Breve descripción
- Descripción: Dolor en el cuello, que posiblemente se irradia a la cabeza, el hombro o el brazo; rigidez en el cuello con movilidad restringida, a veces entumecimiento/hormigueo en los dedos.
- Causas: incluyendo tensión muscular (psicológica, por corrientes de aire, malas posturas, tensión), lesiones (latigazo cervical, fracturas vertebrales), desgaste físico (p. ej., osteoartritis, hernia discal, osteoporosis), transmisión del dolor, tumores, enfermedades reumáticas, fibromialgia. , enfermedad de Scheuermann, escoliosis
- Diagnóstico: entrevista al paciente (anamnesis), examen físico para detectar movilidad del cuello y peculiaridades del físico, procedimientos de imagen, posiblemente examen neurológico.
- Terapia: por ejemplo, inyección de anestésicos, acupuntura, fisioterapia, medicina manual con quiropráctica y osteopatía.
Dolor de cuello: descripción
La zona del cuello está formada por innumerables nervios, muchos músculos y un total de siete vértebras: una construcción compleja, pero que nos perdona bastantes pecados (posturales). Tan pronto como aparece el dolor de cuello, la zona del cuello suele estar sobrecargada desde hace mucho tiempo.
El dolor de cuello suele ser el resultado de la tensión de los músculos de la zona del cuello. El cuello reacciona con dolorosos calambres a las malas posturas prolongadas, a las corrientes de aire frío o a una posición incorrecta. Nuestro cuerpo también se tensa en situaciones psicológicamente estresantes. Por ejemplo, el mal de amores puede provocar dolor de cuello.
La rigidez del cuello se produce cuando la tensión del cuello restringe gravemente la movilidad de la cabeza y la rotación hacia la derecha, izquierda, arriba o abajo sólo es posible con dolor intenso.
Frecuencia
Casi todo el mundo sufre dolor de espalda al menos una vez en la vida. Según las investigaciones, alrededor del 40 por ciento de los afectados padecen dolores en la zona del cuello y la cintura escapular. El dolor de cuello relacionado con el trabajo es el más común.
Dolor de cuello agudo y crónico.
El dolor de cuello agudo desaparece después de unos días a tres semanas y suele ser inofensivo. Los factores desencadenantes pueden ser horas extras frente al ordenador, en una postura correspondientemente hostil para el cuello, o tensiones psicológicas como el estrés.
- Síndrome cervical: en este caso, el dolor de cuello, que puede irradiarse al hombro y al brazo, se presenta sin otros trastornos de los nervios. También es posible una tensión en el cuello tan fuerte que los movimientos de la cabeza se vuelven imposibles. La rigidez de cuello es el nombre popular para esta afección.
- Síndrome cervicobraquial (síndrome cuello-brazo): el dolor de cuello se irradia al hombro y al brazo. Además, puede haber parálisis o alteraciones sensoriales en las manos.
- Migraña y dolores de cabeza: son consecuencias frecuentes del dolor crónico de cuello.
- Inflamaciones en el hombro: Pueden ocurrir debido a una postura protectora y a la evitación de movimientos dolorosos en el dolor crónico de cuello.
- Problemas de disco intervertebral: sobre todo los músculos tensos no pueden soportar tanta tensión. Por lo tanto, las cargas deben recaer más en las articulaciones vertebrales. Las hernias discales se ven favorecidas por el dolor de cuello.
Dolor de cuello: causas y posibles enfermedades.
El cuello es único en su posición: soporta la cabeza pesada y es muy móvil. Un delicado equilibrio que hay que mantener. Sin embargo, con demasiada frecuencia se lo ponemos muy difícil al cuello: lo exponemos a corrientes de aire frío o dormimos y trabajamos en una posición desfavorable para el cuello. Estas posturas incorrectas suelen ser la causa del dolor de cuello. En estos casos, son causadas por músculos. Debido a la sobrecarga, los músculos del cuello se endurecen y acortan, lo que se siente doloroso (especialmente cuando se aplica presión en el área correspondiente). La tensión crónica del cuello, por otro lado, puede indicar cambios en el esqueleto o en los discos intervertebrales.
