Asma alérgica: síntomas, tratamiento

Breve descripción

  • Tratamiento: Evite el contacto con sustancias alergénicas; bien tratable con medicamentos (p. ej., inhaladores para el asma, inmunoterapia para la alergia).
  • Pronóstico: Actualmente, el asma alérgica no se puede curar, pero los afectados pueden influir positivamente en el curso de la enfermedad.
  • Síntomas: Los síntomas típicos son tos, dificultad para respirar y dificultad para respirar repentina.
  • Causas: La causa más frecuente es el polen de las flores, los excrementos de los ácaros del polvo doméstico, los alérgenos del pelaje de las mascotas o las esporas de moho.
  • Factores de riesgo: Ciertos factores (p. ej., genes, humo de segunda mano, higiene excesiva) favorecen el desarrollo de la enfermedad.
  • Frecuencia: El asma alérgica suele presentarse con mayor frecuencia dentro de la familia. Entre el 25 y el 40 por ciento de todos los pacientes con alergia al polen no tratada desarrollan asma alérgica.
  • Diagnóstico: El médico realiza el diagnóstico mediante un examen físico y una prueba de función pulmonar, entre otras cosas.

¿Qué se puede hacer ante el asma alérgica?

Tratamiento sin medicación

Las medidas sin medicación son tan importantes como la terapia con medicación en el tratamiento del asma alérgica. Por lo tanto, se recomienda a los pacientes que hagan lo siguiente:

Evitar la causa desencadenante

Para las personas con asma alérgica, el primer paso es descubrir qué factores y situaciones desencadenan o agravan los síntomas. Los médicos aconsejan a los pacientes que eviten estos desencadenantes, en la medida de lo posible. Por supuesto, esto es más fácil decirlo que hacerlo en la vida cotidiana. Sin embargo, existen algunas formas de protegerse hasta cierto punto de los alérgenos desencadenantes:

Ácaros del polvo: si eres alérgico a los ácaros del polvo, puedes utilizar una funda de colchón que sea impermeable a los ácaros. Lave la ropa de cama con regularidad a una temperatura mínima de 60 grados centígrados. Abstente de utilizar “trampas de polvo” como alfombras, cortinas gruesas o pieles en el hogar, así como peluches en la cama de tu hijo. Trate de evitar una mayor humedad (más del 50 por ciento) y temperaturas superiores a 22 grados centígrados en las habitaciones. La ventilación regular ayuda con esto.

Polen: Con la ayuda de un calendario de polen, puedes determinar cuándo y dónde está aumentando el polen; evita estas regiones o momentos en la medida de lo posible. Si hay mucho polen en movimiento, báñese diariamente antes de acostarse y lávese el cabello. No guarde en el dormitorio ropa a la que pueda adherirse el polen. Además, no cuelgue la ropa al aire libre para que se seque. Algunos modelos de los llamados filtros de polen eléctricos, que utilizan un ventilador para dirigir el aire de la habitación sobre un conjunto de filtros de poros muy finos, también han demostrado ser eficaces y, por lo tanto, pueden reducir significativamente el contenido de polen.

Adaptar el estilo de vida

Las personas con asma alérgica pueden hacer algunas cosas por sí mismas para contribuir al éxito de la terapia y así mejorar su calidad de vida.

Éstos incluyen:

  • Consulte a un especialista pulmonar con regularidad para controlar el curso de la enfermedad.
  • Asegúrese de tener un plan de tratamiento escrito e individualizado que incluya un plan de emergencia (p. ej., Qué hacer si tiene un ataque de asma agudo).
  • Asegúrese de utilizar sus medicamentos y su plan de tratamiento de forma correcta y regular.
  • Participa en un curso de formación en asma en el que aprenderás, por ejemplo, el uso correcto de la medicación, la aplicación del plan terapéutico o el comportamiento en caso de emergencia.
  • Cuide una nueva receta a tiempo cuando se acabe un medicamento.
  • Garantizar un ambiente libre de humo. ¡Esto se aplica no sólo a los propios pacientes con asma, sino especialmente a los padres cuyos hijos padecen asma! El humo de segunda mano es un desencadenante poderoso y peligroso de los ataques de asma y puede afectar negativamente el curso de la enfermedad en niños con asma.

Dieta para el asma alérgica

Remedio casero

¡El asma alérgica está en manos de un médico! Sin embargo, algunos remedios caseros pueden apoyar el tratamiento en determinadas circunstancias. Pueden ayudar a aliviar los síntomas del asma alérgica, pero nunca sustituyen una visita al médico. Éstas incluyen:

  • Se dice que la cúrcuma en forma de té, especia o gotas tiene un leve efecto antiinflamatorio.
  • Se dice que el jengibre en té o extracto protege contra la inflamación y fortalece el sistema inmunológico.
  • El magnesio (p. ej., en forma de comprimidos o cápsulas efervescentes) relaja los músculos de los bronquios.
  • Hierbas medicinales como el musgo de Islandia, el hinojo y el llantén menor en forma de pastillas o extractos facilitan la respiración y tienen un efecto expectorante.

