Dolor irruptivo: tratamiento y causas

Breve descripción

  • Descripción: Episodios similares a convulsiones de dolor extremo debido a una enfermedad existente asociada con el dolor (por ejemplo, cáncer)
  • Tratamiento: Analgésicos potentes de acción rápida (“medicamentos de rescate”); Terapia complementaria con fisioterapia, por ejemplo.
  • Causas: A menudo causa desconocida; los picos de dolor pueden ser signos de un empeoramiento de la enfermedad subyacente; Dolor al final de la dosis cuando la dosis máxima de un analgésico ya no es suficiente.
  • Cuándo consultar a un médico: cuando los analgésicos ya no funcionan con el tratamiento del dolor existente
  • Diagnóstico: Historia médica; evaluación del dolor mediante cuestionarios escalables; examen físico

¿Qué es el dolor irruptivo?

El dolor irruptivo es el término utilizado por los médicos para describir un empeoramiento extremo (exacerbación) temporal del dolor debido a una enfermedad existente, un episodio de dolor extremadamente intenso similar a una convulsión.

A menudo es causada por una enfermedad tumoral. Ocurre, por ejemplo, en pacientes cuyo dolor persistente relacionado con el cáncer en realidad se controla suficiente o satisfactoriamente con medicación. Sin embargo, el dolor irruptivo también es posible en otras enfermedades que van acompañadas de dolor persistente, por ejemplo en síndromes de dolor crónico como la lumbalgia y otros.

Aguda, grave, de corta duración.

El dolor irruptivo ocurre en promedio de dos a seis veces al día. Suelen comenzar de forma aguda. En el 40 al 60 por ciento de los pacientes afectados, la intensidad máxima del dolor se alcanza entre tres y cinco minutos después del inicio del ataque. Estos picos de dolor a menudo se perciben como insoportables. En dos tercios de los casos, el dolor irruptivo dura hasta media hora.

Espontáneo o con desencadenante

El dolor irruptivo (relacionado con el tumor) se puede dividir en dos grupos, dependiendo de si surge espontáneamente o es desencadenado por un evento:

  • El dolor irruptivo espontáneo (relacionado con el tumor) se produce de forma inesperada e impredecible para la persona afectada.
  • El dolor irruptivo relacionado con un evento (relacionado con un tumor) ocurre en relación con un desencadenante específico. Pueden ser acciones conscientes o inconscientes del paciente (caminar, comer, toser, ganas de defecar o similares) o una medida terapéutica (tratamiento de heridas, posicionamiento, punción, cambio de apósito y otras).

Consecuencias del dolor irruptivo

Independientemente del tipo de enfermedad responsable del dolor irruptivo, el dolor suele tener graves consecuencias para el paciente y restringe gravemente su calidad de vida. Por ejemplo, muchos pacientes con cáncer con dolor irruptivo desarrollan problemas físicos y/o psicológicos.

Frecuencia del dolor irruptivo

El dolor irruptivo en el cáncer ocurre con frecuencia. Dependiendo de la definición exacta o del método de examen, entre el 19 y el 95 por ciento de todos los pacientes con tumores se ven afectados. En los pacientes con tumores que son tratados de forma ambulatoria o en casa según las directrices, la cifra ronda el 20 por ciento.

El dolor irruptivo ocurre con mayor frecuencia en ciertos grupos de pacientes, incluidos los pacientes con cáncer en una etapa avanzada de la enfermedad, aquellos con dolor de columna y pacientes con un mal estado general.

¿Cómo se trata el dolor irruptivo?

El dolor irruptivo se trata teniendo en cuenta las necesidades individuales del paciente. Los siguientes aspectos son importantes:

  • Trate la causa real del dolor de la mejor manera posible.
  • Evite o trate los factores que desencadenan el dolor.
  • Para aliviar el dolor persistente, los pacientes reciben un analgésico adecuado con un ajuste individual del régimen de tratamiento y la dosis (“tratamiento las XNUMX horas”).
  • Si se produce dolor irruptivo, el paciente también recibe analgésicos adecuados (medicación a demanda).
  • También se pueden utilizar métodos de terapia no farmacológica, como la acupuntura y la psicoterapia.

