Los macrólidos

Introducción

Los macrólidos son antibióticos que son principalmente eficaces contra intracelulares bacterias fotosintéticas, Es decir, bacterias fotosintéticas que se infiltran en varias células del cuerpo. Los macrólidos pueden usarse contra varios patógenos contra los cuales, por ejemplo, las penicilinas y cefalosporinas no son efectivas. El efecto de los macrólidos se basa en el hecho de que inhiben la reproducción del bacterias fotosintéticas (bacteriostático) y así detener la propagación de la infección bacteriana.

Indicaciones de macrólidos

Las indicaciones para la terapia con macrólidos son (como con todos los demás antibióticos) infecciones por patógenos bacterianos. Como una clase de antibióticos, los macrólidos son particularmente efectivos contra las bacterias que se "esconden" en las propias células del cuerpo. Por tanto, los macrólidos pueden usarse particularmente bien contra bacterias del grupo de Chlamydia o mycoplasma.

Las clamidias son bacterias que causan principalmente infecciones de los órganos reproductivos. A los micoplasmas, por otro lado, les gusta instalarse en el tracto respiratorio. Los macrólidos también actúan contra las llamadas bacterias gramnegativas.

Estas son bacterias que no se pueden teñir con un método de tinción especial (tinción de Gram). Incluyen bacterias como la legionela (que normalmente causa neumonía) y neisseria (patógenos típicos de enfermedades venéreas y meningitis). Pero también bacterias Gram-positivas (que pueden teñirse con la tinción de Gram) como estreptococos se puede tratar con macrólidos.

Estreptococos, por ejemplo, puede causar amigdalitis en el contexto de escarlata fiebre o inflamación de los tejidos blandos, oído medio inflamación y meningitis. Esto convierte a los macrólidos en un grupo de antibióticos que son eficaces contra una variedad de infecciones bacterianas. En general, los macrólidos son adecuados contra casi todas las enfermedades del tracto respiratorio.

También se utilizan contra muchos enfermedades venéreas y enfermedades cutáneas bacterianas. Es importante señalar que las enterobacterias (que se encuentran principalmente en el tracto digestivo) no se puede tratar con macrólidos. Por tanto, los macrólidos no son adecuados para el tratamiento de infecciones del tracto urinario y cistitis.

Principio activo y efecto

El efecto de los macrólidos se basa en una inhibición en la formación de varios proteínas de las bacterias. Para la formación de estas bacterias proteínas, Los llamados Ribosomas son requeridos. Se trata de grandes estructuras sobre las que tiene lugar la traducción del material genético de las bacterias.

Los macrólidos se adhieren a la Ribosomas y así evitar que otras sustancias necesarias para la traducción de este material genético se acoplen a los ribosomas. Esto detiene la formación de proteínas en las bacterias. Las bacterias no pueden reproducir su material genético y el crecimiento celular se detiene.

Además, ya no se pueden desarrollar nuevas bacterias. A través de este mecanismo, la terapia con macrólidos se puede utilizar para tratar infecciones bacterianas. Los principios activos utilizados son eritromicina, azitromicina, claritromicina y rocitromicina.