Breve descripción
- Síntomas: Sed intensa, aumento de las ganas de orinar, apetito voraz, pérdida de peso, fatiga, bajo rendimiento, falta de concentración, dolor abdominal, posiblemente olor a acetona en el aire exhalado.
- Tratamiento: En diabetes tipo 1, terapia con insulina; en diabetes tipo 2, cambios en el estilo de vida (dieta equilibrada, más ejercicio), medicación oral para la diabetes si es necesario, terapia con insulina si es necesario, educación sobre diabetes
- Evolución y pronóstico: Los síntomas sólo son parcialmente curables y pueden aliviarse significativamente con una terapia exitosa; Si no se trata, es posible que surjan complicaciones como hipoglucemia o cetoacidosis diabética y se reduzca la esperanza de vida.
- Exámenes y diagnóstico: consulta médica, examen físico, determinación de glucemia en ayunas y de larga duración (HbA1c), prueba de tolerancia oral a la glucosa si es necesario, prueba de anticuerpos, análisis de sangre y orina.
- Causas y factores de riesgo: En la diabetes tipo 1, no está claro, probablemente una respuesta autoinmune, factores genéticos o infecciones, posiblemente una lactancia corta; en diabetes tipo 2 o MODY, estilo de vida poco saludable y falta de ejercicio y factores genéticos, rara vez sustancias como drogas o productos químicos
- Prevención: La diabetes tipo 1 generalmente no se puede prevenir; En la diabetes tipo 2, a menudo un estilo de vida saludable y ejercicio adecuado reducen el riesgo de enfermedad.
¿Cómo se manifiesta la diabetes en los niños?
Sin embargo, los médicos diagnostican cada vez más diabetes tipo 2 en niños y adolescentes (además de diabetes tipo 1). Esto suele ocurrir después de los 40 años. Sin embargo, muchos de los descendientes actuales tienen el perfil de riesgo típico de esta enfermedad: falta de ejercicio, sobrepeso y una dieta rica en azúcares y grasas. Como resultado, se estima que 200 niños de entre 12 y 19 años desarrollan diabetes tipo 2 cada año, y la cifra va en aumento.
Algunos niños y jóvenes desarrollan formas raras de diabetes. Estos incluyen MODY (“diabetes de aparición en la madurez en los jóvenes”). Hay pocos datos fiables sobre la frecuencia de estas formas raras de diabetes en niños, adolescentes y adultos.
¿Qué síntomas indican diabetes en los niños?
La diabetes tipo 1 en los niños a menudo sólo muestra síntomas cuando más del 80 por ciento de las células beta del páncreas productoras de insulina ya han sido destruidas. Antes de eso, la insulina restante es suficiente para evitar un completo descarrilamiento del metabolismo del azúcar.
Sin embargo, los síntomas de la diabetes tipo 1 en los niños a veces se desarrollan en unas pocas semanas. Éstas incluyen:
- Grandes cantidades de orina, orinar por la noche o orinarse
- Sensación extrema de sed y consumo de varios litros al día.
- Aburrimiento y mal desempeño.
- Dolor abdominal severo
- Un típico olor a acetona en el aire exhalado en la etapa avanzada (como “quitaesmalte”)
Por el contrario, los síntomas de la diabetes tipo 2, que es mucho más rara en los niños, se desarrollan lentamente. Son similares a los de la diabetes tipo 1. Sin embargo, los niños afectados suelen tener un sobrepeso significativo (obesidad = adiposidad).
Tratar la diabetes en los niños
Inmediatamente después de que se diagnostica la diabetes, los niños y sus padres reciben capacitación especial sobre diabetes. Aprenden más sobre la enfermedad, cómo se desarrolla, cómo progresa y qué opciones de tratamiento están disponibles.
Entre otras cosas, aprenden cuántos carbohidratos contienen los distintos alimentos y cuánta insulina necesita el cuerpo, para qué alimentos y a qué hora del día. La formación también enseña la forma correcta de afrontar las posibles complicaciones de la diabetes (como la hiperglucemia y la hipoglucemia).
Tratamiento de la diabetes tipo 1
La diabetes tipo 1 requiere inyecciones de insulina de por vida (generalmente con una pluma de insulina), ya que el páncreas ya no produce insulina por sí mismo. Como regla general, los afectados reciben insulina como parte de una terapia con insulina intensificada. Sin embargo, en muchos niños y adolescentes los médicos también utilizan una bomba de insulina, que puede controlarse de forma flexible y rápida.
El tipo de terapia para la diabetes y los objetivos de la terapia (como el nivel de glucosa en sangre y el valor de HbA1c) se determinan individualmente. Para la HbA1c, por ejemplo, el objetivo son valores inferiores al 7.5 por ciento.