Puede obtener más información sobre los posibles desencadenantes del dolor de cuello a continuación:
Tension muscular
- Postura incorrecta: Si se adopta repetidamente la misma posición incorrecta en el trabajo, durante el sueño o incluso durante el deporte, el resultado es tensión muscular.
- Resfriados y gripe: Los dolores de cabeza y extremidades típicos de un resfriado o gripe intensos también son de origen muscular.
- Corrientes de aire: las corrientes de aire frías hacen que los músculos se tensen inconscientemente; a menudo, el resultado es rigidez en el cuello cuando el viento frío se encuentra con un cuello sudoroso.
- Distensiones musculares: el cuello tiene un amplio rango de movimiento, lo que lo hace particularmente susceptible a movimientos y tensiones repentinos e incontrolados que provocan dolor de cuello.
- Tortícolis: en este caso, la actividad muscular excesiva en la zona del cuello provoca una tensión muscular incontrolable y una postura de la cabeza torcida.
lesiones
- Latigazo cervical: en las lesiones por aceleración, el movimiento brusco de la cabeza (especialmente en colisiones traseras) provoca tensión y distensión muscular. Las posibles consecuencias incluyen dolor intenso de cuello, dolores de cabeza, mareos, aturdimiento, inestabilidad al caminar o alteraciones visuales. También son posibles problemas crónicos en el cuello.
Desgaste físico
- Hernia de disco: en la columna cervical, la hernia de disco ocurre con menos frecuencia, pero es particularmente posible debido a una postura incorrecta prolongada o a accidentes.
- Artrosis: El desgaste de las articulaciones relacionado con la edad aumenta considerablemente debido a posturas estáticas incorrectas. Debido a la anatomía especial de los cuerpos vertebrales del cuello, es común la “artrosis uncovertebral”, un desgaste de las llamadas hemiarticulaciones, es decir, las articulaciones de la columna cervical que no pueden moverse.
- Espondilosis: las personas mayores se ven especialmente afectadas por la rigidez de la columna debido a cambios en los discos intervertebrales. Además de rigidez en el cuello, también hay dolor punzante y restricción de movimientos.
- Condrosis: el desgaste de los discos intervertebrales relacionado con la edad también es posible en la zona del cuello.
- Síndrome cervicocefálico (síndrome de Barré-Lieou): Los signos de desgaste o cambios en la columna cervical provocan dolores de cabeza, mareos, alteraciones visuales o zumbidos en los oídos además de dolor de cuello. La movilidad del cuello suele estar restringida y también pueden producirse trastornos de la deglución.
- Osteoporosis: Especialmente las mujeres después de la menopausia sufren pérdida ósea, que se nota en todo el cuerpo, incluido posiblemente dolor en el cuello.
- Raquitismo: aquí se producen alteraciones en el crecimiento óseo, provocadas por una deficiencia de vitamina D. Todo el sistema musculoesquelético se debilita, lo que puede manifestarse, entre otras cosas, en dolor de cuello.
Otras causas
- Dolor de transferencia: Las enfermedades de órganos internos como el corazón, el hígado, la vesícula biliar o el estómago pueden manifestarse como dolor en el cuello. Probablemente esto sea posible porque ciertas áreas del cuerpo están irrigadas por raíces nerviosas de la médula espinal. Sin embargo, la rigidez muscular sensible a la presión también puede causar este dolor referido.
- Tumores/metástasis en la zona del cuello: los crecimientos de la glándula tiroides o de las vértebras pueden manifestarse en rigidez en el cuello. A menudo, en este caso los ganglios linfáticos también están agrandados y son palpables.
