Alzheimer: breve descripción
- ¿Qué es la enfermedad de Alzheimer? La forma más común de demencia afecta aproximadamente al 20 por ciento de las personas mayores de 80 años. Diferenciar entre Alzheimer presentil ( 65 años).
- Causas: Muerte de células nerviosas en el cerebro debido a depósitos de proteínas.
- Factores de riesgo: edad, hipertensión arterial, colesterol elevado, calcificación vascular, diabetes mellitus, depresión, tabaquismo, pocos contactos sociales, factores genéticos.
- Síntomas tempranos: pérdida de memoria a corto plazo, desorientación, trastornos para encontrar palabras, personalidad alterada, sistema inmunológico debilitado.
- Diagnóstico: mediante combinación de varias pruebas, consulta médica, escáneres cerebrales mediante PET-CT o MRI, diagnóstico del líquido cefalorraquídeo
- Tratamiento: no cura, terapia sintomática con fármacos contra la demencia, neurolépticos, antidepresivos; terapia no farmacológica (por ejemplo, entrenamiento cognitivo, terapia conductual)
- Prevención: dieta saludable, ejercicio regular, desafío de memoria, muchos contactos sociales.
Enfermedad de Alzheimer: causas y factores de riesgo
El núcleo basal de Meynert se ve afectado especialmente temprano por la muerte celular: las células nerviosas de esta estructura cerebral más profunda producen el mensajero nervioso acetilcolina. Por tanto, la muerte celular en el núcleo basal de Meynert provoca una deficiencia significativa de acetilcolina. Como resultado, se altera el procesamiento de la información: los afectados apenas pueden recordar acontecimientos ocurridos en el pasado reciente. Por tanto, su memoria a corto plazo disminuye.
Los depósitos de proteínas matan las células nerviosas
En las regiones cerebrales afectadas se encuentran dos tipos diferentes de depósitos de proteínas que matan las células nerviosas. No está claro por qué estos formularios.
Beta-amiloide: Se forman placas duras e insolubles de beta-amiloide entre las células nerviosas y en algunos vasos sanguíneos. Se trata de fragmentos de una proteína de mayor tamaño cuya función aún se desconoce.
Proteína tau: Además, en los pacientes con Alzheimer, se forman fibrillas tau anormales (fibras retorcidas e insolubles hechas de la llamada proteína tau) en las células nerviosas del cerebro. Interrumpen los procesos de estabilización y transporte en las células cerebrales, provocando su muerte.
Enfermedad de Alzheimer: factores de riesgo
El principal factor de riesgo del Alzheimer es la edad: sólo el dos por ciento de las personas menores de 65 años desarrollan esta forma de demencia. En cambio, en el grupo de edad de 80 a 90 años, al menos uno de cada cinco está afectado, y más de un tercio de los mayores de 90 años padecen la enfermedad de Alzheimer.
Sin embargo, la edad por sí sola no causa el Alzheimer. Más bien, los expertos suponen que deben estar presentes otros factores de riesgo antes de que se produzca la aparición de la enfermedad.
En general, los siguientes factores pueden promover la enfermedad de Alzheimer:
- edad
- causas genéticas
- hipertensión
- nivel elevado de colesterol
- aumento del nivel de homocisteína en la sangre
- calcificación vascular (arterioesclerosis)
- Estrés oxidativo, causado por compuestos de oxígeno agresivos que desempeñan un papel en la formación de depósitos de proteínas en el cerebro.
Hay otros factores que pueden aumentar el riesgo de padecer Alzheimer, pero es necesario investigarlos con más detalle. Estos incluyen inflamación en el cuerpo que persiste en el tiempo: podrían dañar las células cerebrales y promover la formación de depósitos de proteínas, creen los investigadores.
Otros posibles factores de riesgo de Alzheimer incluyen bajos niveles de educación general, lesiones en la cabeza, infecciones cerebrales por virus y un aumento de anticuerpos autoinmunes en personas mayores.
