MERS-CoV

Breve descripción

  • ¿Qué es el MERS? Una enfermedad respiratoria (a menudo) grave causada por el patógeno MERS-CoV.
  • Frecuencia: (Muy) rara, en total alrededor de 2,500 casos registrados en todo el mundo (a 2019), después de 2016 el número de diagnósticos disminuyó drásticamente.
  • Síntomas: fiebre, tos, dificultad para respirar, neumonía, a menudo deterioro neurológico y daño a órganos en casos graves; período de incubación alrededor de 14 días.
  • Diagnóstico: prueba PCR, prueba de anticuerpos, seguimiento médico intensivo.
  • Tratamiento: Mayormente cuidados intensivos, no hay terapia farmacológica establecida disponible; uso experimental de inhibidores de proteasa e inmunomoduladores; vacuna actualmente no disponible.
  • Pronóstico: A menudo grave; un tercio de los pacientes muere.

¿Qué es MERS?

El síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) es una enfermedad respiratoria grave causada por una infección con el patógeno MERS-CoV (“Coronavirus del síndrome respiratorio de Oriente Medio”).

El MERS se acompaña de síntomas típicos como fiebre, tos y dificultad para respirar. La tasa de mortalidad es alta: alrededor de un tercio de las personas infectadas mueren.

Al igual que el SARS y el Sars-CoV-2, el MERS-CoV es miembro del género beta-coronavirus. Se cree que se propagó de los dromedarios a los humanos. Por tanto, el MERS-CoV es un virus zoonótico.

Distribución

El patógeno se descubrió por primera vez en Arabia Saudita en 2012. Posteriormente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) documentó alrededor de 2,500 casos en todo el mundo hasta 2019. Por lo tanto, el número de casos a nivel mundial es bajo. Además, a partir de 2016, la propagación del MERS-CoV disminuyó abruptamente.

La mayoría de los casos conocidos ocurrieron en la Península Arábiga, aparte de otro brote importante (aislado) en 2015 en Corea del Sur.

En total, se han confirmado casos en 27 países, incluidos estados de América del Norte, el sur de Asia y Europa. Aquí, sin embargo, afectaron a viajeros que habían estado en la Península Arábiga en el momento álgido de la propagación. Sin embargo, estos focos de infección aislados no dieron lugar a un episodio de infección incontrolada a gran escala.

¿Es posible vacunarse contra el MERS?

No. Actualmente no existe ninguna vacuna contra el MERS aprobada. Sin embargo, los expertos del Centro Alemán para la Investigación de Infecciones (DZIF) están trabajando en una primera vacuna candidata contra el patógeno MERS: MVA-MERS-S. Esta vacuna se basa en tecnología vectorial como la utilizada para la vacuna MERS.

Se basa en la misma tecnología de vectores que, por ejemplo, la vacuna de AstraZeneca contra el SARS-CoV-2. Los investigadores utilizan como vector un virus atenuado de la viruela vacuna (virus vaccinia ankara modificado, MVA). En un estudio piloto inicial, MVA-MERS-S demostró ser bien tolerado y capaz de generar fuertes respuestas de anticuerpos.

Ambas vacunas candidatas se encuentran en una etapa temprana de desarrollo. Sin embargo, basándose en estos prometedores resultados iniciales, se planean más estudios a mayor escala.

¿Cuáles son los síntomas del MERS?

Como enfermedad respiratoria típica, el MERS se presenta con los siguientes síntomas:

  • Tos
  • Dolor de garganta
  • Fiebre
  • Dificultad respiratoria
  • Dificultad para respirar
  • Neumonía grave (infección pulmonar)
  • Falla pulmonar

Además, los pacientes con MERS también mostraron:

  • Dolor muscular y articular
  • Diarrea
  • malestar y vómitos
  • Insuficiencia renal

El período entre la infección y la aparición de los primeros síntomas de la enfermedad es de dos a 14 días (período de incubación). La gravedad de los síntomas varía desde asintomática hasta muy grave.

Los pacientes que desarrollan un curso grave de la enfermedad suelen requerir cuidados intensivos. Los grupos vulnerables se ven particularmente afectados por un curso severo. Se trata de pacientes ancianos e inmunocomprometidos, así como de personas que padecen enfermedades preexistentes.

Según el estado actual de los conocimientos, aún está abierta una evaluación final sobre qué complicaciones neurológicas y con qué frecuencia podrían derivarse de una infección por MERS-CoV superviviente. Los casos documentados se basan en su mayoría en informes de casos individuales.

¿Cómo se diagnostica el MERS-CoV?

El MERS se puede detectar de forma fiable mediante una prueba de PCR en laboratorios especializados. Este reacciona al material genético característico del virus.

Lo ideal es utilizar secreciones de las vías respiratorias más profundas como material de muestra. Los médicos los obtienen mediante la llamada broncoscopia. Los hisopos de boca, nariz y garganta, como los que se toman para las pruebas de Sars-CoV-2, suelen ser menos adecuados. Esto se debe a que el MERS-CoV afecta especialmente a las vías respiratorias profundas. Aquí es donde la cantidad de virus detectable es mayor.

Se puede obtener información aún más precisa mediante la secuenciación completa del genoma del patógeno.

