Seminoma: pronóstico y tratamiento

Breve descripción

  • Pronóstico: Generalmente muy tratable; es posible una cura exitosa en la mayoría de los casos; una de las tasas de supervivencia al cáncer más altas; las recaídas son raras; La fertilidad y la libido suelen permanecer intactas.
  • Síntomas: endurecimiento palpable e indoloro en el escroto; testículos agrandados (con sensación de pesadez); senos agrandados y dolorosos; síntomas avanzados como tos y dolor en el pecho con metástasis pulmonares
  • Causas y factores de riesgo: causa exacta desconocida, se sospechan factores genéticos; correspondientemente mayor riesgo familiar; También aumenta el riesgo con testículos no descendidos o malposición del orificio uretral.
  • Diagnóstico: Historia médica; palpación de los testículos y la mama; ultrasonido; análisis de sangre, resonancia magnética, tomografía computarizada; posible exposición de los testículos
  • Prevención: autoexamen periódico de los testículos; detección de grupos de riesgo

¿Qué es el seminoma?

El seminoma es la forma más común de cáncer testicular. Es uno de los llamados tumores de células germinales (tumores germinales) y se desarrolla a partir de las espermatogonias. Estos son precursores de las células germinales masculinas (espermatozoides). Otros tumores de células germinales del testículo se agrupan bajo el término no seminoma. Surgen de varios otros tipos de tejido.

Los investigadores suponen que tanto los seminomas como los no seminomas se originan a partir del mismo precursor: células degeneradas del desarrollo embrionario en el útero. Este precursor de los tumores testiculares se llama neoplasia intraepitelial testicular (TIN). Una excepción es el muy raro “seminoma espermatocítico”: no se desarrolla a partir del TIN, sino directamente de las células formadoras de espermatozoides, es decir, sólo durante la formación final de los espermatozoides.

La edad promedio de los pacientes con seminoma es de alrededor de 40 años.

Puede leer más sobre otras formas de cáncer testicular en nuestro artículo Cáncer testicular.

¿Cuál es el pronóstico?

El seminoma tiene un pronóstico relativamente bueno incluso en una etapa avanzada y, en general, un mejor pronóstico que el segundo grupo principal de cánceres testiculares (no seminomas). Una razón para esto es que el seminoma tiene menos tendencia a formar metástasis que el no seminoma.

Por esta razón, prácticamente todos los pacientes con seminoma en estadio I pueden curarse con la terapia estándar. En las etapas IIA y IIB, la tasa de curación supera el 95 por ciento. En las etapas superiores del seminoma (a partir de IIC), entre el 80 y el 95 por ciento de los pacientes aún pueden ser tratados con éxito.

En segundo lugar, el riesgo de recaída está influenciado por el tipo de tratamiento inicial. Por ejemplo, si un seminoma en estadio I sólo se controla después de la cirugía (estrategia de vigilancia), el riesgo de recurrencia es mayor que si la cirugía va seguida de radioterapia.

Sin embargo, en general, el seminoma (y otras formas de cáncer testicular) rara vez recaen.

Síntomas

Una induración palpable e indolora en el escroto es uno de los signos más importantes de cáncer testicular (como un seminoma). Por lo general, solo se ve afectado un testículo, más raramente ambos están patológicamente alterados.

Un testículo agrandado también puede ser un indicio de un tumor testicular. Suele ir acompañado de una sensación de pesadez. En algunos casos, también hay una sensación de tirón que puede irradiarse hacia la ingle.

Si el cáncer ya ha hecho metástasis, se añaden síntomas específicos de los órganos afectados. Por ejemplo, tos y dolor en el pecho si se han formado metástasis en los pulmones.

Puede leer más sobre los signos del cáncer testicular (como el seminoma) en el artículo sobre cáncer testicular en "¿Cuáles son los síntomas?".

Causas y factores de riesgo

No se sabe exactamente por qué algunos hombres desarrollan seminoma (u otra forma de cáncer testicular). Sin embargo, ahora se conocen varios factores de riesgo que promueven un tumor tan maligno:

Según esto, los hombres que han tenido cáncer de testículo en el pasado corren un riesgo especial. Un testículo no descendido también aumenta el riesgo de un tumor testicular maligno, incluso si el testículo no descendido se ha extirpado quirúrgicamente.

Los factores genéticos también parecen desempeñar un papel en el desarrollo del seminoma (o cáncer testicular). Por ejemplo, el mismo tumor se presenta con mayor frecuencia en algunas familias.