- Enfermedades reumáticas: la artritis reumatoide y la espondilitis anquilosante, así como la osteoartritis degenerativa, pueden provocar rigidez en el cuello y mala postura.
- Abscesos: la hinchazón purulenta en la garganta puede provocar rigidez en el cuello, pero no solo: debido a la hinchazón, también existe riesgo de dificultad para respirar y asfixia. Por lo tanto, los abscesos deben ser tratados inmediatamente por un médico.
- Escoliosis (espalda torcida): Se nota una columna torcida en toda la espalda, incluido el cuello. En algunos casos, sólo puede tratarse quirúrgicamente.
- Enfermedad de Scheuermann: en este caso los pacientes desarrollan una marcada joroba, lo que provoca, entre otras cosas, problemas en la zona del cuello.
- Fibromialgia: este trastorno de dolor crónico se asocia con dolor crónico en el cuello y otras zonas del cuerpo, fatiga pronunciada, pérdida de concentración y trastornos del sueño.
- Deformidades de los cuerpos vertebrales: una causa rara de dolor de cuello puede ser el síndrome de Kippel-Feil, en el que las vértebras cervicales están fusionadas. También es rara la aparición de engrosamiento óseo de los cuerpos vertebrales (enfermedad de Paget).
Diagnóstico del dolor de cuello: ¿cuándo hay que acudir al médico?
Sin embargo, si las molestias reaparecen o no desaparecen, conviene consultar a un médico para aclarar la causa. La persona de contacto en caso de dolor de cuello ocasional es el médico de cabecera o el ortopedista. Si el dolor de cuello se acompaña de hormigueo y entumecimiento en brazos y manos, posiblemente también de una ligera parálisis, se debe consultar a un neurólogo. Esto podría ser el síndrome de la columna cervical (síndrome de la columna C). A menudo, estos síntomas también aparecen por la noche, durante el sueño; luego, los pacientes se despiertan con entumecimiento de las extremidades o con un hormigueo en los dedos.
Si aparecen signos de meningitis, debe llamar al 911 de inmediato. Tales signos incluyen:
- Fiebre, calambres y dolor de cabeza.
- Dolor al inclinar la cabeza hacia el pecho.
- Parálisis y pérdida del conocimiento.
Dolor de cuello: ¿qué hace el médico?
Terapia del dolor de cuello
Para el dolor agudo de cuello o condiciones degenerativas de desgaste, existen varias terapias para hacer que la rigidez del cuello tenga mayor movilidad y aliviar el dolor:
- Procedimientos de inyección: consiste en inyectar anestésicos locales alrededor de las raíces nerviosas irritadas. Esto interrumpe la conducción del dolor al cerebro. Si el dolor desaparece, los músculos de esta zona se relajan. La terapia neuronal también se utiliza habitualmente.
- Acupuntura: Las finas agujas, colocadas en los lugares correctos, hacen que las vías de energía vuelvan a fluir y tienen un efecto analgésico.
- Fisioterapia: el fisioterapeuta alivia la tensión existente en el cuello mediante masajes o determinados movimientos de las manos (p. ej., terapia de puntos gatillo). En fisioterapia, los pacientes aprenden ejercicios para fortalecer los músculos del cuello. A menudo, sólo de esta manera se puede lograr el éxito a largo plazo en caso de debilidades posturales.
Dolor de cuello: lo que puedes hacer tú mismo
Muy a menudo, la causa de la rigidez del cuello es una postura o movimiento incorrectos. Por ejemplo, las personas estresadas suelen adoptar una posición poco saludable, levantando los hombros y, de este modo, inconscientemente intentando hacerse invisibles. Para combatir específicamente la rigidez en el cuello, debes seguir algunas reglas:
- Relájese activamente: Con la Relajación Muscular Progresiva de Jacobson, cada músculo del cuerpo se relaja conscientemente después de diez segundos de fuerte tensión. Dado que la tensión mental se manifiesta físicamente como tensión muscular, esta técnica también calma la mente.
