Ansiedad: causas y terapia

Breve descripción

  • ¿Qué es el miedo? Básicamente una reacción normal ante situaciones amenazantes. La ansiedad es patológica cuando se presenta sin una causa específica, se convierte en una acompañante frecuente/permanente y perjudica la calidad de vida.
  • Formas de ansiedad patológica: trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de pánico, trastorno obsesivo-compulsivo, fobias (como claustrofobia, aracnofobia, fobia social), trastorno de estrés postraumático, neurosis cardíaca, hipocondría, ansiedad en la esquizofrenia y depresión.
  • Causas de la ansiedad patológica: diversos enfoques explicativos (psicoanalíticos, conductuales y neurobiológicos). Los factores que desencadenan la ansiedad son el estrés, el trauma, el consumo de alcohol y drogas, ciertos medicamentos, la disfunción tiroidea y las enfermedades cardíacas y cerebrales.
  • ¿Cuándo consultar a un médico? En el caso de ansiedad excesiva, ansiedad que se vuelve más frecuente o más grave y que no puede superarse por sí sola, ansiedad sin causa objetiva y/o calidad de vida muy reducida debido a la ansiedad.
  • Diagnóstico: Entrevista detallada, cuestionarios, posiblemente exámenes adicionales.
  • Terapia: Terapia cognitivo-conductual, métodos psicológicos profundos, medicación.
  • Autoayuda y profilaxis: Métodos de relajación, plantas medicinales, estilo de vida saludable con mucho ejercicio y alimentación saludable.

Ansiedad: descripción

El miedo, al igual que la alegría, el placer y la ira, es una de las emociones humanas básicas. Es crucial para la supervivencia: quienes tienen miedo actúan con especial cautela y atención en situaciones críticas o, para empezar, no se ponen en peligro. Además, el miedo hace que el cuerpo movilice todas las reservas que necesita para luchar o huir.

Ansiedad: síntomas

La ansiedad se acompaña de diversos síntomas físicos. Éstas incluyen:

  • Palpitaciones
  • pulso acelerado
  • @ sudoración
  • temblores
  • respiración dificultosa
  • mareo

En casos de ansiedad severa, también pueden ocurrir dolor en el pecho, vómitos, diarrea, sensación de ansiedad e incluso pérdida del conocimiento. Quienes la padecen se sienten como si estuvieran fuera de sí o perdiendo la cabeza. Durante los ataques de pánico, quienes los padecen suelen temer la muerte. La ansiedad generalizada, a su vez, suele estar asociada con el dolor.

Ansiedad: ¿Qué es normal, qué es patológico?

Se habla de ansiedad patológica cuando la ansiedad se produce sin un motivo concreto o incluso se convierte en una compañera constante. Esto puede limitar considerablemente la calidad de vida de la persona afectada. Estos temores no son una reacción normal ante una amenaza concreta, sino un cuadro clínico independiente que debe tratarse psicoterapéuticamente.

Formas de trastornos de ansiedad

El término trastorno de ansiedad se refiere a un grupo de trastornos mentales en los que los síntomas de ansiedad ocurren sin amenaza externa. Estos síntomas de ansiedad pueden ser físicos (aceleración del corazón, sudoración, etc.) y psicológicos (pensamiento catastrófico, conductas de evitación como negarse a salir por la puerta, etc.). Un trastorno de ansiedad puede manifestarse de diferentes formas:

Trastorno de ansiedad generalizada.

Para las personas con trastorno de ansiedad generalizada, las preocupaciones y los miedos son compañeros constantes. A menudo, estos miedos no tienen una causa concreta (preocupaciones difusas, ansiedades y nerviosismo generalizado).

Sin embargo, también pueden relacionarse con amenazas reales (posibilidad de accidente de coche o enfermedad de familiares cercanos, etc.), aunque en este caso los síntomas de ansiedad son exagerados.

Trastorno obsesivo compulsivo (TOC)

El trastorno obsesivo-compulsivo se caracteriza por pensamientos y/o acciones obsesivos. Por ejemplo, quienes la padecen reaccionan con tensión y ansiedad cuando se les impide realizar ciertos rituales. Estos incluyen, por ejemplo, compulsiones de lavarse, contar objetos o comprobar repetidamente que las ventanas están cerradas.

Los pensamientos obsesivos pueden tener contenidos agresivos, ofensivos o aterradores, por ejemplo.

Fobia

Las personas con fobia tienen un miedo excesivo a determinadas situaciones u objetos. Sin embargo, la mayoría de quienes la padecen saben que sus temores en realidad son infundados. Sin embargo, los estímulos clave correspondientes desencadenan reacciones de miedo a veces violentas.

Estos estímulos clave pueden ser determinadas situaciones (viajes en avión, gran altitud, viajes en ascensor, etc.), fenómenos naturales (tormentas, aguas abiertas, etc.) o determinados animales (como arañas, gatos). A veces, cosas asociadas con enfermedades y lesiones (sangre, inyecciones, etc.) también desencadenan una fobia.

