Ojos llorosos (Epiphora)

Ojos llorosos (epífora) (sinónimos: secreción ocular; lagrimeo; ojo lloroso; ojo lloroso; ICD-10-GM H04.2: Afecciones del aparato lagrimal: epífora), la producción de lágrimas excede la capacidad de drenaje, lo que resulta en una fuga de líquido lagrimal los márgenes del párpado.

Anatomía clínica

El aparato lagrimal (Apparatus lacrimalis) sirve para producir, transmitir y drenar lágrimas:

  • Cada ojo tiene dos túbulos lagrimales que se originan en la porción medial de los dos párpados (punctum lacrimale superius (punctum lagrimal superior) y punctum lacrimale inferius (punctum lagrimal inferior)). Estos se unen para formar el conducto lagrimal común: las lágrimas luego "corren" hacia el saco lagrimal (saccus lacrimalis).
  • El conducto nasolagrimal (lat. Ductus nasolacrimalis) conecta el saco lagrimal con el nariz y se abre hacia el cornete inferior (concha inferior).

Un ojo lloroso ocurre cuando la producción de lágrimas es demasiado alta o el drenaje es insuficiente, o incluso una combinación de ambos.

Incluso en los bebés, pueden producirse ojos llorosos. La apertura espontánea de los conductos lagrimales durante las primeras semanas de vida corregirá el problema.

Los ojos llorosos pueden ser un síntoma de muchas enfermedades (consulte "Diagnósticos diferenciales"). Las causas comunes de lagrimeo son superiores tracto respiratorio infecciones, rinitis alérgica y ojos secos. Estas últimas son lágrimas reflejas, que son una reacción a la sequedad de la superficie ocular.

Proporción de sexos: las mujeres (especialmente la menopáusica) se ven afectadas con más frecuencia que los hombres.

Pico de frecuencia: la enfermedad se presenta con mayor frecuencia en la vejez.

Evolución y pronóstico: en los niños, los ojos llorosos pueden deberse a conjuntivitis (inflamación de la conjuntiva). En los ancianos, los ojos llorosos a menudo se deben a irritación local o conductos lagrimales obstruidos. oftalmólogo (ver también en “Síntomas - quejas”: Señales de advertencia (banderas rojas)). Las enfermedades subyacentes graves deben excluirse o tratarse.