Terapia intensificada con insulina (principio de bolo básico)
Los pacientes se inyectan insulina de acción prolongada una o dos veces al día para satisfacer sus necesidades básicas de insulina (valor inicial). Antes de cada comida, los niños diabéticos miden su nivel actual de glucosa en sangre y luego se inyectan otra insulina de acción normal o de acción corta (bolo). La cantidad de bolo necesaria depende de la hora del día y de la composición de la comida planificada.
Bomba de insulina
La bomba de insulina es especialmente adecuada para que los niños mantengan su calidad de vida a pesar de la diabetes. El médico implanta una fina aguja en la grasa abdominal, que se conecta a la bomba de insulina a través de un pequeño tubo. Se trata de un dispositivo pequeño, programable, que funciona con pilas y que cuenta con un depósito de insulina. La bomba puede sujetarse a un cinturón o llevarse en una pequeña bolsa que los pacientes cuelgan alrededor del cuello con una correa y se meten debajo de la camisa. De esta forma no es visible desde el exterior.
La bomba de insulina ofrece a los afectados una gran libertad. También alivia significativamente la carga de los niños con diabetes, porque las dolorosas inyecciones diarias de insulina ya no son necesarias. La bomba de insulina permanece en el cuerpo en todo momento, incluso durante el deporte o el juego. Sin embargo, si es necesario (por ejemplo, para nadar), la bomba se puede desconectar durante un breve periodo de tiempo.
La bomba de insulina se ajusta individualmente en una consulta o clínica especializada en diabetes. Es necesario sustituir o rellenar periódicamente el depósito de insulina (cartucho).
Tratamiento de la diabetes tipo 2
Al igual que con la diabetes tipo 1, el plan terapéutico y los objetivos terapéuticos se determinan individualmente.
La base del tratamiento es la actividad física y el deporte de forma regular, así como un cambio en la alimentación (dieta variada, equilibrada y rica en fibra, fruta y verdura). Esto ayuda a los pacientes a deshacerse del exceso de kilos y reducir los niveles elevados de azúcar en sangre. También reduce los factores de riesgo de enfermedades concomitantes y secundarias (enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, etc.). En la educación diabética, los niños y jóvenes con diabetes reciben consejos y ayuda con su programa de ejercicios y asesoramiento nutricional individual.
Si el nivel de azúcar en sangre no se puede reducir lo suficiente con un cambio en el estilo de vida, o si no se puede motivar al paciente joven a hacer más ejercicio y llevar una dieta más saludable, el médico prescribe medicamentos adicionales para la diabetes (antidiabéticos). Primero, prueba un antidiabético oral (generalmente tabletas de metformina). Si después de tres a seis meses no se consigue el éxito deseado, se administra insulina al paciente.
Una parte importante de la terapia es también el tratamiento de enfermedades concomitantes y secundarias ya existentes.
Esperanza de vida en niños con diabetes
El curso de la enfermedad y la posible esperanza de vida varían mucho entre los niños y adolescentes afectados. Ambos dependen esencialmente del tipo de diabetes y de lo bien que se trate. Además, el estado general del paciente influye en el pronóstico. Básicamente, no es posible curarla, ya que la diabetes mellitus (a excepción de la diabetes gestacional) es una enfermedad crónica. Sin embargo, los síntomas pueden controlarse bien.
La diabetes tipo 1 en niños, adolescentes y adultos suele ser más compleja de tratar, pero también en este caso los síntomas pueden controlarse bien. En este caso, son esenciales una formación de actualización periódica y un seguimiento médico. El objetivo principal es conseguir niveles de glucosa en sangre lo más constantes posible mediante la terapia con insulina para evitar enfermedades secundarias. Como regla general, cuanto más joven es el paciente al inicio de la enfermedad, mayor es el riesgo de complicaciones secundarias a lo largo de la vida.
Las complicaciones agudas que ocurren con frecuencia variable en la diabetes tipo 1 y tipo 2 son la hipoglucemia y la hiperglucemia. En casos graves, esto último puede provocar cetoacidosis diabética (especialmente en la diabetes tipo 1). A menudo, son las enfermedades secundarias las que, en última instancia, reducen la esperanza de vida.
Complicaciones agudas
La hipoglucemia
La hipoglucemia es una de las complicaciones agudas más comunes y también más peligrosas que ocurren en la diabetes en niños que reciben terapia con insulina. A menudo se debe a que el paciente se inyecta demasiada insulina sin darse cuenta. Un esfuerzo físico inusualmente intenso o demasiado deporte también provocan con mayor frecuencia hipoglucemia si la dosis de insulina se mantiene igual.
Los posibles síntomas de hipoglucemia incluyen sudoración, mareos, manos temblorosas, palpitaciones y una pronunciada sensación de debilidad. En casos graves, también se producen alteraciones de la concentración y la visión, calambres y alteración del conocimiento o incluso pérdida del conocimiento.