Los aceites esenciales como el de menta, mentol o eucalipto no son adecuados para los asmáticos. Pueden irritar las membranas mucosas y provocar dificultad respiratoria.

Homeopatía

El concepto de homeopatía y su eficacia específica son controvertidos en la ciencia y no están claramente demostrados por estudios.

Medicamentos

En el tratamiento del asma alérgica con medicamentos se distingue entre medicamentos de larga duración y medicamentos a demanda.

Medicamentos a largo plazo

Los medicamentos a largo plazo son la base de cualquier tratamiento para el asma. Contrarrestan la causa desencadenante del asma. Los principios activos más importantes de este grupo son los corticosteroides (cortisona), que son similares a la hormona cortisol del propio cuerpo. Impiden que los bronquios reaccionen demasiado violentamente a determinados estímulos e inhiben la inflamación. De esta forma mejoran la función pulmonar, previenen problemas respiratorios agudos y alivian o previenen los síntomas típicos.

Por este motivo, se recomienda a las personas afectadas que continúen el tratamiento con aerosoles de cortisona incluso si actualmente no presentan ningún síntoma. Esto no se aplica al tratamiento con comprimidos de cortisona. Estos pueden aumentar el riesgo de efectos secundarios graves y enfermedades secundarias (por ejemplo, diabetes, osteoporosis), especialmente si se toman de forma continua.

Si la cortisona por sí sola no es suficiente para controlar los síntomas, el médico la combinará con otros principios activos. Estos incluyen ciertos agentes del grupo de los simpaticomiméticos beta-2 de acción prolongada o antagonistas de los leucotrienos. Los simpaticomiméticos beta-2 estimulan una parte del sistema nervioso llamada sistema nervioso simpático. Esto hace que los bronquios de la persona afectada se dilaten. Los antagonistas de los leucotrienos ralentizan la inflamación de los bronquios.

Medicamentos según sea necesario

Para el asma alérgica grave que no responde a la terapia habitual, el médico puede administrar el ingrediente activo omalizumab. Este es un anticuerpo producido en laboratorio que interrumpe la reacción alérgica en el cuerpo. Para interrumpir específicamente la reacción alérgica, el médico inyecta el medicamento directamente debajo de la piel.

Los individuos afectados reciben el medicamento, por ejemplo, si el nivel total de IgE (la IgE es un anticuerpo que es en gran medida responsable de las reacciones alérgicas en el cuerpo) en la sangre permanece elevado a pesar de haber agotado el tratamiento (terapia con spray de cortisona y simpaticomiméticos beta-2) y siguen teniendo síntomas.

Inmunoterapia específica de alérgenos (AIT o hiposensibilización).

Si el desencadenante del asma alérgica es una alergia al polen o a los ácaros del polvo, se recomienda la inmunoterapia con alérgenos específicos (AIT o hiposensibilización). Combate directamente la causa del asma alérgica. El principio es el siguiente: si el cuerpo recibe repetidamente una pequeña dosis del alérgeno a intervalos regulares y esta dosis se aumenta lentamente, el sistema inmunológico se acostumbra y los síntomas disminuyen.

La inmunoterapia específica con alérgenos no puede sustituir la terapia existente contra el asma, sino sólo complementarla.

Control del asma según el esquema graduado.

El tratamiento del asma con medicación siempre se basa en la gravedad de la enfermedad. Los síntomas del asma pueden variar en gravedad. Por lo tanto, en consulta con el paciente, el médico controla periódicamente el curso de la enfermedad y, si es necesario, ajusta el tratamiento. El principio básico es: tanto como sea necesario y lo menos posible.

Un esquema paso a paso sirve como guía, con la ayuda del cual el médico y el paciente adaptan el tratamiento al grado de gravedad actual. Cada nivel de terapia corresponde a una combinación específica de medicamentos; Hay cinco niveles en total.

Dependiendo del grado de control del asma, el médico adapta el tratamiento al nivel terapéutico respectivo. El “grado de control del asma” resulta de diferentes parámetros (p. ej. frecuencia de los síntomas, función pulmonar de la persona afectada, etc.).

De este modo, el grado de control del asma se divide en:

  • asma controlada
  • asma parcialmente controlada
  • asma no controlada

El objetivo es controlar los síntomas tan bien que los ataques ocurran lo menos posible y los pacientes vivan prácticamente sin restricciones. El control del asma previene en gran medida el empeoramiento agudo de la enfermedad (las llamadas exacerbaciones) y mejora considerablemente la calidad de vida de los afectados. Especialmente en los niños, el control regular y el ajuste del tratamiento desempeñan un papel fundamental para garantizar que se desarrollen de forma física y psicológicamente saludable.

