Breve descripción: cáncer de recto
- ¿Qué es el cáncer de recto? Cáncer de colon en la última sección del intestino grueso.
- ¿Cómo se desarrollan los carcinomas de recto? Principalmente por pólipos intestinales inicialmente benignos (principalmente adenomas)
- Frecuencia: alrededor de 25,000 personas desarrollan un nuevo cáncer de recto cada año, los hombres con un poco más de frecuencia.
- Síntomas: sangre en las heces, deposiciones dolorosas, a veces cambios en las deposiciones, luego deposiciones en forma de lápiz, deposiciones involuntarias y gases, dolor sacro.
- Causas: dieta inadecuada (poca fibra, mucha carne y grasa), falta de ejercicio, obesidad, alcohol, nicotina, factores genéticos, enfermedad inflamatoria intestinal crónica.
- Tratamiento: radiación y cirugía para curar, a menudo en combinación con quimioterapia; a veces salida intestinal artificial
Cáncer de recto: descripción.
En muchos pacientes con cáncer colorrectal, el tumor se localiza en el recto o recto. Esta es la última sección del intestino antes del ano. Mide entre 15 y 18 centímetros de largo y desempeña un papel crucial en la defecación.
Cáncer de recto: causas y factores de riesgo
El cáncer de recto suele desarrollarse a partir de crecimientos benignos de la mucosa intestinal, los llamados pólipos intestinales. Estos pólipos se encuentran en los intestinos de muchísimas personas. En la mayoría de los casos siguen siendo inofensivos. Sin embargo, también pueden degenerar con el paso de los años y convertirse en cáncer: se desarrolla un carcinoma rectal.
Un tumor canceroso crece rápida e incontrolablemente. Invade el tejido sano circundante y lo destruye. Además, las células cancerosas individuales pueden diseminarse por todo el cuerpo a través de los canales sanguíneos y linfáticos y formar tumores hijos (metástasis) en otros lugares, por ejemplo en los ganglios linfáticos, los pulmones o el hígado.
Predisposición genética
A veces, el cáncer de recto es hereditario. Esto sugiere que en estas familias existe una predisposición genética al cáncer de recto: los afectados tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de recto debido a pólipos intestinales benignos en el recto.
Condiciones preexistentes
La enfermedad inflamatoria intestinal crónica también aumenta el riesgo de cáncer de recto (y otros tumores intestinales malignos). Esto es especialmente cierto en el caso de la colitis ulcerosa. Según los conocimientos actuales, la diabetes mellitus también aumenta el riesgo de cáncer colorrectal.
Estilo de vida poco saludable
Muy a menudo, un estilo de vida poco saludable contribuye al desarrollo del cáncer de recto y del cáncer colorrectal en general: el poco ejercicio, el sobrepeso y una dieta poco saludable aumentan el riesgo de cáncer.
En particular, una gran cantidad de carne roja, embutidos procesados, una dieta rica en grasas y poca fibra se consideran factores de riesgo de cáncer de recto y otras formas de cáncer colorrectal. Lo mismo ocurre con la nicotina y el alcohol.
¡El consumo regular de verduras y frutas, así como una dieta baja en grasas, carne y alta en fibra y ejercicio regular reducen el riesgo de cáncer colorrectal (incluido el cáncer de recto)!
Edad
Otro factor de riesgo común para todas las formas de cáncer colorrectal es la edad: el riesgo de padecer la enfermedad aumenta con la edad. Así, la edad media de aparición en el momento del diagnóstico es de unos 71 años (hombres) o 75 años (mujeres).
Cáncer de recto: síntomas
No todos los cambios en los hábitos intestinales significan cáncer. Sin embargo, cualquier anomalía persistente debe ser aclarada por un médico.
Síntomas generales
El cáncer de recto también puede causar síntomas generales. Por ejemplo, muchos pacientes sienten disminución del rendimiento y fatiga. Algunos pacientes también informan pérdida de peso no deseada o fiebre.
Anemia
También suelen aparecer síntomas de anemia. Estos incluyen, por ejemplo, palidez, disminución de la tolerancia al ejercicio y palpitaciones. La anemia ocurre porque el cáncer de recto sangra con facilidad y frecuencia.
Heces tipo lápiz y obstrucción intestinal
Si el cáncer de recto está avanzado, puede estrechar el paso a través del recto. Las deposiciones entonces aparecen delgadas como un lápiz (“heces de lápiz”). Si el tumor continúa creciendo, existe riesgo de obstrucción intestinal (íleo).
Dolor
Además del dolor al defecar, también puede producirse dolor en la parte inferior del abdomen o en el sacro. Si las células cancerosas se han diseminado por todo el cuerpo (metástasis), los tumores hijos causan más síntomas. Las metástasis hepáticas, por ejemplo, causan dolor en la parte superior derecha del abdomen, mientras que las metástasis pulmonares causan tos y dificultades respiratorias.
Si ha notado anomalías en sus deposiciones, lo mejor es comunicarse primero con su médico de cabecera. Si es necesario, le derivará a un especialista. Suele ser un gastroenterólogo, proctólogo o cirujano visceral.
Historial clínico
Si se sospecha cáncer de recto, el médico primero le preguntará detalladamente sobre su historial médico. Por ejemplo, le pedirá que describa sus síntomas en detalle, le preguntará sobre enfermedades previas o subyacentes y sobre su estilo de vida. También le preguntará si existen casos previos de cáncer colorrectal en su familia (antecedentes familiares).
