Fluidos corporales

Se entiende generalmente por fluidos corporales el agua, que se encuentra en diversas secciones y partes del cuerpo humano y, dependiendo de la sección, está provista de sustancias adicionales disueltas en ella, como productos de excreción o electrolitos. Se hace una distinción entre los fluidos corporales que circulan en diferentes circuitos corporales, como sangre or bilis, y aquellos que se encuentran dentro de diferentes cavidades corporales, como el humor acuoso del ojo o ácido gástrico. Estos últimos fluidos también están sujetos a una cierta circulación por consumo y nueva formación.

Si observamos la distribución de los fluidos corporales un paso más pequeña a nivel celular, distinguimos entre los fluidos que están dentro de las células (intracelulares), que forman órganos y estructuras corporales, y los fluidos fuera de las células (extracelulares). Este no es un sistema fijo y, dependiendo de la situación actual y las necesidades, pueden ocurrir fluctuaciones, es decir, el agua siempre puede fluir hacia afuera y hacia adentro de la celda. Este proceso se llama difusión. Estos sistemas están regulados por ciertos hormonas, entre otras cosas. En las secciones siguientes, se presentan brevemente los fluidos corporales más importantes con sus respectivas funciones principales.

Cantidad, distribución, pérdida, absorción

En general, el cuerpo humano consta de aproximadamente un 55-65% de agua, que, como ya se mencionó, se distribuye por todo el cuerpo. Sin embargo, existen ligeras diferencias en este porcentaje, que, por ejemplo, disminuye a lo largo de la vida. Por tanto, los niños tienen un porcentaje más alto que los adultos.

Las mujeres tienen un 5-10% menos de agua corporal que los hombres. 2/3 del agua corporal está dentro de las células, 1/3 está fuera de ellas. El cuerpo humano pierde una media de 2.5 l de agua al día a través de la sudoración y las excreciones como la orina y las heces.

Como regla general, se deben devolver al cuerpo 30 ml de agua por kilogramo de peso corporal bebiendo todos los días. Sin embargo, este requisito aumenta si sudas excesivamente durante la práctica de deportes o a altas temperaturas. Durante una actividad deportiva de una hora, este requerimiento aumenta en medio litro. Si hay muy poco líquido en el cuerpo, hablamos de deshidratación, y si hay demasiado líquido, hablamos de hiperhidratación.