Tratamiento del asma alérgica en niños.

Los adultos y los niños generalmente son tratados según los mismos principios, pero el médico tratante ajusta la dosis y administración del medicamento a la edad y al desarrollo físico del niño. El régimen escalonado para tratar a niños con asma también es algo diferente al de los adultos.

¿Asma bronquial por alergia?

  • rinitis alérgica (rinitis)
  • conjuntivitis alérgica (inflamación de la conjuntiva)
  • Asma bronquial alérgica con espasmo de los músculos bronquiales e inflamación de las membranas mucosas.

¿Asma o EPOC?

El asma alérgica, al igual que la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), es una enfermedad pulmonar crónica. Dado que los afectados suelen sufrir síntomas similares, las enfermedades se confunden fácilmente. Por lo tanto, para elegir la terapia adecuada, es importante que un médico examine los síntomas en detalle. Por ejemplo, la dificultad para respirar se produce en los ataques de personas con asma, mientras que los pacientes con EPOC tienen principalmente problemas respiratorios durante el esfuerzo físico. Los asmáticos también tienen más probabilidades de tener tos seca. Las personas con EPOC tienen una tos pronunciada con esputo viscoso que aparece principalmente por la mañana.

Los pacientes con EPOC suelen tener poca respuesta al tratamiento con aerosoles para el asma.

¿Quién padece asma alérgica?

Si una alergia existente no se trata o no se trata lo suficiente, la enfermedad empeora: alrededor del 25 al 40 por ciento de todos los pacientes con alergia al polen no tratada desarrollan asma alérgica a lo largo de su vida. En tales casos, la enfermedad se denomina “cambio de etapa”. Esto significa que la reacción alérgica se mueve desde arriba, desde las membranas mucosas, hacia los bronquios. A veces esto pasa desapercibido.

Asma alérgica en niños.

Entre el cincuenta y el 70 por ciento de todo el asma en niños y bebés es causado por alergia. En algunos casos, el asma relacionada con las alergias desaparece durante la pubertad, pero puede reaparecer en la edad adulta. Cuanto más grave es el asma en la infancia, más probabilidades hay de que la padezcan en la edad adulta.

Además de los síntomas típicos de tos, dificultad para respirar y opresión en el pecho, los niños con asma suelen tener fiebre. Debido a que el asma puede afectar el desarrollo de un niño, se recomienda a los padres que consulten a un médico ante los primeros signos.

Si la enfermedad se detecta a tiempo y se trata de manera constante, el asma en los niños se puede curar.

A pesar de una intensa investigación, el asma aún no se puede curar. Los síntomas generalmente persisten durante un largo período de tiempo y desaparecen sólo temporalmente, en todo caso. Sin embargo, la enfermedad se puede tratar bien en la mayoría de los casos con medicamentos. Un asmático bien tratado tiene la misma esperanza de vida que una persona sana. Con el tratamiento adecuado, la enfermedad también evolucionará favorablemente a largo plazo.

¿Cuáles son los síntomas del asma alérgica?

Independientemente de la causa, el asma modifica los bronquios (vías respiratorias que conducen el aire) de la persona: las vías respiratorias se estrechan y provocan los síntomas típicos del asma.

Éstos incluyen:

  • tos (generalmente seca)
  • respiración sibilante (sibilancias)
  • opresión en el pecho
  • Dificultad para respirar
  • Dificultad para respirar
  • Dolor de pecho

En caso de un ataque de asma, mantenga la calma, inhale su spray de emergencia para el asma y adopte una posición que le facilite la respiración. Si sus síntomas no mejoran rápidamente, ¡llame al 911!

¿Qué desencadena el asma alérgica?

En las personas con asma, las vías respiratorias están crónicamente inflamadas. Al mismo tiempo, los bronquios de los afectados son hipersensibles (hiperreactividad bronquial) a estímulos como el humo o el aire frío en invierno. Estos dos factores provocan un estrechamiento de los bronquios (obstrucción de las vías respiratorias), lo que a su vez desencadena los síntomas típicos del asma.

El asma bronquial puede ser alérgica y no alérgica, y muchos adultos tienen formas mixtas.

¿Cuáles son los desencadenantes?

Los desencadenantes del asma alérgica incluyen los siguientes:

  • Polen de árboles: avellano, aliso, abedul, fresno
  • hierba, plátano, ortiga, artemisa, polen de ambrosía
  • Alérgenos de los ácaros del polvo doméstico (heces y caparazón)
  • Caspa de animales (por ejemplo, gato, perro, caballo, cobaya, rata,…)
  • Esporas de moho (p. ej., Alternaria, Cladosporium, Penicillium,…)
  • Alérgenos laborales (p. ej. harinas, isocianatos en pinturas, papaína en la producción textil)

¿Cuáles son los factores de riesgo del asma alérgica?