Por otra parte, las pruebas de anticuerpos pueden utilizarse para sacar conclusiones sobre una enfermedad MERS pasada. No son adecuados para el diagnóstico agudo porque el sistema inmunológico de la persona infectada tarda algún tiempo en reaccionar al patógeno MERS con anticuerpos específicos (detectables).

¿Tienen en común MERS-CoV, SARS y Sars-CoV-2?

El SARS, el MERS-CoV y el Sars-CoV-2 son virus de ARN envueltos del género Betacoronavirus. Pertenecen a la familia de los coronavirus (Coronaviridae) y pueden causar enfermedades en humanos.

Su material genético está formado por un ácido ribonucleico (ARN) monocatenario. El material genético de MERS-CoV y (SARS y) Sars-CoV-2 es en gran medida idéntico. Es decir, MERS-CoV es (estructuralmente) casi idéntico al Sars-CoV-2.

El genoma viral almacena toda la información que el virus necesita para replicarse en la célula huésped infectada. Por tanto, contiene todos los planos de las proteínas necesarias para construir nuevas partículas virales y copiar el propio genoma viral.

El genoma del MERS-CoV consta de unas 30,000 nucleobases que codifican tres tipos de proteínas virales en particular:

ARN polimerasas dependientes de ARN: MERS-CoV posee dos replicasas de ARN distintas (ORF1ab, ORF1a). Estas enzimas son responsables de replicar el genoma de ARN en la célula huésped.

Proteínas estructurales: estas son las proteínas que dan a la partícula del virus MERS-CoV su forma exterior (e interior):

  • Proteína Spike (S): estructura proteica externa que permite que MERS-CoV infecte células pulmonares humanas.
  • Nucleocápside (N): Molécula de proteína estructural que estabiliza el genoma viral.
  • Proteína de envoltura (E): parte de la envoltura exterior de la partícula viral.

Proteínas no estructurales: Además, en el genoma del MERS-CoV están presentes otras proteínas denominadas no estructurales, también llamadas “proteínas accesorias”, (incluidas ORF 3, ORF 4a, ORF 4b, ORF 5). Aunque aún no se ha demostrado de manera concluyente, los expertos discuten si estas proteínas posiblemente inhiben procesos importantes de la defensa inmune humana (actuando como los llamados "antagonistas del interferón").

¿Por qué no hubo una pandemia de MERS-CoV?

Aún no se ha explicado de manera concluyente por qué no hubo una pandemia de MERS-CoV. Los expertos sospechan que está relacionado con el particular mecanismo de infección del MERS-CoV, que es diferente del patógeno altamente contagioso Sars-CoV-2.

Como es habitual en la mayoría de las enfermedades respiratorias, el MERS-CoV se propaga principalmente mediante infección por gotitas o aerosoles. Sin embargo, el MERS-CoV no parece poder infectar el tracto respiratorio superior.

Sars-CoV-2 ingresa a las células humanas a través del receptor ACE2, que está ampliamente distribuido en el cuerpo y también presente en el tracto respiratorio superior. MERS-CoV, por otro lado, parece utilizar exclusivamente el llamado “receptor de dipeptidil peptidasa 4” (DPP4 o CD26) como “puerta de entrada”.

Esta distribución desigual del receptor DPP4 dentro del tracto respiratorio y los pulmones podría explicar la infectividad “moderada” del MERS-CoV. Esta también parece ser la razón por la cual el MERS-CoV no se propagó de manera incontrolable durante su fase de máxima propagación.

¿Cómo se trata el MERS?

Actualmente no está disponible un tratamiento farmacológico comúnmente establecido que pueda curar el MERS.

Por lo tanto, los médicos intentan estabilizar la salud de los pacientes afectados lo mejor que pueden en caso de emergencia. Esto puede darle tiempo al sistema inmunológico de los afectados para derrotar al virus MERS.

¿Uso de medicamentos antivirales ya conocidos?

En algunos casos, los médicos también utilizan medicamentos que ya han sido desarrollados contra otras enfermedades. Aquí los “antivirales de amplio espectro” adquieren un papel especial. Estos medicamentos deberían al menos ralentizar la replicación del patógeno MERS en pacientes infectados. Se están discutiendo combinaciones de ingredientes activos:

Lopinavir y ritonavir: También se analizan los medicamentos combinados lopinavir y ritonavir. Ambos se utilizan para tratar las infecciones por VIH. Ambos fármacos pertenecen al grupo de los inhibidores de la proteasa, que bloquean una enzima viral importante para la formación de nuevas partículas virales. Los estudios iniciales en el contexto del MERS-CoV muestran un efecto ligeramente positivo sobre la progresión de la enfermedad. Sin embargo, es poco probable que la replicación viral se suprima por completo con este tratamiento combinado.

Inhibidores de DPP4: el receptor DPP4 juega un papel importante en la entrada de MERS-CoV a la célula humana. Si el receptor DPP4 se bloquea específicamente con fármacos (según la hipótesis), es posible detener la entrada del patógeno MERS-CoV.

Sin embargo, la DPP4 también cumple funciones importantes en el control del sistema inmunológico humano. La preocupación es que la inhibición del receptor DPP4 podría disminuir la actividad deseada de ciertas células T efectoras. Aunque aún no se ha aclarado de manera concluyente, se sospecha que los inhibidores de DPP4 causan efectos secundarios (sistémicos). Por lo tanto, se necesitan urgentemente más estudios en este contexto.