Aluminio y Alzheimer
Las autopsias han demostrado que los cerebros de pacientes fallecidos con Alzheimer tienen niveles elevados de aluminio. Sin embargo, esto no significa necesariamente que el aluminio cause el Alzheimer. Los experimentos con animales hablan en contra: cuando a los ratones se les administra aluminio, todavía no desarrollan Alzheimer.
¿El Alzheimer es hereditario?
Sólo alrededor del uno por ciento de todos los pacientes con Alzheimer padecen la forma familiar de la enfermedad: en este caso, el Alzheimer se desencadena por diversos defectos genéticos que se transmiten. El gen de la proteína precursora de amiloide y los genes de presenilina-1 y presenilina-2 se ven afectados por la mutación. Quienes portan estas mutaciones siempre desarrollan Alzheimer, y lo hacen entre los 30 y los 60 años.
Sin embargo, la gran mayoría de los pacientes de Alzheimer presentan la forma esporádica de la enfermedad, que generalmente no aparece hasta después de los 65 años. Es cierto que la forma esporádica del Alzheimer también parece tener un componente genético: esto implica, por ejemplo, cambios en el gen de la proteína apolipoproteína E, responsable del transporte del colesterol en la sangre. Sin embargo, los cambios en este gen no conducen a la aparición definitiva de la enfermedad, sino que sólo aumentan el riesgo de padecerla.
Enfermedad de Alzheimer: síntomas
A medida que avanza la enfermedad de Alzheimer, los síntomas se intensifican y se añaden nuevos síntomas. Por ello, a continuación encontrarás los síntomas ordenados según las tres etapas en las que se divide el curso de la enfermedad: Etapa Temprana, Etapa Media y Etapa Tardía:
Síntomas de Alzheimer en etapa temprana.
Los primeros síntomas del Alzheimer son lapsos menores de memoria que afectan la memoria a corto plazo: por ejemplo, es posible que los pacientes no puedan recuperar elementos descartados recientemente o recordar el contenido de una conversación. También pueden “perder el hilo” en medio de una conversación. Este creciente olvido y distracción puede confundir y asustar a los afectados. Algunos también reaccionan con agresividad, actitud defensiva, depresión o retraimiento.
Otros signos tempranos de la enfermedad de Alzheimer pueden incluir problemas leves de orientación, falta de impulso y lentitud en el pensamiento y el habla.
En la demencia leve tipo Alzheimer, la vida cotidiana normalmente se puede llevar a cabo sin problemas. Sólo en situaciones más complicadas los afectados suelen necesitar ayuda, por ejemplo para gestionar su cuenta bancaria o utilizar el transporte público.
Síntomas del Alzheimer en la etapa media de la enfermedad
Los síntomas del Alzheimer en las fases intermedias de la enfermedad son trastornos de la memoria agravados: los pacientes son cada vez menos capaces de recordar acontecimientos que ocurrieron en el pasado corto y los recuerdos a largo plazo (de su propia boda, por ejemplo) también se desvanecen gradualmente. Los rostros familiares se vuelven cada vez más difíciles de reconocer.
También aumentan las dificultades para orientarse en el tiempo y el espacio. Los pacientes, por ejemplo, buscan a sus padres fallecidos hace mucho tiempo o ya no pueden encontrar el camino a casa desde el supermercado familiar.
La comunicación con los pacientes también se vuelve cada vez más difícil: los afectados a menudo ya no pueden formar frases completas. Necesitan indicaciones claras, que a menudo deben repetirse antes de sentarse, por ejemplo, a la mesa del comedor.
Otros posibles síntomas del Alzheimer en las etapas intermedias de la enfermedad son una creciente necesidad de moverse y una inquietud intensa. Por ejemplo, los pacientes caminan inquietos de un lado a otro o hacen continuamente la misma pregunta. También pueden ocurrir miedos o creencias delirantes (como que le roben).
Síntomas de Alzheimer en etapa avanzada
En las últimas etapas de la enfermedad, los pacientes necesitan una atención total. Muchos necesitan una silla de ruedas o están postrados en cama. Ya no reconocen a sus familiares ni a otras personas cercanas. El habla ahora se limita a unas pocas palabras. Finalmente, los pacientes ya no pueden controlar su vejiga y sus intestinos (incontinencia urinaria y fecal).
