Gripe de verano: causas, diagnóstico y tratamiento

Gripe de verano: descripción

La gripe de verano se parece a un resfriado y es causada por el virus Coxsackie. Los patógenos están diseminados por todo el mundo y también pueden causar otras enfermedades (p. ej., enfermedad de manos, pies y boca, amigdalitis).

Gripe de verano: infección

Los patógenos se multiplican en el intestino y se excretan en las heces. A diferencia de los patógenos de la mayoría de los resfriados y la gripe, a menudo se transmiten a través de una infección por frotis: con una higiene deficiente, los virus excretados se transmiten directa o indirectamente (por ejemplo, manijas de puertas) a otras personas.

En raras ocasiones, las personas se infectan al inhalar gotitas de secreción que contienen virus y que las personas infectadas emiten al toser, estornudar o hablar (infección por gotitas).

Después de la infección, la gripe de verano tarda entre siete y 14 días en aparecer (período de incubación).

Gripe de verano: síntomas

La enfermedad se presenta principalmente durante los meses más cálidos del año, especialmente en verano. Sin embargo, los síntomas de la “gripe” no tienen por qué ocurrir con cada infección. Incluso las personas que parecen sanas por fuera pueden ser portadoras del virus y excretarlo durante varias semanas (infección asintomática).

Sin embargo, en personas con un sistema inmunológico debilitado (por ejemplo, debido a la terapia contra el cáncer) y en recién nacidos, la gripe de verano puede ir acompañada de complicaciones. Se temen especialmente la meningitis y la inflamación de las válvulas cardíacas. Estos cuadros clínicos no pocas veces son fatales.

Gripe de verano en niños

Los más jóvenes tienen más probabilidades de contraer la gripe de verano que los adultos. En los niños, sin embargo, la enfermedad suele ser inofensiva. Los virus se pueden transmitir rápidamente en las guarderías y guarderías, donde la higiene de las manos suele ser deficiente y a los más pequeños les gusta llevarse a la boca objetos que pueden estar contaminados con patógenos.

Gripe de verano: ¿Qué hacer?

La gripe de verano es una enfermedad inofensiva en la mayoría de los casos. Quienes la padecen deben relajarse físicamente y beber suficientes líquidos. Las compresas para las pantorrillas y, si es necesario, el uso de paracetamol pueden reducir la fiebre. Los síntomas deberían haber desaparecido al cabo de tres días; en caso contrario, se recomienda visitar al médico. Una infección por enterovirus se puede detectar mostrando los patógenos en una muestra de heces o en un hisopo de garganta.

Prevenir la gripe de verano

Los virus de la gripe de verano se transmiten principalmente en condiciones de higiene deficientes. Por lo tanto, una buena higiene de las manos tiene un efecto preventivo: lávese las manos con jabón después de cada uso del baño.

El ejercicio regular al aire libre y una dieta sana y equilibrada (frutas, verduras, cereales integrales) pueden fortalecer el sistema inmunológico contra la infección por los patógenos de la gripe de verano (y otros patógenos).