Nutrición para el reumatismo

El papel de la nutrición en el reumatismo.

La nutrición juega un papel importante en el reumatismo (como la artritis reumatoide). No puede sustituir el tratamiento con medicación, fisioterapia y/o cirugía. Sin embargo, lo que come y bebe todos los días puede tener una influencia positiva en el curso de la enfermedad y en su bienestar. Hay varias razones para esto:

Comer para combatir la inflamación

Los antioxidantes protegen las células

La inflamación produce una gran cantidad de “radicales libres”. Se trata de compuestos de oxígeno agresivos que dañan, por ejemplo, el tejido de las articulaciones y las estructuras vecinas. Los antioxidantes como la vitamina C, la vitamina E, el zinc y el selenio ayudan a contrarrestar esto: pueden neutralizar los radicales de oxígeno y así hacerlos inofensivos. En particular, los alimentos de origen vegetal contienen grandes cantidades de estos “eliminadores de radicales”.

Minerales y vitaminas para huesos fuertes

La atrofia ósea (osteoporosis) es una enfermedad ósea crónica común. Como muchas enfermedades, también pertenece al grupo reumático. También es una enfermedad común concomitante y secundaria de otras enfermedades reumáticas. Por lo tanto, la dieta debe proporcionar desde el principio suficientes minerales y vitaminas que el cuerpo necesita para tener unos huesos fuertes.

La necesidad de vitamina D sólo se cubre parcialmente con los alimentos (arenque, salmón, yema de huevo, setas, etc.). La mayor contribución la realiza la propia producción de la piel a partir de la luz solar.

Requisitos energéticos modificados

Sin embargo, con una dieta adecuada en combinación con una actividad física adaptada, donde la protección de las articulaciones es especialmente importante, los pacientes pueden contrarrestar los crecientes depósitos de grasa.

¿Existe alguna dieta especial para el reumatismo?

En resumen, todavía no es posible evaluar de forma concluyente la eficacia de dietas específicas para el reumatismo. Sin embargo, se pueden hacer algunas recomendaciones generales sobre la nutrición en el reumatismo. Pueden ayudar a aliviar los síntomas relacionados con la inflamación, prevenir enfermedades concomitantes como la osteoporosis y mejorar la salud general.

Generalmente se recomienda una dieta sana y equilibrada para el reumatismo. Hay muchas posibilidades de que el cuerpo obtenga todos los nutrientes que necesita en cantidades suficientes; después de todo, ningún alimento contiene todos los carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales relevantes (elementos a granel y oligoelementos), incluidos los antioxidantes. Por eso, la variedad en el plato es saludable, incluso para las personas que no padecen reumatismo.

¡Consuma sólo alimentos de origen animal con moderación! Este consejo se aplica a todas las enfermedades reumáticas inflamatorias, no sólo a la artritis reumatoide. La razón: una dieta compuesta principalmente de carne y embutidos, leche y productos lácteos y huevos puede alimentar procesos inflamatorios. Los alimentos de origen animal contienen ácido araquidónico. Este ácido graso omega-6 produce sustancias mensajeras en el cuerpo que promueven la inflamación, conocidas como eicosanoides.

Comida

Contenido de ácido araquidónico

por porción

por 100 g

ragú de pollo

1600 mg (por 400 g)

400 mg

Sopa de pollo

1095 mg (por 150 g)

730 mg

Pollo rostizado

851 mg (por 370 g)

230 mg

Cruasán

749 mg (por 70 g)

1070 mg

Hígado de cerdo

650 mg (por 125 g)

520 mg

chuleta de ternera

480 mg (por 150 g)

320 mg

Goulash de cerdo

345 mg (por 155 g)

230 mg

Ternera

330 mg (por 150 g)

220 mg

Hamburguesa de pollo

270 mg (por 150 g)

180 mg

Manteca de cerdo

255 mg (por 15 g)

1700 mg

anguila

225 mg (por 150 g)

150 mg

Codillo de cerdo

150 mg (por 300 g)

50 mg

tortilla

84 mg (por 140 g)

giroscopios

62.5 mg (por 125 g)

50 mg

Vaca

60 mg (por 150 g)

40 mg

Yema

38 mg (por 19 g)

200 mg

huevo

36 mg (por 60 g)

60 mg

Landjager

30 mg (por 30 g)

100 mg

Leche (1.5 % de grasa)

15 mg (por 150 g)

10 mg

Fuente: DEBInet “Reumatismo – Nutrición”

¿Evitar por completo los productos animales?