- Mantener el cuello caliente: El calor de un baño caliente, una bufanda de lana gruesa o una bolsa de agua caliente relaja los músculos y alivia el dolor. Los parches térmicos que mantienen el cuello caliente durante horas también funcionan especialmente bien.
- Deportes: Los deportes de resistencia como correr, hacer senderismo, yoga o nadar (aquí sólo crol o brazada, ya que la braza levanta la cabeza de forma incómoda) mantienen todo el cuerpo en forma y también funcionan bien contra el estrés.
- Entrenamiento de espalda: el fortalecimiento específico de los músculos de la espalda y el cuello es la clave para prevenir el dolor de cuello a largo plazo. Se utiliza un entrenamiento especial para aprender a sentarse, agacharse y agacharse de una manera que sea suave para la espalda y para fortalecer los músculos que están bajo tensión. No se sorprenda si siente dolor en los músculos de la espalda después.
- Masaje: Un masaje cuidadoso, preferiblemente realizado por un fisioterapeuta, puede literalmente aliviar la tensión de los hombros y el cuello.
- Duerma bien: una almohada para el cuello o un colchón que proteja la espalda es una buena protección contra el dolor de cuello.
Dolor de cuello: consejos para el lugar de trabajo
Pasar horas sentado en una misma posición y mirando al ordenador no puede ser saludable. La tensión y el dolor son consecuencias típicas de esta tensión unilateral y de una mala postura. Los dolores de cuello son señales del cuerpo para cambiar algo en esta situación actual. Para ello, conviene diseñar su lugar de trabajo de la forma más ergonómica posible:
- Silla: La silla de oficina debe adaptarse a tu cuerpo, y no al revés. Una posición sentada erguida, con ambas piernas separadas a la altura de las caderas en el suelo y los brazos apoyados en ángulo recto sobre la mesa, se considera una posición sentada saludable.
- Monitor: Debe haber al menos 50 centímetros de espacio entre los ojos y la pantalla para evitar una postura apretada. La altura es más favorable cuando la mirada cae ligeramente hacia abajo mientras se está sentado erguido.
- Auriculares en lugar de teléfono: Si haces muchas llamadas y aprietas el auricular del teléfono entre el hombro y la oreja para tener ambas manos libres, provocas tensión en el cuello. En este caso, son más ventajosos unos auriculares que mantienen la cabeza erguida.
Prevenir la tensión del cuello: ejercicios
Cree pequeños descansos regulares en su jornada laboral para estirarse y cambiar de posición en la silla de la oficina con frecuencia. El ejercicio afloja los músculos. Por eso no debes rehuir las actividades que se pueden realizar estando de pie, o algún que otro viaje a la fotocopiadora, etc. ¡Todo lo contrario!
Además, puedes relajar un poco los músculos del cuello con ejercicios específicos:
- Hombros sueltos: levante los hombros mientras inhala y bájelos mientras exhala profundamente. Repita el ejercicio cinco veces.
- Estiramiento del cuello: mientras está de pie, doble suavemente la cabeza hacia la izquierda mientras su mano derecha se extiende hacia abajo hasta que sienta un estiramiento en el cuello del lado derecho. Ahora mantén la posición durante diez segundos y luego repite el ejercicio en el lado izquierdo.
- Estiramiento de espalda redondo nuevamente: coloque las palmas de las manos contra la frente y ahora, contra una ligera resistencia de las manos, incline la cabeza hacia abajo hasta que la barbilla descanse sobre el pecho. Desde esta posición, junte las manos en la parte posterior de la cabeza y ahora vuelva a enderezarla lentamente.
- Finalizar: Finalmente, afloja los hombros con movimientos circulares y sacude los brazos.
Cuanto más a menudo hagas pequeños descansos en tu rutina (de oficina), mejor será. Al menos una vez al día debes hacer este tipo de ejercicios para prevenir el dolor de cuello (por ejemplo, durante la hora del almuerzo).