¿Cómo se puede diagnosticar un seminoma?

En una consulta detallada (anamnesis), el médico pregunta al paciente sobre los síntomas (como bultos en los testículos). También preguntará sobre posibles factores de riesgo como cáncer testicular previo o testículos no descendidos. El médico también preguntará sobre cualquier cáncer testicular en familiares cercanos.

A esto le sigue un examen físico. Entre otras cosas, el médico palpará tanto los testículos como la mama. Un análisis de sangre completo también proporciona información importante. Si, por ejemplo, el nivel sanguíneo de la proteína AFP (alfafetoproteína) está elevado, esto puede indicar cáncer de testículo, especialmente el llamado no seminoma. Sin embargo, en el caso de un seminoma, el nivel de AFP es normal.

Los procedimientos de imagen, como la tomografía computarizada, ayudan a determinar la diseminación del tumor.

Puede leer más sobre los exámenes necesarios en caso de sospecha de seminoma o cáncer testicular en el artículo Cáncer testicular.

Tratamiento

Al igual que con otros tipos de cáncer testicular, la cirugía es el primer paso del tratamiento del seminoma: el cirujano extirpa el testículo enfermo, su epidídimo y el cordón espermático. Este procedimiento obligatorio se llama ablatio testis u orquiectomía.

En algunos casos, es posible extirpar sólo la parte anormal del testículo en lugar de todo el testículo. Este procedimiento es particularmente recomendable para pacientes a los que solo les queda un testículo. De esta forma se garantiza la producción de testosterona que se produce en los testículos.

Si es posible, el cirujano deja la mayor cantidad posible de tejido testicular sano para que la fertilidad y la producción de testosterona estén al menos parcialmente garantizadas. Sin embargo, a veces es inevitable extirpar ambos testículos por completo.

El tratamiento adicional después de la operación depende de qué tan avanzado esté el tumor.

Tratamiento en etapa I

Estrategia de vigilancia

En Europa y EE.UU., se suele optar por la estrategia de “esperar y ver” para el seminoma en estadio temprano después de la cirugía: el paciente se somete a un examen minucioso a intervalos regulares para detectar cualquier reaparición del cáncer en un estadio temprano.

Radioterapia

En algunos pacientes con seminoma (estadio I), el médico recomienda la radioterapia como medida de precaución después de la extirpación de los testículos: los médicos irradian la cavidad abdominal posterior. Con ello se pretende eliminar cualquier pequeña metástasis cancerosa en los ganglios linfáticos a lo largo de la aorta abdominal. La radioterapia se realiza cinco días a la semana durante un período de dos semanas.

Sin embargo, la radioterapia sólo se recomienda para el seminoma en estadio I en casos especiales. Esto se debe a que el tratamiento puede causar que se desarrolle un tumor canceroso maligno (tumor secundario) años o décadas después.

Quimioterapia

Tratamiento en estadios IIA y IIB

En el seminoma en estadio II, los ganglios linfáticos vecinos (regionales) se ven afectados por las células cancerosas (más en el estadio IIB que en el IIA). Luego, los pacientes reciben radioterapia después de que se hayan extirpado los testículos.

Si la radioterapia no es posible por determinadas razones, se opta por la quimioterapia: en tres ciclos, a los pacientes se les administran en una vena los tres fármacos citostáticos (medicamentos contra el cáncer, toxinas celulares), cisplatino, etopósido y bleomicina (PEB).

Los ensayos clínicos están investigando si el seminoma en estadio IIA o IIB se puede tratar con menos efectos secundarios mediante una combinación de radioterapia y quimioterapia.

Seminoma: tratamiento en estadios IIC y III

Si el seminoma está aún más avanzado (estadio IIC y superior), los expertos recomiendan de tres a cuatro ciclos de quimioterapia después de que se hayan extirpado los testículos. También en este caso se utilizan los tres fármacos citostáticos cisplatino, etopósido y bleomicina (PEB).

Prevención

Puede descubrir exactamente cuál es la mejor manera de proceder con un autoexamen de los testículos en el artículo Escaneo de los testículos.

Como se desconocen las causas exactas del cáncer testicular, no es posible prevenirlo más allá de un estilo de vida saludable.

Cualquier persona con antecedentes familiares conocidos, testículos no descendidos o una mala posición del orificio uretral que esté en riesgo debe hacerse realizar exámenes preventivos adecuados por parte de su médico.