Medicamentos para el dolor irruptivo

Los analgésicos de primera elección para el dolor irruptivo son opioides potentes de nivel III de la OMS con un inicio de acción rápido y un efecto no retardado, es decir, no retardado en el tiempo (“opioides de inicio rápido”). También se les conoce como “medicamentos de rescate”.

Los preparados disponibles actualmente para el dolor irruptivo contienen, entre otros, el principio activo fentanilo. Se preparan de tal forma que el principio activo se absorbe a través de la mucosa oral o nasal. Se trata, por ejemplo, de pastillas, comprimidos sublinguales (que se colocan debajo de la lengua) o pulverizadores nasales. Los nuevos fármacos son aquellos que se colocan en la mejilla (aplicación bucal) y se absorben rápidamente a través de la mucosa bucal.

Otros ingredientes activos incluyen morfina, oxicodona o hidromorfina.

Hable con su médico sobre qué analgésico es mejor para usted. Es aconsejable que usted o sus cuidadores familiares estén bien informados sobre la dosis exacta, el uso y el almacenamiento de estos preparados altamente eficaces.

Idealmente, un médico también debería controlar el tratamiento. También comprobará periódicamente si el uso de analgésicos es (todavía) necesario y apropiado.

Debido al riesgo de somnolencia tras el uso de analgésicos fuertes, se aconseja que los pacientes no conduzcan durante los días en cuestión.

En algunos casos, el dolor irruptivo también se trata con analgésicos no opioides (antiinflamatorios no esteroideos, metamizol y otros) y/o otros analgésicos determinados (como los glucocorticoides).

Causas

Hay muchas posibles causas directas o indirectas del dolor irruptivo. En muchos casos, un empeoramiento agudo de la enfermedad subyacente provoca picos de dolor, pero no siempre. El dolor irruptivo también es posible en los síndromes de dolor crónico sin que se produzca ningún cambio o empeoramiento particular de la enfermedad subyacente. La causa suele ser desconocida, “idiopática” en la terminología médica.

Los posibles desencadenantes conocidos del dolor irruptivo, especialmente en cánceres malignos, son

  • Una enfermedad tumoral en sí
  • enfermedades secundarias o síntomas causados ​​por una enfermedad tumoral, como un debilitamiento del sistema inmunológico (inmunosupresión); esto a su vez puede conducir a otra enfermedad, que en última instancia es la responsable del dolor. Un ejemplo es una nueva infección por el virus varicela zóster que está “latente” en el cuerpo.
  • Terapia de tumores

¿Cuándo ver a un médico?

Hable con su médico si la medicación básica para aliviar el dolor persistente ya no es suficientemente eficaz y sufre episodios de picos de dolor intensos.

Diagnóstico

En primer lugar, el médico mantendrá una conversación detallada con el paciente (anamnesis). Además de los aspectos generales de la historia clínica del paciente, le interesa especialmente una descripción precisa del dolor irruptivo. Por ejemplo, es importante saber

  • ¿Cuándo y dónde ocurre el dolor irruptivo?
  • ¿Cómo progresa y cuánto dura?
  • ¿Qué tan severo es el dolor irruptivo y cómo se siente?
  • ¿Existen factores que desencadenan el dolor irruptivo o lo empeoran?
  • ¿Existen factores que previenen el dolor irruptivo o lo alivian si ya está presente?
  • ¿Se ha intentado aliviar el dolor irruptivo de alguna manera? Si es así, ¿qué tratamientos se han probado, han funcionado y cómo han sido tolerados?
  • ¿Hay algún síntoma físico y/o psicológico que lo acompañe?
  • ¿En qué medida afecta el dolor irruptivo a la vida cotidiana del paciente?

Para aclarar estas dudas existen cuestionarios para los pacientes, como por ejemplo el Cuestionario alemán sobre el dolor, el Diario alemán del dolor o el Cuestionario de práctica de la DGS para el dolor irruptivo relacionado con tumores.