Por cierto, los alimentos de origen vegetal no contienen ácido araquidónico. Por eso algunos pacientes con reumatismo siguen una dieta vegetariana. Existen diferentes variantes de esta dieta:

  • Los lacto-vegetarianos dicen “no” a la carne, el pescado y los huevos, pero no a la leche y los productos lácteos.
  • Los ovolactovegetarianos se permiten leche, productos lácteos y huevos, además de alimentos de origen vegetal.
  • Los pesco-vegetarianos (o pescarianos) combinan su dieta puramente vegetal con pescado y marisco.

Se recomienda precaución en caso de reumatismo inflamatorio muy activo, como la artritis reumatoide: ¡esto puede provocar una mayor degradación de proteínas! Por tanto, no es aconsejable evitar por completo los alimentos de origen animal y, por tanto, las proteínas animales. La carne también es una fuente importante de hierro.

Dieta para el reumatismo: ¿qué se debe comer?

Los aceites vegetales como el de linaza, colza, soja, nuez y germen de trigo también aportan un valioso aporte a la dieta en pacientes con reumatismo. Son buenas fuentes de ácido alfa-linolénico. Se trata de un ácido graso omega-3 que el cuerpo convierte en ácido eicosapentaenoico, otro ácido graso omega-3. Estos ácidos grasos contrarrestan los procesos inflamatorios (a diferencia de los ácidos grasos omega-6), por lo que definitivamente deberían formar parte de una dieta para el reumatismo.

Las especias también deben incluirse en la dieta del reumatismo: el curry, el ajo, la alcaravea y el jengibre tienen efectos antiinflamatorios. Por lo tanto, no sólo son adecuados para refinar platos por motivos de sabor.

Artritis reumatoide: café y alcohol.

El café puede constituir parte de su ingesta diaria. Sin embargo, debe cubrir sus necesidades de líquidos principalmente con agua o infusiones de hierbas o de frutas sin azúcar.

Lo mejor es consultar con su médico si es aconsejable consumir alcohol en su caso y en qué cantidad.

Nutrición para el reumatismo: consejos de un vistazo

  • Evite los alimentos grasos de origen animal como la manteca de cerdo, el hígado de cerdo, la yema de huevo y las carnes y embutidos grasos. Una o dos porciones de carne o embutido son suficientes. Evite comer más de cuatro yemas de huevo por semana.
  • Cuando se trata de leche y productos lácteos, lo mejor es elegir variedades bajas en grasas (por ejemplo, leche desnatada, yogur desnatado).
  • Dar preferencia a las grasas vegetales a la hora de cocinar y preparar alimentos. Se recomiendan especialmente los aceites vegetales ricos en ácidos grasos omega-3. Esto se aplica, por ejemplo, al aceite de nuez, linaza, soja y colza. Los dos últimos también aportan mucha vitamina E, un importante antioxidante.
  • Cuando se trata de cereales y productos a base de cereales (como harina, pan, pasta y arroz), opta por la variedad integral. Esto aporta vitaminas, minerales y fibra, que faltan en la variante de harina blanca. Los cereales integrales también te hacen sentir lleno por más tiempo.
  • Siempre que sea posible, coma comidas recién preparadas en lugar de comidas preparadas. Estos últimos suelen contener ácidos grasos saturados, azúcar oculta, mucha sal, conservantes y aromas, todo lo cual no es muy saludable.

Ten en cuenta tus gustos y disgustos a la hora de elegir tus comidas. Tan saludable como lo es el pescado para la artritis reumatoide: si no le gusta, no debe obligarse a comer ensalada de arenque o sándwiches de pescado con regularidad. Las cápsulas de aceite de pescado podrían ser una alternativa. Puede discutir cuánto con su médico.