Lepra (leprosa): descripción, síntomas

Breve descripción

  • Síntomas: Los síntomas dependen de la forma particular de lepra. Los posibles síntomas incluyen cambios en la piel, pérdida de la sensación táctil y parálisis.
  • Pronóstico: La lepra es curable si se trata correctamente. Sin embargo, si no se recibe un tratamiento temprano, la enfermedad puede provocar daños progresivos y permanentes.
  • Causas: La lepra es causada por la bacteria Mycobacterium leprae.
  • Factores de riesgo: la lepra es particularmente prevalente en países tropicales y subtropicales con alta densidad de población y bajos estándares de higiene.
  • Diagnóstico: El diagnóstico se realiza sobre la base del historial médico del paciente, un examen físico y métodos de examen especiales para detectar el patógeno.
  • Tratamiento: La lepra se trata con una combinación de diferentes antibióticos.
  • Prevención: Se debe observar una higiene básica adecuada y la eliminación adecuada de materiales infecciosos en el tratamiento y cuidado de pacientes con lepra.

¿Qué es la lepra?

La lepra es una enfermedad bacteriana contagiosa, también conocida como enfermedad de Hansen o enfermedad de Hansen. Es causada por Mycobacterium leprae y ocurre en todo el mundo. Las bacterias destruyen la piel y las mucosas y atacan las células nerviosas.

Los países particularmente afectados por la lepra incluyen India, Brasil e Indonesia. Otros países afectados son Nepal, la República del Congo, Mozambique y Tanzania.

En general, el número de casos en África, América, el sudeste asiático y el sudeste del Mediterráneo ha ido disminuyendo desde 2003. Sin embargo, la lepra todavía existe y cada año miles de personas en todo el mundo contraen la enfermedad, muchos de ellos niños. .

Por ejemplo, en 202,256 se notificaron a la Organización Mundial de la Salud (OMS) 2019 nuevas infecciones, incluidos 14,893 niños menores de 14 años.

En Alemania, sin embargo, en los últimos años sólo se han registrado casos aislados de lepra importada. En 2019, se notificó un caso de lepra. Sin embargo, en 2018 no se informó ningún caso a las autoridades competentes.

La lepra en la Edad Media

La lepra también estuvo muy extendida en Europa en la Edad Media. La enfermedad se consideraba un “castigo de Dios”: el nombre original “lepra” probablemente proviene del hecho de que las personas que padecían lepra tenían que vivir (expuestas) fuera de los asentamientos humanos.

¿Cuáles son los síntomas de la lepra?

Los médicos distinguen entre las siguientes formas de lepra:

La lepra indeterminada es una forma muy leve de la enfermedad en la que hay manchas cutáneas aisladas y menos pigmentadas (hipopigmentadas). En el 75 por ciento de los casos, estos se curan espontáneamente.

La lepra tuberculoide o lepra nerviosa es la forma más leve de la enfermedad. Las lesiones cutáneas ocurren sólo esporádicamente y están bien definidas. Las áreas están menos pigmentadas (hipopigmentadas) o enrojecidas y no pican. En esta forma de la enfermedad, las consecuencias del daño a los nervios se destacan como síntomas típicos de la lepra.

Se pierde la sensación del tacto (temperatura, tacto y dolor). Como los afectados no sienten el dolor a tiempo, a menudo se lesionan. Los músculos se atrofian, se paralizan y, en ocasiones, se producen deformidades graves. Los cambios en la piel pueden curarse por sí solos.

La lepra lepromatosa es una forma grave de enfermedad infecciosa que ocurre cuando el sistema inmunológico está débil. Numerosos bultos parecidos a tumores aparecen en la piel, dando al rostro la apariencia de una cabeza de león (“facies leontina”).

Las denominadas formas límite de lepra son formas mixtas que combinan varios síntomas de las otras formas.

¿Es curable la lepra?

La lepra es una enfermedad crónica de la piel, las membranas mucosas y las células nerviosas. Si se diagnostica y trata a tiempo, el pronóstico es favorable.

Sin embargo, si no se trata, puede provocar daños progresivos y permanentes en la piel, los ojos, las extremidades y los nervios.

