buspirona: efectos, aplicación, efectos secundarios

Cómo actúa la buspirona

La buspirona pertenece al grupo de los ansiolíticos (medicamentos contra la ansiedad). Media su efecto uniéndose a un tipo específico de sitios de acoplamiento (receptores) del mensajero nervioso serotonina (receptores 5-HT1A). A diferencia de otros ansiolíticos, el fármaco no tiene efectos sedantes, relajantes musculares ni anticonvulsivos.

Tener miedo ante determinadas situaciones es una reacción completamente natural del cuerpo. Evolutivamente, el miedo es un importante mecanismo de protección y supervivencia que nos permite comportarnos apropiadamente en situaciones potencialmente peligrosas.

Sin embargo, en los trastornos de ansiedad el paciente sufre una ansiedad persistente que puede afectar a muchos ámbitos de la vida y que suele ser infundada. Por ejemplo, los miedos y preocupaciones constantes pueden estar relacionados con las relaciones sociales, el trabajo, la salud, el dinero u otras cosas. Suelen ir acompañados de molestias físicas como náuseas, inquietud, temblores, palpitaciones, mareos, tensión, dolores de cabeza y alteraciones del sueño.

La buspirona actúa de manera diferente a este respecto. Cuando el ingrediente activo se toma durante varias semanas, las complejas estructuras neuronales del cerebro que pueden desencadenar trastornos de ansiedad comienzan a reorganizarse:

Al activar ciertos sitios de acoplamiento (receptores) del mensajero nervioso serotonina, la buspirona cambia el "cableado" de las células nerviosas, como lo han demostrado los estudios. Esta circunstancia también explica el retraso en la aparición del efecto del ansiolítico.

La psicoterapia complementaria ayuda a los pacientes a controlar mejor y a más largo plazo sus síntomas de ansiedad.

Absorción, descomposición y excreción.

Después de la ingestión, el ingrediente activo se absorbe rápida y completamente en la sangre a través de la pared intestinal. Desde el intestino, viaja con la sangre hasta el hígado, donde más del 95 por ciento se desactiva (“metabolismo de primer paso”).

Por lo tanto, el nivel sanguíneo de buspirona, que alcanza su máximo entre una hora y una hora y media después de la ingestión, vuelve a ser la mitad después de aproximadamente dos o tres horas. Aproximadamente dos tercios de los productos de degradación de buspirona se excretan en la orina y un tercio en las heces.

¿Cuándo se usa buspirona?

Cómo se usa la buspirona

La buspirona se toma en forma de tabletas. La dosis diaria total se divide en tres tomas individuales, que se toman independientemente de las comidas con un vaso de agua.

El tratamiento se inicia gradualmente, comenzando con una dosis baja, generalmente cinco miligramos de buspirona tres veces al día. A continuación, la dosis se aumenta lentamente (dependiendo del efecto y de la aparición de efectos secundarios) hasta diez miligramos tres veces al día.

En casos graves, el médico puede recetar hasta 20 miligramos tres veces al día.

El efecto de la buspirona no se produce inmediatamente, sino con un retraso.

¿Cuáles son los efectos secundarios de la buspirona?

Los efectos secundarios más comunes incluyen mareos, dolor de cabeza y somnolencia.

Los efectos secundarios como dolor en el pecho, pesadillas, ira, hostilidad, confusión, somnolencia, zumbidos en los oídos, dolor de garganta, congestión nasal, visión borrosa, dolor muscular, parestesias, erupciones cutáneas y aumento de la sudoración aparecen en uno de cada diez. cien pacientes.

¿Qué se debe considerar al tomar buspirona?

Black Latte contraindicaciones

Buspirona no debe tomarse en caso de:

  • hipersensibilidad al principio activo o a cualquiera de los otros componentes del medicamento
  • disfunción renal o hepática grave
  • epilepsia
  • intoxicación aguda con alcohol o ciertos medicamentos (antipsicóticos, analgésicos o hipnóticos)

Interacciones con la drogas

Aunque en estudios clínicos no se han observado interacciones entre el alcohol y la buspirona, generalmente se recomienda no beber alcohol durante el tratamiento con psicofármacos.

La buspirona es descompuesta por la enzima CYP3A4. Por tanto, en teoría, las sustancias que inhiben la acción de la enzima o aumentan su producción pueden potenciar o debilitar el efecto de la buspirona.

No existen estudios sobre posibles interacciones entre buspirona y otros fármacos psicotrópicos (como antipsicóticos, antidepresivos). Por lo tanto, siempre se debe consultar a un médico experimentado antes del uso concomitante.

Lo mismo se aplica a las combinaciones con anticonceptivos hormonales, anticoagulantes, agentes antidiabéticos y otros agentes.

Conducir y operar máquinas.

Es posible que el tiempo de reacción se vea afectado al tomar buspirona. Por lo tanto, los pacientes no deben operar maquinaria pesada ni conducir vehículos durante el tratamiento hasta que se conozca la tolerancia individual.

Limitación de edad

Buspirona no debe usarse en niños y adolescentes menores de 18 años debido a la falta de datos.

Embarazo y lactancia

No existe experiencia con el uso de buspirona durante el embarazo. Los estudios en animales no han demostrado efectos adversos directos o indirectos en el feto. La decisión de continuar el tratamiento con buspirona durante el embarazo se toma de forma individual.

No se sabe si la buspirona o sus productos de descomposición (metabolitos) pasan a la leche materna. Los expertos creen que la lactancia materna es condicionalmente aceptable con monoterapia (tratamiento con buspirona sola y ningún otro fármaco) y una buena observación del bebé.

Recibir medicación con buspirona

¿Desde cuándo se conoce la buspirona?

La buspirona fue descubierta por un equipo de científicos en 1972. Sin embargo, no se patentó hasta 1975 y se lanzó al mercado en Estados Unidos en 1986.

Fue aprobado en Alemania en 1996 y la protección de la patente expiró en 2001. Mientras tanto, también existe un medicamento genérico con el ingrediente activo buspirona.