Examen físico
El siguiente paso es un examen físico. Por un lado, esto permite al médico evaluar mejor su estado general. Por otro lado, busca posibles indicios de cáncer. Esto incluye un tacto rectal: el médico palpa el recto con un dedo a través del ano. En algunos pacientes, se puede palpar el cáncer de recto durante este procedimiento.
Colonoscopia
Durante una colonoscopia, el médico puede extirpar los pólipos intestinales directamente y tomar pequeñas muestras de tejido (biopsias) de los sitios de la mucosa sospechosos. Luego, los patólogos los examinan bajo el microscopio.
Ultrasonido del recto
Para un examen más detallado, el médico a veces también realiza una ecografía del recto. En la llamada ecografía endorrectal, el examinador empuja la sonda de ultrasonido a través del ano hasta el recto, como en una colonoscopia. De esta manera puede evaluar mejor las distintas capas de la pared intestinal y los órganos vecinos.
Exámenes de estadificación
Un examen detallado del intestino y el análisis de las muestras de tejido tomadas son suficientes para diagnosticar con certeza el cáncer de recto. Si se confirma la sospecha, el médico ordena más exámenes, la llamada estadificación. Esto sirve para determinar la ubicación exacta y el tamaño del tumor, así como su extensión en el cuerpo.
Si las mujeres sospechan que el cáncer de recto se ha extendido a la vagina o al útero, es necesario un examen ginecológico.
Cáncer de recto: tratamiento
El tratamiento exacto del cáncer de recto se adapta a cada paciente de forma individual. El estadio del tumor, la edad y el estado general del paciente, así como las enfermedades concomitantes, influyen.
Clasificación según la ubicación
También se realiza una clasificación inicial según la localización del cáncer de recto en el recto. Para ello, los médicos dividen el recto en tercios y miden desde el ano. Esto produce cáncer de recto del tercio inferior (0-6 centímetros), del tercio medio (6-12 cm) y del tercio superior (12-18 cm). Los médicos suelen tratar el cáncer de recto en el tercio superior como un cáncer de colon.
La cirugía
Actualmente, la única forma de curar el cáncer de recto es la cirugía. El cirujano extirpa el tumor lo más completamente posible en lo que se llama resección rectal anterior profunda (TAR).
En la mayoría de los casos, el cirujano crea un ano artificial (ano praeter o estoma). Inicialmente sirve para proteger el sitio quirúrgico (estoma protector) y puede retirarse después de un cierto tiempo. Sin embargo, si el médico ha tenido que extirpar partes del músculo del esfínter, es posible que la salida intestinal artificial deba permanecer de forma permanente.
Radiación y quimioterapia.
Para el cáncer de recto en etapa temprana, la cirugía suele ser un tratamiento suficiente. Si el tumor está más avanzado, los pacientes reciben radioterapia o una combinación de radiación y quimioterapia (radioquimioterapia) antes de la cirugía.
Pueden reducir el tamaño del tumor y, en ocasiones, evitar la necesidad de extirpar también el esfínter anal. Esta terapia neoadyuvante también reduce el riesgo de recurrencia. Es menos probable que el cáncer de recto reaparezca.
La quimioterapia o la radioquimioterapia también pueden ser útiles después de la cirugía: de esta manera se pueden eliminar las células cancerosas que queden en el cuerpo (tratamiento adyuvante).
Tratamiento de metástasis
A veces, el cáncer de recto avanzado provoca metástasis en otras partes del cuerpo, como el hígado y los pulmones. Si es posible, los médicos los extirpan quirúrgicamente, como el propio cáncer de recto. Si los médicos no pueden realizar una cirugía, hay otras opciones disponibles para las metástasis hepáticas (láser, congelación, cocción térmica).
Lea más sobre el tratamiento en nuestro artículo Metástasis hepáticas.
Tratamiento paliativo
En algunos casos, el cáncer de recto ha progresado hasta tal punto que los médicos ya no pueden operar el cáncer en sí o sus metástasis. Luego, los profesionales médicos intentan contener la propagación durante el mayor tiempo posible.
Este tratamiento paliativo retrasa la aparición de más síntomas e, idealmente, aumenta la calidad de vida restante. Normalmente, los médicos utilizan la quimioterapia para este fin.
Cáncer de recto: evolución y pronóstico
Por lo tanto, ¡aproveche las pruebas de detección del cáncer! Cuanto antes se detecte el cáncer, mejor será el pronóstico.
De esta manera, el cáncer de recto muchas veces puede detectarse tempranamente y tratarse a tiempo. Hable también con sus familiares sobre las enfermedades malignas en la familia. Esto le ayudará a evaluar mejor su riesgo, así como el de sus seres queridos.
Puede leer más sobre esto en nuestro artículo sobre detección del cáncer colorrectal.
Un estilo de vida saludable también reduce el riesgo de cáncer. Hacer suficiente ejercicio, una dieta rica en fibra y abstenerse de consumir nicotina son primeros pasos importantes.
Si ha padecido cáncer de recto, es importante que se someta a exámenes de seguimiento periódicos incluso después de haber completado con éxito el tratamiento. Cualquier recurrencia del cáncer de recto puede detectarse y tratarse en una fase temprana.
Puede encontrar más información sobre el cáncer colorrectal y la detección del cáncer colorrectal en el sitio web de la Fundación Felix Burda (www.felix-burda-stiftung.de).