Los médicos recomiendan a los diabéticos que dependen especialmente de la insulina que lleven siempre consigo algo de glucosa para que, en caso de una hipoglucemia leve, su nivel de azúcar en sangre pueda aumentar rápidamente. Los casos más graves, por el contrario, suelen requerir tratamiento médico.
Cetoacidosis diabética
La falta absoluta de insulina en los niños con diabetes tipo 1 hace que las células dejen de absorber azúcar (glucosa) de la sangre. Cuando el cuerpo recibe muy poca o ninguna insulina del exterior, el azúcar en sangre continúa aumentando.
Esta hiperglucemia ocurre a menudo en diabéticos insulinodependientes durante una infección aguda como neumonía o infección del tracto urinario. Entonces el cuerpo necesita más insulina de lo normal, aunque el paciente coma poco. En este caso, la dosis normal de insulina es insuficiente y la glucosa en sangre aumenta excesivamente.
Los síntomas típicos son el olor afrutado a acetona del aire exhalado y una respiración muy profunda (respiración con la boca de beso). El cuerpo intenta reducir el nivel excesivamente alto de azúcar en sangre excretando azúcar junto con una gran cantidad de líquido. Esto conduce a un aumento de la producción de orina y posteriormente a la deshidratación. Los pacientes están cansados y débiles y, en casos extremos, caen en un estado comatoso (coma cetoacidótico). ¡Este coma significa peligro para la vida! Se debe alertar inmediatamente al médico de urgencias.
En una forma leve, la cetoacidosis diabética a veces también ocurre en la diabetes tipo 2.
Enfermedades consecuentes
Las enfermedades secundarias más comunes de la diabetes mellitus (independientemente del tipo) incluyen enfermedad renal (nefropatía diabética), enfermedad de la retina (retinopatía diabética) y daño a los nervios (polineuropatía diabética). El daño a los nervios, junto con el daño vascular, que también es consecuencia de un nivel alto de azúcar en sangre, desencadena el llamado síndrome del pie diabético.
Los ataques cardíacos y los accidentes cerebrovasculares también son posibles efectos tardíos de una diabetes mal controlada o no tratada en niños, adolescentes y adultos.
Puede leer más sobre posibles complicaciones y daños consiguientes en el artículo Diabetes mellitus.
Identificar la diabetes en los niños
- ¿Su hijo se ha sentido notablemente cansado últimamente?
- ¿Necesita orinar con frecuencia o orinarse por la noche?
- ¿Ha estado bebiendo más últimamente o se queja de sed con frecuencia?
- ¿Se queja de dolor abdominal?
- ¿Ha notado un olor a fruta (como “quitaesmalte”) en el aliento?
- ¿Tiene otro miembro de la familia diabetes?
Exploración física y glucemia en ayunas.
Luego, el médico examina al niño y normalmente programa otra cita para extraerle sangre (por la mañana). Para ello, el niño debe estar en ayunas, es decir, no haber comido nada durante al menos ocho horas y no haber consumido ninguna bebida azucarada. Sólo así se puede determinar de forma fiable el valor de glucosa en sangre en ayunas.
Sin embargo, una sola medición no es suficiente para el diagnóstico de “diabetes en niños”. Para descartar errores de medición y fluctuaciones, son necesarias mediciones repetidas de la glucemia en ayunas (al menos dos veces). Si el resultado es superior a 126 mg/dl varias veces, esto indica diabetes.
Valor de glucosa en sangre a largo plazo (HbA1c)
Cuando se sospecha diabetes tipo 1 en niños y adolescentes, el médico suele realizar la determinación de HbA1c sólo en casos de duda.
El valor de HbA1c también es importante si ya se conoce la diabetes. Los médicos lo miden periódicamente para comprobar el éxito del tratamiento de la diabetes.
Prueba de detección de anticuerpos
Si la diabetes en los niños no se puede asignar claramente al tipo 1, una prueba de detección de anticuerpos proporciona claridad. En esta prueba, el médico examina una muestra de sangre del paciente en busca de autoanticuerpos típicos de la diabetes tipo 1. En la diabetes tipo 2 no se pueden detectar estos autoanticuerpos.
Una prueba de detección de anticuerpos permite un diagnóstico muy temprano de la diabetes tipo 1 en niños y adolescentes, ya que los autoanticuerpos se pueden encontrar en la sangre años antes de la aparición de la enfermedad. Por lo demás, la diabetes tipo 1 sólo se manifiesta con síntomas cuando alrededor del 80 por ciento de las células beta ya han sido destruidas.
