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Diagnóstico

A golpe es una emergencia, por lo que si existe la menor sospecha de un accidente cerebrovascular, siempre se debe consultar a un médico. Un diagnóstico precoz y el inicio inmediato de la terapia pueden mejorar el pronóstico e influir positivamente en el curso de la enfermedad. Para hacer un diagnóstico, primero es necesario realizar una anamnesis detallada, es decir, una entrevista detallada con la persona afectada o familiar sobre enfermedades subyacentes, como hipertensión arterial o arritmia cardiaca, así como sobre los síntomas actuales.

A esto le sigue un examen físico de la persona afectada, por lo que se presta especial atención a los déficits neurológicos descritos por la persona afectada, como la debilidad o parálisis de un solo miembro, la mitad de la cara o la mitad del cuerpo, así como los trastornos de sensibilidad de un miembro o la mitad entera del cuerpo, trastornos visuales y trastornos del habla. La causa de un golpe suele ser un bloqueo de un sangre vaso, que se llama isquemia golpe. En algunos casos, sin embargo, un hemorragia cerebral es la causa del accidente cerebrovascular, que luego se denomina accidente cerebrovascular hemorrágico.

Dado que el tratamiento de un accidente cerebrovascular isquémico difiere del de un accidente cerebrovascular hemorrágico, es necesario investigar primero qué tipo de accidente cerebrovascular es. Para ello se utilizan técnicas de imagen, en particular tomografía computarizada (TC). Con la ayuda de CT, un hemorragia cerebral puede descartarse rápidamente y pueden iniciarse los pasos terapéuticos adecuados.

En algunos casos, un examen más detenido, una TC angiografía, es necesario. Con una TC angiografía, sangre vasos existentes cerebro se puede visualizar y una posible oclusión menos vaso sanguíneo se puede localizar exactamente. Los exámenes adicionales, que generalmente tienen lugar durante el curso del procedimiento y sirven para encontrar la causa, incluyen sangre pruebas, un electrocardiograma (ECG), un corazón ultrasonido (TEE o TTE), y un examen de ultrasonido del cuello uterino vasos.

En caso de accidente cerebrovascular, un trastorno circulatorio de la sangre. vasos existentes cerebro da como resultado un suministro reducido de sangre y oxígeno a las áreas posteriores del cerebro. Es una emergencia que requiere terapia inmediata para mantener el daño a cerebro tejido lo más bajo posible. Dependiendo de la causa del accidente cerebrovascular, se pueden considerar diferentes conceptos de terapia.

La forma más frecuente de accidente cerebrovascular, el accidente cerebrovascular isquémico, es causado por un vaso sanguíneo siendo bloqueado por un coágulo de sangre. La terapia tiene como objetivo disolver el coágulo de sangre y así abrir el vaso sanguíneo y restaurar el flujo sanguíneo. Esto se hace con la ayuda de la llamada terapia de lisis.

La lisis implica el uso de fármacos del grupo fibrinolítico, como rtPA o alteplasa, que disuelven el coágulo de sangre y restaurar el flujo sanguíneo al tejido cerebral. Además, después de una cuidadosa evaluación de los riesgos y beneficios, se puede realizar una trombectomía, en la que se extrae quirúrgicamente el coágulo de sangre. Si el accidente cerebrovascular es causado por hemorragia cerebral, la terapia de lisis no debe usarse bajo ninguna circunstancia, ya que esto aumentaría el sangrado.

En cambio, se debe prestar especial atención a reducir la presión arterial. En algunos casos, es necesaria una cirugía para detener la fuente del sangrado. Para ambas formas de accidente cerebrovascular, monitoreo en una sala especial, la llamada unidad de ictus, se recomienda. Aquí, continuo monitoreo de la función cardiovascular está garantizada. Las medidas de rehabilitación también se inician desde el principio en la unidad de ictus para evitar complicaciones del ictus como la discapacidad y la necesidad de cuidados. La rehabilitación debe continuarse en una clínica adecuada después de la estancia en el hospital.