Fisioterapia con una tríada infeliz

Una tríada infeliz es una combinación de lesiones en el articulación de la rodilla en el que el anterior ligamento cruzado y el ligamento colateral interno ("ligamento interno") se desgarran y el menisco interno también está herido. Esta lesión a menudo ocurre cuando la rodilla se tuerce bajo presión y en el X-pierna posición, como al esquiar, jugar al fútbol o al balonmano. En la mayoría de los casos, fuerte dolor ocurre inmediatamente, la rodilla se hincha y se vuelve inestable. Por lo general, una tríada infeliz se trata quirúrgicamente debido a la gravedad de la lesión y la inestabilidad esperada de la articulación. Esto suele ir seguido de medidas de rehabilitación con fisioterapia.

Fisioterapia en diferentes etapas de curación.

La fisioterapia en una tríada infeliz se basa en la fase de curación respectiva. En la fase inicial después de la cirugía (o en el caso de un tratamiento conservador después del accidente), el médico suele prescribir un soporte de peso parcial con antebrazo muletas ("Muletas"). Además, el paciente lleva una ortesis ("férula") para limitar la flexión de la rodilla y estabilizarla.

En esta fase, se inician los ejercicios de tensión de la musculatura y se mueve la rodilla en la medida permitida con el apoyo del terapeuta. Caminar y subir escaleras muletas también se practica. Manual drenaje linfático puede ayudar a reducir la hinchazón.

También es posible practicar en bicicleta ergómetro a bajo nivel. Después de aprox. 6 semanas, es posible un cambio gradual de soporte de peso parcial a total.

Dependiendo del grado de movimiento permitido, se puede mejorar la flexión de la rodilla y se pueden fortalecer los músculos que la rodean. Estiramiento mejora y mantiene la movilidad de las estructuras. Ahora también puede comenzar a entrenar con cuidado en el equipo, por ejemplo en un pierna prensa.

Ejercicios para coordinación y equilibrar también son muy importantes en terapia. Se puede elaborar un patrón de marcha mejorado junto con el terapeuta. Aproximadamente de 8 semanas a 3 meses después de la operación, la carga se puede aumentar aún más.

La estabilidad de la rodilla y la restauración de la movilidad total y coordinación son los objetivos en esta fase tardía de la terapia. Dependiendo de los hallazgos, se pueden iniciar ejercicios más dinámicos, posiblemente adaptados a su deporte favorito. No obstante, el paciente debe abstenerse hasta un año de los deportes habituales como el fútbol o el balonmano para evitar una nueva lesión.