Los expertos distinguen tres tipos principales de fobia:

Agorafobia (“claustrofobia”).

A medio plazo, los afectados suelen retirarse completamente por miedo y ya no salen de casa.

Fobia social

Las personas con fobia social temen ser el centro de atención, verse en una situación embarazosa o fracasar. Por tanto, se retiran cada vez más de la vida social.

Fobia especifica

En este caso, la fobia tiene un desencadenante estrechamente definido. Este es el caso, por ejemplo, de la aracnofobia, la fobia a las jeringas, el miedo a volar, la claustrofobia (miedo a los espacios reducidos) y el miedo a las alturas (vértigo).

No todas las fobias necesitan tratamiento. Pero si su trastorno de ansiedad limita su calidad de vida, debe recibir terapia.

Trastorno de estrés postraumático (PTSD).

El trastorno de estrés postraumático (TEPT) ocurre como resultado de una experiencia (trauma) extremadamente estresante o amenazante. Puede ser, por ejemplo, una experiencia de guerra, un desastre natural, un accidente grave, la muerte de un familiar cercano, abuso sexual u otras experiencias de violencia.

Los llamados flashbacks son típicos del trastorno de estrés postraumático. Se trata de fragmentos de recuerdos repentinos y extremadamente estresantes en los que la persona afectada revive una y otra vez la experiencia traumática. Los flashbacks se desencadenan, por ejemplo, por sonidos, olores o determinadas palabras que están estrechamente relacionadas con la experiencia traumática.

Para evitar estos estímulos, muchas personas traumatizadas se retraen. Están muy nerviosos e irritables, sufren trastornos del sueño y de la concentración, pero al mismo tiempo parecen cada vez más impasibles.

Trastorno de pánico

El trastorno de pánico es más común en mujeres que en hombres. Los afectados sufren repetidos ataques de ansiedad masivos con graves síntomas físicos y psicológicos. Estos incluyen dificultad para respirar, palpitaciones, opresión en la garganta o sensación de asfixia, sudoración, náuseas, miedo a morir o perder el control y sentimientos de irrealidad.

Normalmente, un ataque de pánico dura menos de media hora. Puede ocurrir de forma bastante inesperada o puede desencadenarse por determinadas situaciones.

Otros tipos de ansiedad patológica

Las personas con hipocondría (nuevo término: trastorno hipocondríaco) viven con el temor permanente de sufrir una enfermedad grave o incluso mortal. Al hacerlo, malinterpretan síntomas físicos inofensivos. Incluso las garantías de los médicos de que están sanos no pueden convencerlos ni tranquilizarlos.

La hipocondría pertenece a los llamados trastornos somatomorfos, al igual que la neurosis cardíaca: aquí los afectados sufren palpitaciones y dificultad para respirar y temen un ataque cardíaco, sin que se encuentre una causa orgánica para sus molestias.

A veces la ansiedad se presenta como síntoma de otras enfermedades. Por ejemplo, las personas con esquizofrenia suelen sufrir una ansiedad masiva. Perciben su mundo exterior como amenazador, tienen alucinaciones o delirios de persecución. La depresión también suele ir acompañada de temores objetivamente infundados.

Ansiedad: causas

Existen diversas teorías sobre el origen de la ansiedad patológica o trastornos de ansiedad:

  • Los enfoques de terapia conductual, por otro lado, consideran los miedos como algo aprendido. Un ejemplo es el miedo a volar. Puede desarrollarse cuando la persona afectada ha experimentado una situación amenazante (por ejemplo, fuertes turbulencias) a bordo. En consecuencia, los miedos pueden surgir mediante la mera observación, por ejemplo, cuando un niño experimenta que su madre le tiene miedo a una araña.
  • Los enfoques neurobiológicos, por el contrario, parten de que el sistema nervioso autónomo de los pacientes con ansiedad es más inestable que el de las personas sanas y, por tanto, reacciona de forma especialmente rápida y violenta a los estímulos.

Factores que pueden desencadenar ansiedad

  • Estrés: el estrés mental severo puede provocar sentimientos permanentes de ansiedad o ataques de pánico.
  • Trauma: las experiencias traumáticas como la guerra, los accidentes, el abuso o los desastres naturales pueden desencadenar ansiedad recurrente.
  • Consumo de alcohol y drogas: el consumo de drogas como alcohol, LSD, anfetaminas, cocaína o marihuana también puede provocar ansiedad o pánico.
  • Trastornos de la función tiroidea: tanto el hipertiroidismo como el hipotiroidismo pueden provocar ansiedad y ataques de pánico.
  • Enfermedades del corazón: Las afecciones cardíacas orgánicas, como las arritmias cardíacas o la estenosis cardíaca (angina de pecho), también pueden provocar una ansiedad masiva.
  • Enfermedades del cerebro: En casos raros, detrás de la ansiedad se encuentra una enfermedad orgánica del cerebro, por ejemplo una inflamación o un tumor cerebral.