Los daños que ya han ocurrido, como la mutilación o la parálisis, no se pueden revertir. Alrededor de dos o tres millones de personas en todo el mundo están afectadas permanentemente por la lepra.

Lepra: causas y factores de riesgo

La causa de la lepra es la bacteria Mycobacterium leprae. La bacteria fue descubierta en 1873 por el médico noruego Armauer Hansen como causante de una enfermedad infecciosa. Mycobacterium leprae es una bacteria menos agresiva que, al igual que el patógeno de la tuberculosis, vive en las células huésped infectadas.

Como resultado, el sistema inmunológico sólo combate al patógeno directamente con células de defensa (“defensa celular”) y la reacción de defensa a través de anticuerpos (“defensa humoral”) es casi inexistente. Sólo la exposición masiva y prolongada a la bacteria conduce a la lepra.

Aún no se ha aclarado de forma concluyente cómo se transmite exactamente la lepra. Sin embargo, el contacto estrecho y prolongado con pacientes con lepra no tratados parece desempeñar un papel importante. Los infectados excretan grandes cantidades del patógeno de la lepra en sus secreciones nasales o a través de las úlceras cutáneas que se desarrollan.

Las bacterias probablemente se transmiten de persona a persona a través de pequeñas heridas en la piel o del tracto respiratorio en forma de gotitas. La transmisión del patógeno al feto durante el embarazo es posible si la madre tiene lepra.

Contrariamente a la creencia popular, ¡la lepra no es una enfermedad muy contagiosa! Por lo tanto, normalmente no es necesario aislar a las personas con lepra.

Exámenes y diagnóstico

Un instituto de enfermedades infecciosas y medicina tropical es el lugar adecuado al que acudir si se sospecha de lepra. La historia clínica (anamnesis) es muy importante para el diagnóstico.

Un factor decisivo es si el paciente ha pasado algún tiempo en zonas de riesgo de lepra en los últimos años, ya que la lepra ha sido erradicada en los países industrializados. Durante el examen físico, el médico busca cambios típicos en la piel, cambios nerviosos y alteraciones sensoriales.

Exámenes adicionales

Otro método de diagnóstico es el llamado método de detección biológica molecular, por ejemplo la detección del material genético de Mycobacterium leprae mediante una reacción en cadena de la polimerasa (PCR). Esto permite diagnosticar la lepra en una etapa temprana. El procedimiento también sirve para confirmar el diagnóstico.

La prueba de lepromina (reacción de Mitsuda) es una prueba de detección de anticuerpos que examina el sistema inmunológico del cuerpo. Esta prueba permite diferenciar entre lepra tuberculoide y lepromatosa.

Lepra: tratamiento

El tratamiento de la lepra depende de la cantidad de patógenos. Se utiliza una combinación de diferentes antibióticos. En el caso de la lepra tuberculoide los principios activos suelen ser dapsona y rifampicina, y en el caso de la lepra lepromatosa también se utiliza clofazimina.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda seis meses de tratamiento para la llamada lepra poco patógena (). La lepra rica en patógenos (), por el contrario, se trata durante al menos doce meses con los antibióticos adecuados.

En casos individuales, el tratamiento se prolonga aún más. Entonces puede ser necesario recurrir a medicación sustitutiva (“leprostáticos de reserva”).

A menudo son necesarios varios años de tratamiento para curar completamente la lepra. La terapia con ejercicios de apoyo ayuda a prevenir la parálisis causada por la lepra.

Prevención

Para prevenir la transmisión de Mycobacterium leprae, se deben observar una higiene básica y la eliminación adecuada de materiales infecciosos (por ejemplo, secreciones nasales y de heridas) durante el tratamiento y cuidado de pacientes con lepra. Para las personas que han estado en contacto con pacientes que padecen lepra multibacilar, se recomienda que se les realice un seguimiento de los síntomas clínicos durante al menos cinco años.

En consecuencia, los contactos cercanos deben someterse a pruebas de infección cada seis meses, si es posible. Estos intervalos de prueba deben acortarse si estas personas tienen factores de riesgo adicionales, como inmunodeficiencia causada por medicamentos o infecciones.