Aún no está claro por qué algunas personas desarrollan alergias y, asociada a ellas, asma alérgica. Los médicos sospechan de ciertos factores de riesgo que favorecen la aparición de una alergia o asma alérgica:

Los genes

La predisposición hereditaria juega un papel importante en el asma alérgica. Los niños cuyos padres padecen asma alérgica tienen un mayor riesgo de padecer asma que los niños cuyos padres no padecen asma alérgica.

Influencias externas

Los factores ambientales también influyen en el desarrollo del asma alérgica. Por ejemplo, los niños cuyas madres fuman durante el embarazo tienen un mayor riesgo de desarrollar alergias (p. ej., fiebre del heno, asma alérgica) en el futuro. Lo mismo se aplica a los niños que están expuestos habitualmente al humo de segunda mano. También tienen más probabilidades de desarrollar alergias y asma alérgica que los niños que crecen sin fumar.

Higiene excesiva

Infecciones virales en la infancia.

Además, las infecciones virales (p. ej., bronquiolitis, infecciones respiratorias por clamidia y rinovirus) en la primera infancia aumentan el riesgo de enfermedad.

¿Cómo realiza el médico el diagnóstico?

Las principales herramientas de diagnóstico del asma alérgica son una conversación detallada (historial médico), un examen físico y la medición de la función pulmonar (medición del flujo máximo; espirometría).

Discusión con el médico.

Si se sospecha asma alérgica, el médico de cabecera es el primer punto de contacto. Si es necesario y para exámenes adicionales, derivará al paciente a un especialista en enfermedades pulmonares (p. ej., neumólogo/neumólogo; también alergólogo). Gracias a exámenes detallados, el médico normalmente puede hacer rápidamente el diagnóstico correcto. Para ello, comienza con una conversación detallada con el paciente, que a menudo proporciona información importante sobre la naturaleza de la enfermedad. El médico hace, entre otras, las siguientes preguntas:

  • ¿Cuándo, con qué frecuencia y en qué situaciones/ambiente tiene tos/falta de aire?
  • ¿Existen enfermedades alérgicas en la familia (por ejemplo, neurodermatitis, alergia al polen,…)?
  • ¿Hay animales en el hogar o en el entorno inmediato?
  • ¿A qué se dedica?

Examen físico y prueba de función pulmonar.

A esto le sigue un examen físico y una prueba de función pulmonar (espirometría). Esto implica que el paciente sople por la boquilla de un dispositivo que mide la fuerza y ​​la velocidad del flujo de aire. Esto permite determinar la función pulmonar, que normalmente está reducida debido al asma.

Aquí son especialmente importantes tres medidas:

  • Capacidad vital (VC): la mayor capacidad posible de los pulmones
  • Capacidad de segundos (FEV1): la cantidad de aire exhalado en un segundo
  • FEV1/VC: la relación entre la segunda capacidad y la capacidad vital

Si la relación FEV1/VC es inferior al 70 por ciento, los bronquios se contraen. En el caso del asma, los valores de FEV1 y VC también suelen estar por debajo de lo normal, y en el caso del asma grave, incluso de manera muy significativa. Si sólo se estrechan las vías respiratorias pequeñas (menos de 2 mm de diámetro), se habla de “enfermedad de las vías respiratorias pequeñas”.

Prueba de reversibilidad

Por lo tanto, el estrechamiento de las vías respiratorias ha mejorado significativamente gracias al tratamiento con broncodilatadores. Las personas con asma suelen responder positivamente a los broncodilatadores, pero este no es el caso con la EPOC.

Prueba de alergia

El médico utiliza una prueba de alergia para determinar el desencadenante exacto: el alérgeno. En la llamada “prueba de punción”, el médico aplica los alérgenos más habituales (p. ej., excrementos de gato, ácaros, polen de hierba o de abedul) en forma líquida sobre la piel de la persona afectada y luego marca ligeramente la piel (“prick test”). ”). Si el paciente es alérgico a una sustancia concreta, al cabo de unos 20 minutos aparecerán ronchas en la zona de la piel afectada (reacción alérgica).

Prueba de sangre

Un análisis de sangre le da al médico más indicaciones sobre si existe una alergia. Se determinan tres valores:

  • IgE total: valores elevados indican alergia.
  • IgE específica: indica contra qué alérgeno específico se dirigen los anticuerpos IgE.
  • Eosinófilos/ECP: ciertos glóbulos blancos, que suelen ser más frecuentes en enfermedades alérgicas