Ansiedad: ¿Cuándo debería consultar a un médico?

Si uno o más de los siguientes se aplican a usted, debe consultar a un médico acerca de su ansiedad:

  • Tu ansiedad es excesiva.
  • Tu ansiedad es cada vez más frecuente e intensa.
  • No puedes superar tu ansiedad por tu cuenta.
  • Las circunstancias de su vida actual no pueden explicar la gravedad de su ansiedad.
  • Su calidad de vida se ve gravemente limitada debido a su ansiedad.
  • Te retiras de la vida social debido a tu ansiedad.

Incluso los miedos que tienen una causa comprensible pueden requerir tratamiento. Por ejemplo, cuando una enfermedad potencialmente mortal como el cáncer va acompañada de una ansiedad masiva.

Ansiedad: ¿Qué hace el médico?

El médico realiza el diagnóstico tras una entrevista detallada, en la que también se comentan las posibles causas y desencadenantes de los miedos (anamnesis). Los cuestionarios especializados ayudan en este proceso. Permiten evaluar qué tan fuerte es su ansiedad y contra qué se dirige.

En algunos casos, son necesarios exámenes adicionales (como análisis de sangre, ECG) para descartar causas orgánicas de los síntomas de ansiedad.

Una vez que su ansiedad se haya aclarado con más detalle, el médico podrá sugerirle el tratamiento adecuado.

Terapia cognitiva conductual

La terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser particularmente eficaz en el tratamiento de la ansiedad. Puede utilizarse para descubrir y cuestionar patrones de comportamiento, pensamientos y sentimientos que desencadenan la ansiedad. Los ejercicios específicos ayudan a cambiar estos patrones que desencadenan la ansiedad.

Los pacientes con fobia social pueden utilizar juegos de roles para probar situaciones aterradoras en un espacio protegido. De esta forma, ganan confianza en sí mismos y habilidades sociales. Esto les ayuda a superar sus miedos.

Métodos psicológicos profundos.

A veces también puede resultar útil una terapia psicológica profunda (por ejemplo, el psicoanálisis). Esto puede revelar y trabajar sobre problemas psicológicos más profundos como la raíz de la ansiedad.

Medicamentos

Además de las medidas psicoterapéuticas, la medicación puede ayudar a controlar la ansiedad. Los antidepresivos, entre otros, han demostrado su eficacia. Los tranquilizantes como las benzodiazepinas también pueden aliviar la ansiedad. Sin embargo, dado que pueden ser adictivos, sólo deben tomarse bajo supervisión médica y durante un período de tiempo limitado.

Tratamiento de enfermedades causantes.

Si otras enfermedades (como la esquizofrenia) son la causa de la ansiedad patológica, deben tratarse profesionalmente.

Ansiedad: lo que puedes hacer tú mismo

Incluso con ansiedad y tensión “normales” (no patológicas), debes volverte activo.

Métodos de relajación

En cualquier caso, tiene sentido aprender un método de relajación. La razón: la relajación y la ansiedad son dos estados emocionales que se excluyen mutuamente. Entonces, si dominas una técnica de relajación, puedes usarla para controlar la ansiedad e incluso los ataques de pánico. Los ejemplos incluyen ejercicios especiales de respiración, yoga, entrenamiento autógeno y relajación muscular progresiva de Jacobson.

Plantas medicinales

Las siguientes plantas medicinales son especialmente útiles para síntomas como ansiedad, nerviosismo, tensión interior e inquietud:

Se pueden utilizar individualmente o en combinación.

Preparaciones preparadas en la farmacia.

En las farmacias se encuentran disponibles diversos preparados listos para usar a base de las plantas medicinales mencionadas anteriormente, por ejemplo en forma de cápsulas, grageas o gotas. Las plantas medicinales tienen un contenido controlado de ingredientes activos y están oficialmente aprobadas como medicamentos. Consulte a su farmacéutico para obtener consejos sobre selección y uso.

Plantas medicinales como té.

Si su ansiedad no mejora o incluso empeora a pesar del tratamiento, debe consultar a un profesional de la salud. Si necesita tomar otros medicamentos además, debe consultar con su médico o farmacéutico antes de utilizar preparados de plantas medicinales. Esto le ayudará a evitar interacciones no deseadas.

Lifestyle

Además, un estilo de vida más saludable también puede tener un efecto positivo sobre los síntomas de ansiedad. Por ejemplo, el ejercicio reduce el estrés y mejora la condición física. Además, el ejercicio mejora el sueño, que se altera considerablemente en muchos pacientes con ansiedad.

Una dieta saludable proporciona energía adicional. Todo esto también influye en la estabilidad mental: quienes se sienten más alerta y en forma son más capaces de afrontar los problemas, los conflictos y la ansiedad.