Prueba de tolerancia a la glucosa oral (oGTT)
Los expertos también denominan prueba de carga de azúcar a la prueba de tolerancia oral a la glucosa (oGTT). Prueba qué tan bien el cuerpo utiliza el azúcar. Para ello, primero se determina la glucemia en ayunas. A continuación, el paciente bebe una solución de azúcar definida (75 gramos de azúcar disuelta). Después de una y dos horas, el médico vuelve a medir el nivel de glucosa en sangre.
Para el diagnóstico de diabetes tipo 1 en niños, los médicos suelen realizar la oGTT sólo en casos de duda. Por el contrario, si se sospecha diabetes tipo 2, forma parte del diagnóstico de rutina. Para obtener un resultado confirmado, generalmente se realiza dos veces.
Urinalysis
Una prueba de azúcar (glucosa) en orina también es útil para diagnosticar la diabetes en niños. Normalmente, determinadas células de la médula renal transportan de nuevo a la sangre el azúcar que ha entrado en el precursor urinario (orina primaria). Por lo tanto, en una orina sana apenas se detecta azúcar o nada de azúcar.
Sin embargo, si el azúcar en sangre aumenta significativamente por encima de los niveles normales, el riñón a menudo no puede realizar esta reabsorción. Luego, el cuerpo excreta más azúcar en la orina (glucosuria), una indicación de intolerancia a la glucosa o diabetes manifiesta.
Durante muchos años, se han disponible tiras reactivas especiales para uso doméstico y práctico para detectar la glucosuria. Esto sólo lleva unos minutos.
Si los niveles de glucosa en sangre son permanentemente demasiado altos, las moléculas de azúcar dañan con el tiempo el tejido renal (nefropatía diabética). Una indicación de esto es cierta proteína en la orina, la albúmina. La llamada albuminuria también se puede detectar con una tira reactiva de orina.
Otros exámenes
¿Por qué los niños tienen diabetes?
Las causas de la diabetes en niños (y adultos) dependen de la forma de diabetes.
Diabetes tipo 1 en niños
La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune. Aquí, los anticuerpos atacan las células beta productoras de insulina en el páncreas y las destruyen. Como resultado, el cuerpo ya no es capaz de producir suficiente insulina (deficiencia absoluta de insulina).
Los expertos ahora conocen varios autoanticuerpos de este tipo que se producen en la diabetes tipo 1. Estos incluyen, por ejemplo, autoanticuerpos contra componentes de células de los islotes citoplasmáticos (ICA) y contra insulina (IAA).
No está claro por qué el sistema inmunológico de los pacientes actúa contra su propio tejido. Los factores genéticos parecen influir, porque la diabetes tipo 1 a veces ocurre en varios miembros de una familia. Los investigadores ahora han identificado varias mutaciones genéticas que parecen estar asociadas con la diabetes tipo 1.
La diabetes tipo 1 suele aparecer junto con otras enfermedades autoinmunes, como la enfermedad celíaca o la enfermedad de Addison.
Diabetes tipo 2 en niños
La diabetes tipo 2 se desarrolla durante un período de años: las células del cuerpo se vuelven cada vez más insensibles a la hormona insulina, que reduce el azúcar en sangre. Esta resistencia a la insulina conduce a una relativa deficiencia de insulina: el cuerpo del paciente normalmente todavía produce suficiente insulina al principio, pero su eficacia sobre las células disminuye con el tiempo.
Para compensar, el páncreas aumenta la producción de insulina. En algún momento, sin embargo, se agota debido a la sobrecarga. Entonces la producción de insulina disminuye. En estadios avanzados de la enfermedad puede haber una falta absoluta de insulina.
Se desconocen las causas exactas de la diabetes tipo 2. Sin embargo, tanto en niños como en adultos, un estilo de vida poco saludable con una dieta excesivamente rica en energía, la falta de ejercicio y la obesidad son los principales factores que favorecen el desarrollo de la resistencia a la insulina. Además, los factores genéticos influyen en el desarrollo de la enfermedad.
Formas especiales de diabetes en niños.
También existen otras formas raras de diabetes con diferentes causas (químicas, fármacos, virus, etc.).
¿Se puede prevenir la diabetes en los niños?
Si la causa es genética, la diabetes no se puede prevenir. Este es especialmente el caso de la diabetes tipo 1. Para prevenir el desarrollo de diabetes tipo 2, es importante llevar un estilo de vida saludable y hacer suficiente ejercicio desde una edad temprana.
Las formas más raras, que se deben, por ejemplo, a la exposición a sustancias químicas o medicamentos, también son difíciles de prevenir. La diabetes suele desarrollarse de forma inadvertida durante un largo período de tiempo, por lo que suspender la medicación, por ejemplo, ya no previene la diabetes.
Sin embargo, el diagnóstico y la terapia tempranos pueden prevenir posibles complicaciones y enfermedades secundarias.