Curso atípico del Alzheimer
En aproximadamente un tercio de los pacientes que desarrollan la enfermedad a una edad más temprana (un grupo pequeño en general), el curso del Alzheimer es atípico:
- Algunos pacientes desarrollan cambios de comportamiento hacia un comportamiento antisocial y extravagante similares a los observados en la demencia frontotemporal.
- En un segundo grupo de pacientes, los síntomas principales son dificultades para encontrar palabras y lentitud en el habla.
- En una tercera forma de la enfermedad se producen problemas visuales.
Enfermedad de Alzheimer: exámenes y diagnóstico.
Tomando su historial médico
Si se sospecha la enfermedad de Alzheimer, el médico primero hablará con usted detalladamente para realizar su historial médico (anamnesis). Le preguntará sobre sus síntomas y cualquier enfermedad previa. El médico también le preguntará sobre cualquier medicamento que esté tomando. Esto se debe a que algunos medicamentos pueden afectar el rendimiento del cerebro. Durante la entrevista, el médico también comprobará su capacidad de concentración.
Lo ideal es que alguien cercano a ti te acompañe a esta consulta. Porque en el curso de la enfermedad de Alzheimer también puede cambiar la naturaleza de la persona afectada. Pueden ocurrir fases de agresión, sospecha, depresión, miedos y alucinaciones. A veces, los demás notan estos cambios más rápidamente que la persona afectada.
Examen físico
Después de la entrevista, el médico lo examinará de forma rutinaria. Por ejemplo, medirá la presión arterial y comprobará los reflejos musculares y el reflejo pupilar.
Pruebas de demencia
Además de las breves pruebas antes mencionadas, a menudo se realizan exámenes neuropsicológicos más detallados.
Exámenes comparativos
Si hay signos claros de demencia, el cerebro del paciente generalmente se examina mediante tomografía computarizada por emisión de positrones (PET/CT) o imágenes por resonancia magnética (MRI, también llamada resonancia magnética). Esto se puede utilizar para saber si la materia cerebral ha disminuido. Esto confirmaría la sospecha de demencia.
Los estudios de imágenes del cráneo también se utilizan para determinar cualquier otra afección que pueda ser responsable de los síntomas de la demencia, como un tumor cerebral.
Las pruebas de laboratorio
También se pueden utilizar muestras de sangre y orina del paciente para determinar si otra enfermedad además del Alzheimer está causando la demencia. Podría tratarse, por ejemplo, de una enfermedad de la tiroides o de una deficiencia de determinadas vitaminas.
Si el médico sospecha que el paciente padece una rara forma hereditaria de la enfermedad de Alzheimer, una prueba genética puede proporcionar certeza.
Enfermedad de Alzheimer: tratamiento
Para la enfermedad de Alzheimer sólo existe un tratamiento sintomático; todavía no es posible una cura. Sin embargo, la terapia adecuada puede ayudar a los pacientes a gestionar su vida diaria de forma independiente durante el mayor tiempo posible. Además, los medicamentos contra el Alzheimer y las medidas terapéuticas no farmacológicas alivian los síntomas de los pacientes y promueven así la calidad de vida.
Medicamentos contra la demencia
En la terapia farmacológica para la enfermedad de Alzheimer se utilizan varios grupos de ingredientes activos:
Los llamados inhibidores de la colinesterasa (como el donepezilo o la rivastigmina) bloquean una enzima en el cerebro que descompone el mensajero nervioso acetilcolina. Este mensajero es importante para la comunicación entre las células nerviosas, la concentración y la orientación.
En la demencia de Alzheimer de moderada a grave, a menudo se administra el ingrediente activo memantina. Al igual que los inhibidores de la colinesterasa, puede retrasar la disminución del rendimiento mental en algunos pacientes. Más precisamente, la memantina evita que un exceso del glutamato, mensajero nervioso, dañe las células cerebrales. Los expertos sospechan que en los pacientes con Alzheimer, el exceso de glutamato contribuye a la muerte de las células nerviosas.
