Embolia | Pronóstico después de un infarto de miocardio

Embolia

Embolias, es decir sangre coágulos (trombos) transportados en el torrente sanguíneo, pueden ingresar al sistema vascular arterial después de una corazón atacar y conducir a un golpe, por ejemplo, cerrando un recipiente en el cerebro. El riesgo de desarrollar trombos en el corazón aumenta especialmente cuando se producen alteraciones del ritmo durante un ataque del corazón y la coagulación se activa debido a la velocidad de flujo alterada del sangre. A menudo, los periodos de estasis (permanencia del sangre columna) durante las arritmias dan lugar a trombos en la aurícula, que pueden desprenderse de la corazón pared y ser expulsado.

Aneurisma del corazón

Las complicaciones posteriores, que pueden ocurrir con cierto retraso hasta el infarto, son aneurismas de la pared cardíaca, síndrome de Dressler y recurrencias (nuevos ataques cardíacos). Un aneurisma del corazón es una expansión similar a una bolsa de la pared del corazón en el área del ataque del corazón sitio donde han muerto las células musculares. En el área afectada, el movimiento de la pared cardíaca se altera y el ECG muestra una elevación continua del segmento ST. Las consecuencias de estos cambios cardíacos pueden ser un aumento de la insuficiencia de bombeo del corazón, arritmia del corazón y embolias, que pueden formarse en la pared del corazón móvil restringida debido a cambios en el flujo sanguíneo. Está indicado un procedimiento quirúrgico para extirpar el aneurisma si la falla de bombeo del corazón progresa, se produce la formación de trombos a pesar de la coagulación sanguínea a base de medicamentos o si se producen arritmias cardíacas repetidas.

Síndrome de Dressler

El síndrome de Dressler es un evento autoinmune en el que el paciente desarrolla pericarditis 6-8 semanas después de la ataque del corazón. El cuerpo se forma anticuerpos contra sus propias células del músculo cardíaco, estos anticuerpos son detectables en la sangre. Hay signos de infección presentes: El paciente tiene fiebre y se elevan los mediadores inflamatorios en la sangre. Autoinmune pericarditis se trata con la administración de analgésicos y antiinflamatorios como el ácido acetilsalicílico (p. ej. Aspirina ®) o indometacina (por ejemplo, Indometacin Sandoz®). Si el curso de la enfermedad es grave, cortisona se puede administrar para inhibir la inflamación.