Se cree que los extractos de hojas de ginkgo (Ginkgo biloba) mejoran el flujo sanguíneo al cerebro y protegen las células nerviosas. De este modo, los pacientes con demencia de Alzheimer de leve a moderada podrían volver a afrontar mejor las actividades cotidianas. En dosis elevadas, el ginkgo también parece mejorar el rendimiento de la memoria y aliviar los síntomas psicológicos, como demuestran algunos estudios.
Otros medicamentos para la enfermedad de Alzheimer
Sin embargo, estos agentes pueden tener efectos secundarios graves. Estos incluyen un mayor riesgo de accidente cerebrovascular y una mayor mortalidad. Por tanto, se controla estrechamente el uso de neurolépticos. Además, estos medicamentos deben tomarse en dosis lo más bajas posible y no a largo plazo.
Muchos pacientes de Alzheimer también sufren de depresión. Contra esto ayudan los antidepresivos como el citalopram, la paroxetina o la sertralina.
Además, otras enfermedades subyacentes y concomitantes existentes, como niveles elevados de lípidos en sangre, diabetes o hipertensión arterial, deben tratarse con medicamentos.
Tratamiento no farmacológico
Las medidas terapéuticas no farmacológicas son muy importantes en la enfermedad de Alzheimer. Pueden ayudar a retrasar la pérdida de capacidades mentales y mantener la independencia en la vida cotidiana durante el mayor tiempo posible.
El entrenamiento cognitivo puede ser particularmente útil para la demencia de Alzheimer de leve a moderada: puede entrenar la capacidad de aprender y pensar. Por ejemplo, son adecuados juegos de palabras sencillos, adivinar términos o añadir rimas o refranes conocidos.
Como parte de la terapia conductual, un psicólogo o psicoterapeuta ayuda a los pacientes a afrontar mejor problemas psicológicos como la ira, la agresión, la ansiedad y la depresión.
El trabajo autobiográfico es una buena manera de mantener vivos los recuerdos de períodos anteriores de la vida: los familiares o cuidadores preguntan específicamente a los pacientes con Alzheimer sobre sus vidas anteriores. Fotos, libros u objetos personales pueden ayudar a evocar recuerdos.
La terapia ocupacional se puede utilizar para mantener y promover las habilidades cotidianas. Los pacientes con Alzheimer practican vestirse, peinarse, cocinar y tender la ropa, por ejemplo.
Enfermedad de Alzheimer: evolución y pronóstico
La enfermedad de Alzheimer provoca la muerte al cabo de una media de ocho a diez años. A veces la enfermedad avanza mucho más rápido, a veces más lentamente; según los conocimientos actuales, el período de tiempo oscila entre tres y veinte años. En general, cuanto más tarde aparece la enfermedad, más corto es el curso del Alzheimer.
Prevención del alzhéimer
Como ocurre con muchas enfermedades, la probabilidad de desarrollar Alzheimer se puede reducir adoptando un estilo de vida saludable. Factores como los niveles elevados de colesterol, la obesidad, la presión arterial alta y el tabaquismo pueden en realidad promover el Alzheimer y otras demencias. Por lo tanto, estos factores de riesgo deben evitarse o tratarse si es posible.
Además, una dieta mediterránea rica en frutas, verduras, pescado, aceite de oliva y pan integral parece prevenir el Alzheimer y otras formas de demencia.
El riesgo de padecer Alzheimer y otras formas de demencia también disminuye si se mantiene mentalmente activo durante toda la vida, tanto en el trabajo como en el tiempo libre. Por ejemplo, las actividades culturales, los rompecabezas y los pasatiempos creativos pueden estimular el cerebro y preservar la memoria.
Como han demostrado los estudios, una vida social animada también puede prevenir enfermedades demencia como el Alzheimer: cuanto más socialices y te involucres en las comunidades, mayor será la probabilidad de que sigas estando mentalmente sano a una edad avanzada.